Los 10 alimentos más saludables
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Manzana
Las manzanas son
una excelente fuente de antioxidantes que combaten los
radicales libres, esas sustancias que causan cambios
indeseables y están involucradas tanto en el
envejecimiento como en algunas enfermedades. Un estudio
de la Universidad Estatal de Florida (EE.UU.) concluyó
que las manzanas son una “fruta milagrosa”, ya que los
polifenoles contenidos en las manzanas aumentan la
esperanza de vida. Comer una manzana al día reduce un
23% los niveles de colesterol malo (LDL) y aumento un 4%
en el colesterol bueno (HDL) en un plazo de seis meses. Las
manzanas también reducen el riesgo de ictus en un 52%,
según concluyó otro estudio de la Universidad de
Wageningen (Países Bajos).
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Almendras
En el puesto nº 2 de los 10 alimentos más saludables que
existen se encuentran las almendras. Son ricas
en nutrientes, incluyendo magnesio, vitamina E, hierro,
calcio, fibra, y riboflavina. Merendar almendras o
tomarlas de media mañana puede ayudar a mantener unos
niveles saludables de colesterol; además, estas tienen
más fibra que cualquier otro fruto seco. Debido a su
efecto saciante, disminuye el apetito y por tanto ayuda
a no aumentar de peso. Una investigación publicada en la
revista European
Journal of Clinical Nutrition descubrió que los
participantes que comieron 1.5 onzas de almendras tostadas
secas todos los días experimentaron una reducción de la
sensación de hambre y una mejora de la vitamina E en la
dieta, sin aumentar por ello su peso corporal. Las
almendras, además, tienen efectos cardioprotectores,
esto es, promueven la salud del corazón. En general,
comer frutos secos todos los días puede prolongar la
vida.
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Brócoli
El
brócoli es rico en fibra, calcio, potasio, ácido fólico
y fitonutrientes que reduce
el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón,
diabetes y algunos tipos de cáncer. También
contiene altos niveles de vitamina C. Su potente efecto
anticancerígeno se debe a la enzima mirosinasa. Un
equipo de investigadores de la Universidad de Illinois
(EE.UU.) concluyó que el brócoli al vapor puede reducir
significativamente el riesgo de desarrollar cánceres,
puede ayudar a prevenir la osteoartritis, la forma más
común de artritis.
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Arándanos
Los arándanos son ricos
en fibra, antioxidantes y fitonutrientes que pueden
ayudar a prevenir enfermedades y que el cuerpo funcione
correctamente. Según un estudio llevado a cabo
en la Escuela de Medicina de Harvard, las personas
mayores que ingieren habitualmente esta fruta son menos
propensas a sufrir de deterioro cognitivo. Además, otra
investigación sentenció que los arándanos ayudan a
reducir la obesidad gracias a los polifenoles, muy
abundantes en los arándanos. Asimismo, esta baya reduce
el riesgo de hipertensión en un 10%. En cuanto
a las mujeres, tanto estos como las fresas disminuyen el
riesgo de ataque al corazón hasta en un 33% por ingerir
tres o más porciones a la semana.
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Pescado azul
El
atún, el bonito, la sardina,
el boquerón, el salmón, el arenque, la trucha, la
caballa... cualquier variedad de pescado azul es
increíblemente beneficiosa para la salud. Sus
tejidos contienen ácidos grasos omega-3, muy conocidos
por sus efectos positivos para el corazón o el sistema
nervioso. El pescado azul contiene vitaminas A
y D y una investigación llevada a cabo por el Jonsson
Comprehensive Cancer Center de la UCLA (EE.UU.)
descubrió que la progresión del cáncer de próstata fue
significativamente más lenta cuando los pacientes
siguieron una dieta baja en grasa con suplementos de
aceite de pescado. También han demostrado su valor para
combatir la artritis reumatoide.
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Verduras de hoja verde
Diversos estudios ya han demostrado que un alto consumo
de verduras de
hoja de color verde como la espinaca o la col pueden
reducir significativamente el riesgo de desarrollar
diabetes tipo 2. Una de las más emblemáticas es
ciertamente la espinaca: es rica en antioxidantes,
especialmente si se consume cruda, al vapor y
ligeramente hervida. Las espinacas son una fuente
excelente de vitaminas A, B6, C, E y K, así como de
selenio, niacina, zinc, fósforo, cobre, ácido fólico,
potasio, calcio, manganeso, betaína e hierro.
