Su nombre varía según los países, en España se la conoce como calabaza, mientras que en Colombia se le denomina ahuyama; ayote en Honduras, zapallo en Panamá, Perú y Argentina y auyama (sin la h intercalada), en Venezuela.
Cuando se compra una calabaza es importante que el producto esté
firme y maduro: el tallo debe ser suave y bien unido a la calabaza. La
piel debe estar libre de abolladuras y producirá un sonido hueco al
golpearlo ligeramente.
Si se la compra en trozos, hay que asegurarse de que el fruto está
maduro y firme, que la pulpa no esté seca, y que las semillas estén
húmedas y resbaladizas.
La calabaza entera puede ser almacenada en un lugar oscuro, fresco y seco durante todo el invierno, la calabaza en trozos en cambio, se conserva en el refrigerador, envuelta en papel film y debe ser consumida rápidamente, ya que tiende a deshidratarse. Su pulpa también se puede congelar, preferiblemente hirviéndola previamente.
La calabaza es un vegetal bajo en calorías: proporciona 26 kilocalorías por cada 100 gramos, un poco más de la escarola o lechuga.
Valor nutricional por cada 100 gr.
Energía: 29 Kcal
Proteínas: 1.1 g.
Hidratos de carbono: 4.6 g.
Fibra: 2.2 g.
Lípidos: 0.13 g.
Colesterol: 0 mg.
AGP (Ácidos grasos poliinsaturados): 0.007 g.
AGS (Ácidos grasos saturados): 0.068 g.
AGM (Ácidos grasos monosaturados): 0.017 g.
Vitamina A: 128 µg.
Vitamina B1: 0.047 mg.
Vitamina B2: 0.067 mg.
Vitamina B6: 0.11 mg.
Vitamina B12: 0 µg.
Vitamina C: 12 mg.
Vitamina D: 0 µg.
Calcio: 22 mg.
Sodio: 3.1 mg.
Ácido fólico: 36 µg.
Retinol: 0 µg.
Yodo: 1.4 µg.
Potasio: 304 mg.
Fósforo: 44 mg.