“Los plátanos de Canarias se diferencian por su sabor más dulce, su aroma y sus inconfundibles motitas. Esto es debido a que poseen un mayor índice de humedad, por lo que son mucho más jugosos que la banana, que es más seca y tiene una textura más harinosa por su composición en carbohidratos, azúcares solubles y sacarosa”.
Así describe la Asociación de Organizadores de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) las principales diferencias entreplátano y banana, dos frutas de la misma familia, pero con detalles que las distinguen, tanto en el paladar como en sus nutrientes.
La banana es más larga que el plátano, más recta, pesa algo más que el plátano y el color de su pulpa es blanco amarillento. Y su aroma tiende a “verde, a madera u olor a cerrado”, según un estudio de la Universidad de Navarra encargado por Asprocan.
En España estamos más acostumbrados al consumo de plátanos, pero la banana también es una buena alternativa para ayudar al cuerpo a recuperarse tras un esfuerzo físico, como la práctica deportiva, aunque la cantidad de potasio (el mineral que más influye en esta recuperación) es algo superior en el plátano.
La banana contiene más almidón que el plátano, pero también es mucho más rica en calcio, imprescindible para fortalecer dientes, huesos y cabello. En cuanto a las vitaminas, ambas frutas contienen vitamina A, B2, B6, C y riboflavina, en cantidades superiores en el plátano respecto de la banana.
Al ser un alimento menos dulce, la banana suele utilizarse en platos salados, como guisos, fritos u horno.
Banana
Valor nutricional (por 100 gramos):
Calorías: 110 kcal
Proteínas: 1,2 g
Hidratos de carbono: 26,2 g
Fibra: 2,3 g
Potasio: 387,8 mg
Calcio: 18,2 mg