Al escuchar las reacciones de aquellas personas que toman café, nos surge la pregunta de cómo puede el café tener esa gran variedad de efectos sobre el cuerpo. Desde que empezamos la comercialización del café Teeccino a base de hierbas, nuestros clientes empezaron a hablar de que sus síntomas se agravaron por el consumo de café. Comenzamos a elaborar una lista que resultó sorprendente por su diversidad. Pensamos que la razón de que el café no hubiera tenido consecuencias para la salud, a diferencia del tabaco, era debido a que sus efectos no se podían identificar específicamente como sucede con el cáncer en los pulmones, causado por el tabaquismo.
Nos equivocamos. Stephen Cherniske publicó su libro de referencia en 1988, “Cafeína Blues”, y en él identificó entre los efectos de la cafeína la estimulación de las glándulas suprarrenales para producir cortisol, la hormona del estrés más importante del cuerpo. Después de la publicación de “Cafeína Blues”, los estudios sobre el cortisol, su relación con la cafeína, y las consecuencias a largo plazo de un cortisol elevado para la salud, demostraron que las teorías de Cherniske eran absolutamente correctas.
La posterior publicación de “La conexión del cortisol” por Shawn Talbott, Ph.D. proporciona una imagen aún más fuerte de lo que sucede en el cuerpo cuando se vive inundado de cortisol.
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Respuesta del Cuerpo al Estrés
Tanto Cherniske como Talbott explican que el cortisol es una hormona del estrés necesaria diseñada para ayudarnos a levantar por las mañanas y en situaciones de emergencia, para hacer frente a los peligros. Un aumento en el cortisol provoca la liberación de aminoácidos de los músculos, glucosa desde el hígado, y ácidos grasos en el torrente sanguíneo para que el cuerpo puede tener acceso a una enorme cantidad de energía en poco tiempo.
Por desgracia, puesto que carecemos de esta necesidad en la vida moderna, de reaccionar ante situaciones límite, moviéndonos en actividades físicas intensas, las hormonas con índices elevados siguen estimulando la liberación de aún más hormonas del estrés. Debido a nuestro estilo de vida sedentario, estamos normalmente bebiendo nuestra taza de café mientras nos encontramos sentados en un escritorio, o comiendo, o en el coche. Cuando la cafeína provoca la generación de cortisol, nuestro estado de estrés produce una sobre tensión en un día ya lleno de acontecimientos estresantes.
Envejecimiento y Metabolismo catabólico
Una cantidad elevada de hormonas de estrés sitúan el cuerpo en lo que, tanto Cherniske como Talbott llaman un estado “catabólico”. Esta es la fase de la vida celular que incluye la destrucción generalizada de tejido, pérdida de masa muscular, pérdida ósea, depresión del sistema inmune ¡…e incluso la contracción del cerebro! A medida que el cuerpo envejece, aumenta la producción de cortisol y, junto con bajos niveles de DHEA, testosterona y el estrógeno, y se acelera la pérdida de cartílago, de hueso y de tejido muscular.
Muchas personas descubren que no pueden tolerar la cafeína después de cumplir los 40 como cuando tenían 20 años. En la mitad de la vida, empezamos a sentir que nuestros cuerpos envejecen cuando comienzan a quejarse al bajar la producción de DHEA y de la Hormona del crecimiento, la producción de cortisol se eleva, y de repente ya no tenemos la misma energía o la resistencia que una vez tuvimos.
El aumento de peso, enfermedades del corazón y diabetes
La exposición crónica a largo plazo a las hormonas del estrés altera el metabolismo del cuerpo y causa la elevación del nivel de azúcar en sangre, produce colesterol alto, presión arterial alta, y el aumento de niveles de grasa corporal debido a un aumento del apetito. El estrés estimula el antojos por los dulces, por los alimentos ricos en calorías y los carbohidratos, y por los aperitivos salados. La combinación de altos niveles de cortisol, bajos niveles de DHEA y baja producción de la hormona del crecimiento hace que el cuerpo almacene grasa, pierda músculo y disminuya la tasa metabólica. No hay dietas milagrosas, como El Plan para Eliminar Grasa y la dieta de Rosedale le dicen, que quitando de su alimentación la cafeína conseguirá eliminar peso.
El estrés te hace quemar menos calorías y el cortisol en realidad puede reducir la capacidad del cuerpo para liberar la grasa de sus reservas para obtener energía. En su lugar, nos convertimos en quemadores de azúcar y almacenamos grasa. Las hormonas del estrés causan un aumento en la grasa corporal en la región abdominal, exactamente donde no la necesitamos.
El estrés crónico puede llevar el cuerpo a ignorar la función de la insulina. La resistencia a la insulina se desarrolla cuando las células no responden al mensaje de la glucosa de la sangre. Se cree que un nivel elevado de azúcar en sangre es debido al estrés y que la dieta contribuye al desarrollo de la resistencia a la insulina.