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Batata
Las
batatas, chacos, patatas dulces o boniatos son ricos en
fibra dietética, beta caroteno, hidratos de carbono
complejos, vitamina
C o vitamina B6. En un estudio comparativo del Center
for Science in the Public Interest de Estados
Unidos, se expuso que el valor nutricional de la batata
se encontraba en mejor posición que cualquier otro
vegetal, tras comparar los niveles de vitaminas A y C,
hierro, calcio, proteínas y carbohidratos complejos de
todas ellas.
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Germen de trigo
El
germen de trigo es rico en varios nutrientes vitales,
tales como la vitamina
E, el ácido fólico (folato), la tiamina, el zinc, el
magnesio, el fósforo o ácidos grasos esenciales, aparte
de ser una fuente interesante de fibra. Entre sus
beneficios se encuentran: combatir
la fatiga, favorece el transporte de la vitamina A en la
retina, ayuda al tránsito intestinal, reduce el
insomnio, la ansiedad o el estrés, mejora el aspecto de
la piel y el cabello...
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Aguacate
Su
alto contenido de grasa hace que muchas personas tiendan
a evitar el aguacate. Pero nada más lejos de la
realidad: aproximadamente el 75% de las calorías de un
aguacate provienen de las grasas, principalmente grasas
monoinsaturadas, muy beneficiosas para la salud. Los
aguacates son ricos en vitaminas B, K y E y tienen un
alto contenido de fibra. Diversos
estudios han constatado la eficacia del consumo regular
de aguacate en la disminución de los niveles de
colesterol en sangre. Además es un potente anticancerígeno.
Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de
Ohio (EE.UU.) hallaron que los nutrientes extraídos de
los aguacates fueron capaces de destruir algunas de las
células pre-cancerosas. Los aguacates también pueden
ayudar a bajar el colesterol "malo" o LDL, según un
estudio publicado en la revista de la Asociación
Americana del Corazón.
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Harina de avena
La
harina de avena,
cuyo interés se ha incrementado considerablemente en los
últimos 20 años debido a sus beneficios para la salud,
es rica en hidratos de carbono complejos, así como fibra
soluble en agua, que mejora la digestión y estabiliza
los niveles de glucosa en sangre; también lo es en
vitaminas B, ácidos grasos omega-3, ácido fólico y
potasio. Tomar
un plato de avena a diario reduce los niveles de
colesterol en sangre, especialmente si estos son
demasiado altos.
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10 alimentos saludables para los pulmones
1- Cebollas,
que proporcionan vitamina
C, vitamina B6 y otros nutrientes esenciales, que dan al cuerpo toda la
energía que necesita para curarse; también tienen propiedades anticáncerosas.
Otro componente de la cebolla es la quercetina,
un antioxidante natural, que ayuda a prevenir enfermedades como el cáncer de
pulmón.
2- Pescado, que ofrece vitamina
D, y ésta parece tener una relación directa con la salud pulmonar;
una deficiencia de esta vitamina indica la posibilidad de pérdida de la función
pulmonar. Los pescados grasos y aceites de pescado son una fuente especialmente
rica de esta vitamina. El pescado también es rico en ácidos grasos omega-3, que
ofrecen una cierta protección contra el cáncer.
3- Zanahorias,
que ofrecen vitamina A
y C. La vitamina A tiene un enlace con la salud pulmonar y un alto
nivel de vitamina A tiene una menor probabilidad de desarrollar enfermedad
pulmonar, que los que tienen una deficiencia de este nutriente esencial. La
vitamina C es un poderoso anti-oxidante, que tiene la capacidad de ayudar a los
pulmones a sanar de adentro hacia afuera y a evitar el deterioro pulmonar. Las
zanahorias también tienen licopeno,
falcarinol, beta-caroteno, luteína y zeaxantina, los cuales son
poderosos agentes contra el cáncer.
4- Naranjas,
que ofrecen vitamina
C, hierro y
vitamina B6, cuyos nutrientes ayudan a los pulmones a transferir el
oxígeno a las células más eficientemente. Las naranjas también contienen beta-criptoxantina,
un antioxidante natural.
