Gallina

La gallina es la hembra vieja del pollo. Se utiliza preferentemente para guisos y caldos, ya que su carne es muy grasa y fibrosa, aromática, pero con peor textura. Estos son sus aportes nutrionales cada 100 gr. de producto:

Comestible: 70 %
Energía: 369,00 Kcal.
Carbohidratos: 0,00 gr.
Grasas: 29,50 gr.
Proteinas: 24,00 gr.
Fibra: 0,00 gr.
Colesterol: 1,50 mg.
Hierro: 10,00 mg.
Calcio: 200,00 mg.
Fósforo: 0,00 mg.
AGSat: 12,25 gr.
AGMonoInsat: 5,60 gr.
AGPoliInsat: 75,00 gr.

Gallo

Gallo
El gallo es un pez muy abundante en nuestros mercados. Pertenece a la especie de los llamados peces planos, aunque hemos de tener muy en cuenta que en dicha categoría tienen cabida peces muy distintos, que no tienen nada que ver uno con el otro. Por ejemplo, muchas personas confunden el gallo con el pescado conocido como “peludas”, ya que tienen una apariencia muy parecida, cuando ni tan siquiera pertenecen a la misma familia.
 
Se encuentra en abundancia en el Océano Atlántico, en la zona nororiental del mismo, así como en los mares del Norte, y en nuestras costas mediterráneas. Normalmente, los podemos encontrar a una profundidad que oscila entre los 1000 y los 400 metros, aunque hay ejemplares que bajan hasta los 800 metros.
 
Se caracteriza por tener el cuerdo alargado y plano, y su color es amarillento por encima y rosáceo por debajo. Una de sus características, que es común a los pescados planos, es que tiene los ojos situados en el lado izquierdo del cuerpo.
 
La mejor temporada para la pesca y el consumo del gallo, cuando dicho pescado está en su mayor esplendor, es en los meses de marzo y abril.
 
La alimentación del gallo se basa en cefalópodos, crustáceos y alevines de diferentes peces, y, en cuanto a su tamaño, normalmente miden entre los 20 y los 50 centímetros, estando su peso común entre los 250 grs. y el kilo. De todas maneras, hay ejemplares mayores, y de hecho se han encontrado algunos de ellos de más de 60 centímetros.
 
Se trata de un pescado blanco, de sabor agradable, y con muchas propiedades nutritivas, siendo de destacar su bajo contenido en grasas, ya que no llega a los 2 grs. de grasa por cada 100 grs. de su carne. Por tanto, es un producto sumamente recomendable para aquellas personas que estén siguiendo una dieta de reducciòn de peso. Sin embargo, como en cualquier producto bajo en grasas, hay que tener siempre en cuenta que será idòneo para dicha dieta siempre que lo cocinemos de una manera adecuada, sin añadirle productos que aumenten sus calorías. Por supuesto, no tendrá las mismas si lo comemos a la plancha que si lo empanamos.
 
Tiene proteínas, pero es de advertir que en una cantidad inferior al que tienen la mayoría de pescados. Contiene vitaminas B6 y B9, esta última en mayor cantidad. La vitamina B6 son beneficiosas para el funcionamiento de las neuronas, así como para la formación de anticuerpos, mientras que la B9 favorecen la producción de los glóbulos de la sangre, tanto los rojos como los blancos.
 
Uno de los componentes destacables del gallo es el sodio, más elevado que el de la mayor parte de pescados. Este mineral aporta energía al organismo, facilitando también la regulación de la presión sanguínea.
 
Encontramos asimismo en la carne del gallo otros minerales como el fósforo, beneficioso tanto para los huesos como para los dientes, y el magnesio, que facilita el buen funcionamiento de los intestinos, así como del sistema nervioso.
 
Otra de las propiedades de este pescado es que facilita el funcionamiento de la tiroides, gracias a la cantidad de yodo que contiene, que lo hace además muy recomendable para las mujeres embarazadas, ya que tiene una buena acción sobre el feto, en cuanto a su crecimiento. También mejora la actividad nerviosa y muscular, lo cual se debe a su contenido en magnesio.
 
Propiedades nutritivas por cada 100 grs. de producto
 
Grasa               1,90 g.