Cuando la insulina no puede desbloquear nuestras células, aumenta el apetito, mientras que la capacidad del cuerpo para quemar grasa disminuye. Este síndrome es una parte del problema moderno de las crecientes tasas de obesidad y diabetes.
Sistema inmune deficiente
El cortisol contrae la glándula del timo – uno de los reguladores inmunitarios claves en el cuerpo – e inhibe la actividad de los glóbulos blancos en la sangre y su producción. En realidad, puede ser la señal para que las células del sistema inmunológico se apaguen y mueran. La exposición prolongada al cortisol puede causar que las mismas células del sistema inmunológico ataquen a los propios tejidos del cuerpo, lo que conduce a enfermedades del sistema autoinmune.
Inicialmente, el sistema inmunológico puede reaccionar de forma exagerada causando alergias, asma y diversos trastornos del sistema inmunológico como la artritis reumatoide, lupus, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn y fibromialgia. Finalmente, la exposición a largo plazo puede dar lugar a la supresión del sistema inmune y enfermedades mucho más graves causadas por la inactivación del mismo.
El estrés inhibe la producción y la actividad de las células asesinas naturales, conocidas como células NK, hasta en un 50%. Las células NK son las responsables de identificar y destruir a las células cancerosas y los virus. Aún más, el miedo, el estrés crónico puede acelerar el crecimiento de las células cancerosas en el cuerpo, así como bloquear la capacidad del cuerpo para combatir el cáncer. Promueve la síntesis de nuevas células tumorales en la sangre y acelera el crecimiento de algunos tumores.
Problemas gastrointestinales
Todos estamos familiarizados con el ardor de estómago causado por la alta acidez del café. Por otra parte, la cafeína, mediante la elevación del cortisol, suprime energía en el tracto gastrointestinal, reduce la producción de enzimas necesarias para digerir los alimentos, y reduce la absorción de minerales y nutrientes. La alta acidez junto con niveles bajos de minerales puede conducir al desarrollo de la osteoporosis.
Además, el cortisol inhibe el crecimiento de la microflora beneficiosa en el intestino. Estas bacterias esenciales apoyan el sistema inmunológico, crean vitaminas del grupo B, y aumentan la absorción de minerales como el calcio, hierro y el magnesio. Una disminución en su población se traduce en más resfriados, dolores de garganta, dolor de cabeza, diarrea, dolor de estómago y el crecimiento excesivo de bacterias dañinas y hongos como la cándida.
Cambios de humor y depresión
Los cambios de humor, la ansiedad y la depresión son todos ellos consecuencias de los efectos a largo plazo de un cortisol elevado, porque influye en la producción de serotonina y dopamina. Aunque las hormonas del estrés causan un aumento temporal en la memoria a corto plazo, con un máximo de 30 minutos, el cortisol elevado reduce el flujo sanguíneo y el suministro de glucosa al cerebro e interfiere en la capacidad de las células cerebrales de captar glucosa. …¡Incluso puede hacer que las células del cerebro se reduzcan de verdad!
Los estudios muestran que los estudiantes que estudian a última hora con cafeína, elevando así los niveles de cortisol, encuentran que su memoria a corto plazo les falla en el examen del día siguiente.
La fatiga y el insomnio
La producción de cortisol es naturalmente alta de madrugada alrededor de las 8 am, porque una de sus funciones beneficiosas es ayudarle a levantarse y tener energía durante el día. Las personas que fuerzan a sus glándulas suprarrenales para producir cortisol en exceso alteran sus concentraciones de cortisol por lo que el nivel de cortisol es bajo por la mañana cuando se despiertan, en lugar de alto, como debería.
Por supuesto, si nos despertamos sintiéndonos débiles, la mayoría de nosotros tomaremos una taza de café para disparar artificialmente nuestros niveles de cortisol de nuevo. Si usted toma café más tarde durante el día, el nivel de cortisol elevado puede interferir con los ritmos circadianos naturales del cuerpo. Tomar café con las comidas puede desencadenar oleadas de cortisol que puede provocar comer en exceso cuando el azúcar en sangre descienda. Los altos niveles de cortisol pueden interferir con una buena noche de sueño, ya que le puede impedir entrar en la etapa 3 y 4 del sueño;tu cuerpo necesita dormir con la profundidad, la reconstrucción y la reparación adecuadas para su recuperación.