5- Vino tinto, que
ofrece resveratrol, que
es un potente antioxidante, que ayuda al cuerpo a combatir los radicales libres, células
cancerosas en diferentes formas. Otro componente del vino tinto, el pterostilbene,
ayuda al resveratrol a hacer su trabajo de manera eficiente.
6- Productos lácteos
fortificados con vitamina D; la vitamina D ayuda
a regular el sistema inmunológico y la deficiencia en vitamina D suprime el
sistema inmunológico y aumenta el riesgo de infecciones pulmonares.
7- Té verde, que es
una bebida saludable rica
en antioxidantes, conocido como EGCG -Epigallocatechin Gallate-, eficaces
en matar el cáncer de pulmón y el crecimiento celular.
8- Brócoli,
que es rico en vitamina
C, importante para la función pulmonar, ya que protege las células
pulmonares de los daños causados ??por los contaminantes y las toxinas que se
inhalan.
9- Bayas, como
las grosellas negras, arándanos y fresas contienen resveratrol, un
poderoso fitoquímico, que es antiinflamatorio, anticoagulante, mejora la
memoria, mejora el metabolismo de las grasas e inhibe el estrés oxidativo, que
puede conducir a enfermedades como el cáncer de pulmón. Las bayas son también
ricos en antocianinas,
que pueden ayudar a reducir significativamente el cáncer en los pulmones y el
tubo digestivo.
10- Tomates y
manzanas; comer tres tomates o
cinco manzanas a la semana se asocia con una función pulmonar aumentada, así
como una reducción en la sibilancia, debido a los fitoquímicos presentes en las
cáscaras de estos frutos, que son antioxidantes que protegen a las vías
respiratorias de los irritantes externos como la contaminación y el humo del
cigarrillo. Los tomates también son ricos en beta-caroteno
A, vitaminas y licopeno, que fomentan la salud visual.
10 alimentos aliados de la belleza
Empieza a cuidarte por dentro y por fuera incluyendo estos
alimentos en tu dieta:
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Mariscos: Deliciosos al paladar, son además buenos para la
salud del cabello y las uñas. Langosta, camarones, ostras, gambas… son
ricas en vitaminas (especialmente B12) y minerales (hierro, zinc) que
fortalecen y dar vigor a las uñas y al cabello. Mejoran el crecimiento
de las uñas, evitando que se rompan fácilmente, y aportan más brillo al
pelo.
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Pescado azul: Además de ser bajo en calorías -ideal para las
dietas de pérdida de peso-, el pescado azul es una fuente excepcional de
hierro y de Omega 3, nutrientes esenciales para un cabello más fuerte y
una piel más saludable. Si además queremos cuidar la línea, apuesta por
variedades como el salmón, el atún, la caballa o las anchoas.
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Legumbres: Las legumbres son esenciales en la dieta, además de
protagonizar muchas de las recetas de cuchara del otoño y del invierno.
Las legumbres son una mina de salud, tanto para el sistema
gastrointestinal como para la belleza de la piel, cabello y uñas,
gracias a su contenido en proteínas, hierro y zinc.
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Cereales integrales: Aportan vitamina B, hierro y zinc, entre
otros. Tomar granos enteros es bueno para la salud de la piel y del
cabello, dándole fuerza, brillo y cuerpo. Apuesta por la avena (ayuda a
cuidar la línea) y la cebada.
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Huevos: La clara del huevo apenas
aporta calorías, mientras que con la yema hay que tener más cuidado
porque puede aumentar el colesterol (no conviene tomar más de 3-4 yemas
a la semana). Los huevos, no obstante, también son básicos en una dieta,
sobre todo para combatir la caída del cabello y para fortalecer las
uñas, ya que so ricos en hierro, zic, biotina y vitamina B12.
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Carne magra: La carne magra o de color blanco (pavo, pollo),
incluso la carne roja si se toma con moderación (no más de 2 veces a la
semana), reporta interesantes beneficios para la piel, las uñas y el
cabello. La carne blanca es rica en proteínas de alto valor biológico,
que nutren la piel y fortalecen el cabello y las uñas. Por su parte, la
carne roja es rica en hierro, esencial para oxigenar los tejidos.
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Verduras de hojas verdes: Son sobre todo una fuente excepcional
de vitaminas (A, C), esenciales para nutrir la piel. Los vegetales de
hogar verdes (espinacas, acelgas…), favorecen la renovación de la piel
al estimular la producción de colágeno.
