Pertenece a la familia de los cefalópodos, caracterizándose por su cuerpo alargado, su gran cabeza y sus tentáculos llenos de ventosas. Según estudios realizados, el calamar goza de una importante inteligencia.
A pesar de estar en nuestros mercados durante todo el año, la mejor época del calamar es desde el mes de octubre hasta el mes de abril, cuando las aguas están a más baja temperatura.
Los beneficios que el calamar dispensa a nuestro organismo son muchos. Destaca especialmente por su gran aporte de proteínas, además de su alto contenido en cobre, aportando el 90% del que necesitamos a diario. El cobre favorece la absorción del hierro, facilitando la producción de glóbulos rojos, por lo que es un producto muy recomendable para quienes padecen anemia.
Es también muy beneficioso para quienes padecen artritis, ya que contiene una importante cantidad de selenio, que es antiinflamatorio y antioxidante, aliviando los dolores de esta enfermedad. También tiene un alto contenido en yodo y fósforo.
Sin embargo, no es un producto aconsejable para aquellas personas con problemas de colesterol alto.
En el momento de comprar el calamar, debemos vigilar que sea lo más fresco posible, para lo cual nos fijaremos en que su carne sea blanca y firme, y que no haga olor. Siempre será preferible elegir los de tamaño más pequeño, ya que son más tiernos.
Una última advertencia es que, en el caso de que queramos congelar los calamares, debemos limpiarlos antes, y los podemos congelar tanto enteros como troceados. Eso sí, siempre cuando aún están muy frescos.
Propiedades nutritivas por cada 100 grs. de producto:
Calorías 80,40 kcal.
Grasa 1,40 g.
Colestero 167,50 mg.
Sodio 110,00 mg.
Carbohidratos 0,70 g.
Fibra 0 g.
Azúcares 0,70 g.
Proteínas 16,25 g.
Vitamina A 77,03 ug.
Vitamina B12 1,31 ug.
Vitamina B3 7,04 mg
Vitamina C 0 mg.
Calcio 144 mg.
Hierro 0,32 mg.