Envejecimiento de la piel y arrugas
Lo último, pero no por ello menos importante, es nuestra apariencia. La cafeína deshidrata el cuerpo. Lo mismo ocurre con los niveles elevados de cortisol. Esto conduce a una piel deshidratada y arrugas prematuras. El Dr. Nicholas Perricone en sus libros más vendidos, la receta Perricone y La Cura de las arrugas, pone énfasis en dejar de tomar café para prevenir el envejecimiento de la piel. Sus pacientes le revelaron las consecuencias de los niveles elevados de cortisol en la piel envejecida y las arrugas a través tanto de la deshidratación como por la disminución de colágeno y elastina.
Seis consejos para bajar su producción de cortisol:
Tanto Cherniske como Talbott hacen hincapié en la importancia de aumentar nuestro metabolismo “anabólico”, en la reconstrucción, la reparación y en rejuvenecer el ciclo de vida de las células, para revertir las consecuencias de niveles altos de las hormonas del estrés y el envejecimiento. Cherniske compara el modelo de metabolismo anabólico/catabólico con un columpio. Usted necesita tener el lado anabólico alto y el catabolismo, o la degeneración, tan bajo como se pueda.
A continuación, incluimos 6 consejos que le darán las primeras recomendaciones para disminuir los niveles de cortisol y por lo tanto el metabolismo catabólico, mientras aumenta el metabolismo anabólico y experimentará una salud óptima.
1. Eliminar la cafeína de su dieta. Es la forma más rápida de reducir la producción de cortisol y elevar la producción de DHEA, la principal hormona de la juventud, anabólica. 200 mg de cafeína (una taza de café) aumenta los niveles de cortisol en la sangre en un 30% en una hora. El cortisol puede permanecer alto durante hasta 18 horas en sangre. Este es el paso más sencillo para disminuir su metabolismo catabólico y aumentar su metabolismo anabólico.
2. Consiga un sueño más profundo y más largo. El promedio es que las personas de 50 años tienen los niveles de cortisol durante la noche, más de 30 veces mayor que la media de 30 años de edad. Trate de tomar melatonina, una hormona natural producida en la noche que ayuda a regular los ciclos de sueño/vigilia, antes de ir a dormir para aumentar su propia producción de melatonina, que también disminuye con la edad. Es posible que no lo necesite todas las noches, pero si usted está despertándose a medianoche o muy temprano por la mañana, la melatonina puede ayudarle a dormir más profundamente y alargar su ciclo de sueño. Si tiene sueño durante el día a pesar de que ha dormido mucho, suprima la melatonina durante un tiempo. Es una señal de que está consumiendo demasiada.
3. Haga ejercicio regularmente para generar masa muscular y aumentar la producción de serotonina y dopamina, sustancias químicas del cerebro que reducen la ansiedad y la depresión. Cherniske recomienda tomar suplementos de DHEA para acortar el período de adaptación cuando no esté en forma y los músculos y el sistema cardiovascular le disuaden de continuar haciendo ejercicio antes de ponerse en forma. La DHEA también acelera la construcción de la masa muscular y aumenta la sensación de ser fuerte y enérgico.
4. Mantenga estable su nivel de azúcar en sangre. Evite el azúcar en la dieta y los carbohidratos refinados para no disparar su producción de insulina. Coma comidas pequeñas y frecuentes equilibradas en proteínas, carbohidratos complejos y grasas buenas como el aceite de oliva y aceite de semilla de lino. Las dietas ricas en hidratos de carbono complejos mantienen los niveles más bajos de cortisol que las dietas bajas en carbohidratos. Manténgase bien hidratado – la deshidratación pone el cuerpo en tensión y aumenta los niveles de cortisol. Tenga agua cerca de su cama y beba cuando se despierte por la mañana y antes de irse a dormir.
5. Tome suplementos anti-estrés como vitamina B, minerales como el calcio, magnesio, cromo y zinc y antioxidantes como la vitamina C, el ácido alfa lipoico, extracto de semilla de uva, y hierbas CoQ10. Adaptógenos como el ginseng, el astrágalo, eleutherococus, schizandra, Tulsi (albahaca santa) rhodiola y ashwagandha ayudan al cuerpo a lidiar con los efectos secundarios del estrés y reequilibrar el metabolismo. Estos suplementos y hierbas no sólo mantienen los niveles de cortisol más bajos, sino que también ayudarán a disminuir los efectos del estrés en el cuerpo mediante la estimulación del sistema inmune.
6. Medite o escuche cintas de relajación que promuevan la producción de ondas alfa (el estado de alerta centrado) y ondas theta (relajado). Evite despertadores repentinos que le lleven desde las ondas delta (sueño profundo) a las ondas beta (agitado y ansioso) y estimulantes como la cafeína que promueven las ondas beta, mientras que suprime ondas alfa y theta.
Para una exploración más profunda del papel del cortisol y las consecuencias de la elevación a largo plazo de las hormonas del estrés en el cuerpo, leer La Conexión cortisol por Shawn Talbott, Ph.D. y El Plan metabólico por Stephen Cherniske, M.