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Frutos secos: La vitamina E y el selenio hacen de los frutos
secos una fuente excepcional de antioxidantes para combatir los efectos
de los radicales libres, previniendo el envejecimiento de la piel y
otros tejidos. En especial, tomar nueces y almendras.
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Lácteos bajos en grasas: La leche desnatada, el queso bajo en
grasas, son fuentes excepcionales de proteínas y de vitamina A, ideal
para combatir la piel seca y recupera la fuerza y brillo en cabello y
uñas. Hay que tener, no obstante, cuidado con abusar de los lácteos y
derivados ya que desnatados no significa que tengan cero calorías.
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Frutas y verduras de color naranja: El naranja es, por
excelencia, el color de los alimentos aliados de la piel. Su contenido
en betacaroteno, entre otros, protege la piel de los rayos solares. La
vitamina A y C de las naranjas, clementinas, calabaza y pomelos favorece
la producción de colágeno y la regeneración de tejidos.
Los mejores alimentos y sus nutrientes más indispensables
En el contexto de una dieta saludable no existen los alimentos malos o
prohibidos: todos los nutrientes son
fundamentales para la vida. Sin embargo, hay algunos más básicos en
tanto que se necesitan en más cantidad o que ejercen funciones más específicas o
que son esenciales. Esto último quiere decir que nuestro cuerpo por sí solo no
los puede producir, de ahí que deban estar siempre presentes en los alimentos
que componen la dieta diaria.
Nuestro organismo necesita 40 nutrientes
diferentes para mantenerse sano. Ningún alimento los contiene todos,
por lo que cuanto más variada sea la dieta, más fácil será cubrir las
necesidades de todos ellos. Una lista saludable debe contener nutrientes y
compuestos saludables. Para hacerla, se pueden escoger alimentos con
particularidades nutritivas específicas y sobresalientes sobre otros alimentos
de su misma naturaleza, pero con sutiles diferencias como para hacerlos
merecedores de los primeros puestos. Se
incluyen: ácidos grasos omega-3, fitosteroles, antioxidantes
(antocianinas, resveratrol, sulforafanos), vitamina C, ácido fólico, hierro,
vitamina B12, fibra y proteína vegetal.
Alimentos saludables: una lista de diez (más diez alternativas)
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1. Acerola o naranja. Todas
las frutas podrían ocupar el primer sitio de la lista, en particular, por su
riqueza en vitamina C, pero hay que elegir dos. Muchas de las frutas más
ricas en vitamina C no están con facilidad a nuestro alcance, como el
kakadu o el camu-camu. Dentro de esta lista de frutas exóticas está
la acerola, si bien cada vez es más usual encontrar su jugo, por lo que se
invita a probarlo y a incluirlo como alternativa y fuente de vitamina C y
otros antioxidantes. Dentro de las frutas de cultivo nacional y consumo
cotidiano, la riqueza en vitamina C y ácido fólico ha determinado que las mandarinas o
las naranjas contengan todos los argumentos necesarios para convencer a
personas de todas las edades que las incorporen en su alimentación habitual.
Hay que recordar que la fruta debe ser bien masticada. Las recetas para
lograr su presencia diaria en la dieta son innumerables. Un apetitoso plato
de naranjas con salsa de nueces y miel, un zumo de mandarinas y limón o una
original mermelada de mandarinas nos ayudarán a alternar entre las más
comunes de melocotón y fresa.
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2. Brócoli o calabaza. La
primera está calificada como la verdura de mayor valor nutritivo por unidad
de peso de producto comestible. El brócoli es rica en vitamina C, ácido
fólico y niacina y una buena fuente de provitamina A (beta-caroteno),
vitamina B1 y E, nutrientes a los que se suman los glucosinolatos de alto
poder antioxidante y con experiencia clínica probada en la protección de
enfermedades degenerativas como el cáncer. Como pareja se ha elegido a una
hortaliza, la calabaza, también con un alto potencial antioxidante. Destaca
su aporte de beta-caroteno, sustancia que tras ser absorbida en nuestro
cuerpo se transforma en vitamina A o retinol. Esta resulta esencial para la
visión, el buen estado de la piel, los tejidos y para el buen funcionamiento
de nuestro sistema de defensas. Una "receta 20", que suma los dos alimentos,
es la crema de brócoli y calabaza.