Calorias           80,3

Colesterol        60,20 mg.
Sodio            150 mg.
Carbohidratos    0 g.
Fibra                 0 g.
Azúcares           0 g.
Proteínas         16,13 g.
Vitamina A        0 ug.
Vitamina B3      6,30 mg
Vitamina B12    1,10 ug.          
Vitamina C        0 mg.
Calcio             33,60 mg.
Hierro               0,96 mg.       

Garbanzo

 
 
Los garbanzos (Cicer arietinum) son las semillas de una planta herbácea anual de la familia de las Leguminosas, originarias del Medio Oriente, desde donde se extendió posteriormente a la India y China. Son cultivadas desde tiempos inmemoriales en todos los países de la cuenca mediterránea. Los garbanzos son legumbres de orígenes antiguos: en la época de los egipcios eran la comida de los pobres esclavos, mientras que los romanos adoraban comerlos fritos en aceite de oliva.

Los garbanzos se dividen principalmente en dos variedades: la mediterránea, más grande y amarillenta, y la oriental, más pequeña y rosácea.

Los garbanzos se venden en diferentes formas: secos, cocidos y enlatados o en frascos de vidrio junto con su agua de cocción, tostados y salados (compañeros excelentes para el aperitivo) y en forma de harina con la que se preparan bollos y pizzas como la famosa farinata o fainá de la cocina ligur italiana.

A diferencia de otras leguminosas, los garbanzos se consumen exclusivamente secos (no pude consumirse el grano fresco) y tienen un alto valor energético, buena cantidad de proteínas y poco aporte de grasa.

Al comprarlos, asegurarse de que no sean demasiado viejos (más de un año), y que no tengan grietas o agujeros.

La preparación de los garbanzos secos es bastante larga, ya que se debe remojar de 8 a 24 horas y después se deben cocinar durante al menos 3 horas, o en olla de presión durante una hora a una hora y media, preferentemente fuego lento.

Los garbanzos enlatados, en cambio, son mucho más rápidos de preparar, ya que no requiere remojo ya están hervidos), y se cocinan muy rápidamente.

Los garbanzos se utilizan en la cocina con platos a base de pasta o sopas, en pizzas (realizadas con hariona de garbanzos), buñuelos, guisos, tartas o en platos emblemáticos de la cocina árabe como el hummus (pasta de grabanzos) o las deliciosas albóndigas llamadas "Falafel".

Una vez hervidos, pueden consumirse solos con un chorrito de aceite de oliva, o saborizarlos con  hojas de laurel, romero, pimienta, apio, ajo; y van muy bien con platos de pescado.

Entre las leguminosas, los garbanzos están entre los más ricos en calorías: contienen un 6% de grasa, mientras que judías, lentejas y guisantes sólo tienen al máximo, unl 2%.

Como con casi todas las leguminosas, el contenido de hidratos de carbono es muy alto (aproximadamente 55%), mientras que las proteínas ascienden en promedio al 20%; son ricos en fósforo y potasio y contienen un porcentaje bastante elevado de ácido linoleico y por lo tanto puede considerarse una discreta fuente de grasas esenciales.

Son muy ricos en almidón y también contienen buenas cantidades de minerales, fibra y vitaminas A y C, así como saponinas, sustancias que ayudan al cuerpo a eliminar el colesterol en el intestino.

Los garbanzos son legumbres un poco difíciles de digerir y por tanto no se recomienda para personas que sufren del estómago o el intestino; pero si antes de ser comido, se elimina la piel transparente que los recubre, resultan más livianos.

Información nutricional cada 100 gr.

Energía: 383 Kcal
Proteínas: 20.8 g.
Hidratos de carbono: 55.8 g.
Fibra: 13.6 g.
Lípidos: 5.5 g.
Colesterol: 0 mg.
AGP (Ácidos grasos poliinsaturados):  2.5 g.
AGS (Ácidos grasos saturados): 0.36 g.
AGM (Ácidos grasos monosaturados): 1.6 g.
Vitamina A: 33 µg.
Vitamina B1: 0.45 mg.
Vitamina B2: 0.14 mg.
Vitamina B6: 0.15 mg.
Vitamina C: 4.1 mg.
Calcio: 143 mg.
Sodio: 25 mg.
Ácido fólico: 185 µg.
Yodo: 1.5 µg.
Potasio: 756 mg.
Fósforo: 332 mg.