Pero también, entre los corredores, existen gustos y preferencias en cuanto a la franja horaria del día idónea a la hora de salir a correr: a algunos no les importa lo más mínimo pegarse un madrugón y ejercitarse a primera hora de la mañana, antes de ir a trabajar, otros sin embargo, aprovechan esa parada más larga del mediodía y salen un rato a correr antes del almuerzo, y luego está esa gran mayoría de runners que salen a ejercitarse a última hora de la tarde o ya de noche, una vez concluida su jornada laboral o en la universidad.
En este artículo os quiero poner el foco de atención en aquellas personas que salen a correr después de estar varias horas -alrededor de ocho- sin ingerir alimento alguno, lo que se considera un entrenamiento realizado en ayunas. Tanto aquellos que son incapaces de comer nada recién levantados de la cama y se calzan sus zapatillas de deportes para salir a la calle y echar a correr, como esos otros que ignoran la merienda y tras haber comido al mediodía prefieren hacer running por la noche.
¿Es beneficioso para todas las personas?
¿Puede resultar contraproducente, en según qué casos?
Como en muchos aspectos de la vida, hay opiniones contrapuestas, en función del médico o nutricionista que trate el tema.
A continuación te explicamos qué sucede cuando corres en ayunas.
Mediante el entrenamiento en ayunas, lo que conseguimos es que nuestro organismo, al haber consumido casi por completo los hidratos de carbono almacenados en el hígado -2 o 3 horas-, recurra a las grasas almacenadas y las utilice como combustible.
La diferencia, respecto a haber ingerido alimentos hace escasas horas, estriba en que la primera fuente de energía -además de ser la preferida de nuestro organismo- hubieran sido los hidratos de carbono, y unas vez agotados éstos, nuestro metabolismo hubiera empleado como fuente alternativa de energía los lípidos, junto con una mínima cantidad pero necesaria de carbohidratos.
Por tanto, si vas ejercitarte con el estómago vacío, deberás tener en cuenta tanto la intensidad como la duración del entrenamiento. En caso de ser moderado, puedes estar tranquilo. Tu cuerpo tirará poco a poco de las reservas, en este caso las grasas, como fuente energética.
Si por el contrario, el ejercicio requiere de gran esfuerzo o queremos alcanzar mucha velocidad de forma inminente, ahí tendremos un problema, ya que al carecer de suficientes hidratos de carbono nuestro cuerpo será incapaz, solamente con las grasas, de generar energía de forma rápida.
Ventajas de correr en ayunas
Inconvenientes de correr en ayunas
Ayunes o no antes de correr, la primera consideración a tener en cuenta es que tras una noche sin proporcionar alimento alguno a nuestro organismo, estamos ante una situación de 8 o 10 horas seguidas. Y este hecho conlleva que nuestras reservas de glucogéno sean bajas. Por este motivo, debemos ser conscientes de los riesgos y beneficios que podemos tener si optamos por correr en ayunas.
Para empezar, si salimos a correr a primera hora de la mañana, apenas levantarnos de la cama, hay que prestar atención a la intensidad de nuestro entrenamiento. La rutina de trabajo es recomendable que sea más bien ligera. Al usar las pocas reservas de hidratos de carbono, podemos sufrir hipoglucemia -el nivel de glucosa en sangre es más bajo de lo normal- e incluso podemos llegar a desvanecernos. Es por ello que el consejo no es otro que comer algo. Un simple vaso de zumo o un par de galletas pueden bastar para activar el metabolismo. Los alimentos proteínicos y grasos requieren una digestión más lenta.
Por otra parte, como ya hemos mencionado, si nuestras reservas de hidratos de carbono están al límite, nuestro organismo produce la energía a través de los aminoácidos, lo que repercute en nuestra propia musculatura. Además, al desarrollar una actividad física de baja intensidad, la duración de la misma no tiene tanta importancia. Aunque lo más aconsejable es que las sesiones no estén por encima de los 45 minutos.
Para concluir y aunque a priori pudiera parecer una práctica recomendable para perder grasas, los inconvenientes pueden superar a los beneficios, sobre todo en runners principiantes. Si podemos, es más conveniente desayunar bien y hacer la digestión antes de salir a correr. De esta manera, nuestros organismo contará con el combustible ideal y necesario para realizar una ejercicio tan exigente como es el running.