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3. Arroz integral o cuscús. Los
granos integrales son más oscuros que los refinados debido a que se conserva
parte del salvado de la cáscara. Por ende, la concentración de nutrientes y
fitoquímicos protectores es mayor. El arroz -en general, aunque elegimos el
integral- es un alimento energético, exento de colesterol y con un contenido
en grasa casi nulo. Tiene poco aporte de sodio (cuidado con la sal que se le
añade en el cocinado). Ayuda a controlar la tensión y el azúcar en sangre y,
además de tener más fibra (el doble que su versión en blanco), proporciona
un sinfín de sustancias protectoras (fitoquímicos antioxidantes). Se puede
alternar el arroz con otro cereal, pero hay que procurar que siempre sean
integrales, no refinados. El cuscús es un derivado del trigo, nutritivo y
polivalente. En la cocina, los cereales potencian sus bondades si se
combinan con legumbres, verduras o proteína vegetal (tofu, tempeh...). Si
queremos experimentar, podemos probar cereales más exóticos que rompan la
monotonía, como son el mijo,
la quinua o el bulgur.
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4. Anchoas o verdel. Desde
el punto de vista nutricional, el pescado es un alimento con una composición
parecida a la de la carne, pero con marcadas diferencias, y son estas las
que le colocan en la lista antes que la carne. Elegimos con preferencia las
especies de pescado azul más pequeñas para un consumo habitual, ya que,
además de compartir con los grandes sus cualidades nutricionales, no
acumulan en sus tejidos tantos metales pesados, un elemento limitante en el
consumo de estos últimos. Todos ellos son ricos en omega-3, que contribuye a
disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos plasmáticos, y además
aumenta la fluidez de la sangre. En cuanto a las vitaminas, destaca la
presencia de algunas pertenecientes al grupo B (como la B2, B3, B6 y B9 y
B12). Las anchoas pueden degustarse como ración, aunque ofrecen muchas otras
posibilidades gastronómicas. Lo mismo ocurre con el verdel, que se
puede preparar de muy diversas maneras.
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5. Nueces o pipas de calabaza. Las
nueces contienen ácidos grasos poliinsaturados del tipo omega-3, una grasa
que tiene efectos cardiosaludables, y un agregado de compuestos bioactivos
que podrían actuar contra los procesos de inflamación crónica que se dan
también en la diabetes. Son frutos secos y como tales destacan por su
contenido en grasa, pero esto no debe ser impedimento para comerlas a
diario o de manera habitual. Más de las 3/5 partes de su peso corresponden a
la grasa y esto hace que su contenido calórico sea muy elevado. Casi 180
calorías son las que aportan 30 gramos de nueces, unas 4-7 nueces,
dependiendo de su tamaño. Si se es alérgico a las nueces, se puede optar por
otro fruto seco o pensar en probar las semillas o pipas de la calabaza.
Crudas o ligeramente tostadas, contienen vitamina E, ácido linoleico, zinc y
hierro, y además tienen propiedades alcalinizantes y vermífugas: paralizan
los gusanos que parasitan el intestino, como las tenias (solitaria) y los
áscaris. A las nueces y las pipas se pueden sumar otros frutos secos como
los anacardos, almendras, nueces de
macadamia, pistachos, castañas...
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6. Aceite de oliva virgen extra o
aguacate. Esta pareja no es excluyente, pero es interesante verlos
juntos, pues uno es un zumo y el otro, una fruta. Dentro de los aceites
vegetales, el de oliva encabeza la lista de beneficios para el organismo. Es
un bálsamo para el cuerpo gracias a su composición: cerca del 85% de la
grasa que contiene es insaturada, la más saludable. En ella se concentran
ácidos monoinsaturados como el oleico, que es el más equilibrado, y el
poliinsaturado ácido linoléico, además de fitosteroles y buena dosis de
vitamina E antioxidante. Este cóctel nutritivo ayuda a disminuir el
colesterol malo (LDL-c) del organismo al mismo tiempo que conserva el bueno
(HDL-c) y, en consecuencia, previene las enfermedades cardiovasculares. El
aguacate, por su parte, es un fruto que en general se emplea a modo de
hortaliza o verdura, de sabor delicado y de fácil consumo, rico en grasas
monoinsaturadas (como las del aceite de oliva, aunque menos abundantes),
antioxidantes y minerales. No hay duda de que son dos alimentos sabrosos.
Una crema de aguacate con pepino o un pan de pueblo con aceite y finas
hierbas son irresistibles mordiscos de salud.
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7. Ajo o cebolla. Las
propiedades saludables del ajo como condimento y medicamento ya eran bien
conocidas por los antiguos egipcios, hebreos, griegos y romanos. En la
actualidad, su uso terapéutico ha quedado relegado a favor de su empleo como
condimento, pero conserva excelentes cualidades diuréticas, depurativas,
antisépticas y antibacterianas. Las cebollas eran muy valoradas por los
egipcios, al igual que el ajo y el puerro. También en la época de griegos y
romanos las cebollas eran muy consumidas. Su bajo valor calórico permite
incluirlas como acompañamiento de cualquier plato que forme parte de una
dieta de control de peso. Además, gracias a su elevado contenido en fibra,
la cebolla aporta sensación de saciedad tras su consumo y mejora el tránsito
intestinal. Se ha puesto muy de moda la cebolla caramelizada y la sopa de
cebolla, dos ejemplos que le dan personalidad propia, más allá del
condimento.
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8. Lentejas o garbanzos. La
elección de una u otra legumbre, en general, si se está sano, solo está
condicionada por el gusto. Ambas presentan una alta concentración de
nutrientes. Los hidratos de carbono son los más abundantes y están formados
sobre todo por almidón. Sus proteínas vegetales, aunque en buena cantidad,
son incompletas, puesto que son deficitarias en metionina (aminoácido
esencial). No obstante, si se combinan con cereales como el arroz, alimentos
ricos en dicho aminoácido, se convierten en proteínas de alto valor
biológico, equiparable a las que aportan los alimentos de origen animal. El
contenido en lípidos es muy bajo. El aporte de fibra es importante.
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9. Pollo o pavo. Sea cual
sea la elección, mejor de corral. En los pollos se pueden apreciar
variaciones en la composición de la carne, en función de la edad del animal
sacrificado. Los ejemplares más viejos son más grasos. También existen
diferencias en la composición de las distintas piezas cárnicas, como en el
caso de la pechuga, cuyo contenido en proteínas es mayor que el que presenta
el muslo. Respecto a las vitaminas, destaca la presencia de ácido fólico y
vitamina B3 o niacina. Entre los minerales, el nivel de hierro y de zinc es
menor que en el caso de la carne roja, aunque supone una fuente más
importante de fósforo y potasio. Si el pollo no gusta, o se está aburrido de
comer siempre lo mismo, se puede optar por el pavo. La creciente
incorporación a la dieta en los últimos años tiene sus razones. Es un
alimento magro, fácil de digerir y de bajo contenido en grasa y colesterol.
La carne de pavo es muy proteica (del 20% a 25% de proteínas según la
porción) y se puede equiparar tanto en cantidad como en calidad con la del
resto de carnes. Además, su bajo contenido en colágeno facilita la
digestibilidad.
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10. Chocolate negro o cacao puro (amargo
por naturaleza, pura dosis de antioxidantes). Aunque con moderación, puesto
que es un alimento graso, no hay que olvidarse de sus bondades. No tiene
alimento alternativo, ningún dulce rico en grasa es capaz de combinar la
riqueza en flavonoides, zinc y fibra, de sustancias antioxidantes que
contrarresten el papel de los radicales libres en su labor preventiva de
enfermedades degenerativas (cardiovasculares, numerosos tipos de cáncer,
cataratas, Alzheimer y otras alteraciones del sistema nervioso). Pero hay
que insistir: solo posee estas propiedades cuando es chocolate negro y
amargo, lo más próximo al cacao puro.
En definitiva, la lista de alimentos saludables para la vida actual incluye
frutas, verduras, cereales, legumbres, carne, pescado, frutos secos, aceite de
oliva e incluso chocolate. Se trata de recoger en una cesta alimentos primarios,
cercanos, de temporada y muy conocidos, lo que añade la ventaja de que la
sabiduría popular sabe discriminar los buenos ejemplares y el recetario casero
salvaguarda multitud de posibilidades a las que se añaden propuestas de nueva
cocina que gusta de sabores contundentes y auténticos.