La célula es la unidad fundamental de
los seres vivos que contiene todo el material necesario para mantener los
procesos vitales como crecimiento, nutrición y reproducción. Se
encuentra en variedad de formas, tamaños y funciones.
Las células se clasifican en células procariotas y eucariotas. Las células
procariotas se caracterizan por no tener un núcleo definido en su
interior, mientras que las células
eucariotas poseen su contenido nuclear dentro de una membrana.
Existen organismos como las bacterias y los protozoarios constituidos por
una célula (organismos unicelulares). Los organismos multicelulares o
pluricelulares más complejos se encuentran constituidos por una mayor
cantidad y diversidad de células.
Se cree que todas las células evolucionaron de un progenitor común, ya que
todas poseen estructuras y moléculas similares.
Estructura de las células
En las células en general se pueden distinguir distintas estructuras con el
microscopio óptico: núcleo, membrana citoplasmática y citoplasma.
Núcleo celular
El núcleo celular está rodeado por una envoltura nuclear, contiene
el material genético de las células eucariotas. Es el centro de
comando de las células eucarióticas. En las células procariotas no existe
núcleo, por lo que el material genético está disperso.
Membrana plasmática
La membrana plasmática es una barrera
con permeabilidad selectiva, o sea, regula la entrada y salida de
material de la célula y además recibe la información proveniente del
exterior celular. Por la membrana plasmática entran nutrientes, agua y
oxígeno, y salen dióxido de carbono y otras sustancias.
Citoplasma
El citoplasma es el interior de la
célula entre el núcleo y la membrana plasmática. Aquí se encuentra
la maquinaria de producción y mantenimiento de la célula. Está constituido
por un material gelatinoso llamado hialoplasma.
Organelos del citoplasma
En el citoplasma se encuentran estructuras
membranosas conocidas como organelos. Los organelos son los
responsables por diversas actividades celulares, tales como almacenamiento,
digestión, respiración celular, síntesis de material y excreción, es decir,
son los responsables del mantenimiento de la vida celular.
Entre los organelos podemos destacar:
Mitocondrias: es la
fábrica de energía de las células. Aquí se efectúa la respiración
celular y se produce la energía que requiere la célula para sus
actividades.
Ribosomas: son el centro
de producción de las proteínas. Son los organelos fundamentales para el
crecimiento y la regeneración celular.
Retículo endoplasmático:
formado por una vasta red de canales y bolsas membranosas aplanadas
llamadas cisternas. Existen dos tipos de retículo
endoplasmático: rugoso y liso. Cuando se encuentran ribosomas
en la cara externa del retículo endoplasmático, se dice que es retículo
endoplasmático rugoso y en él se sintetizan proteínas de membrana y
proteínas secretoras. En el retículo endoplasmático liso se sintetizan
los lípidos.
Aparato de Golgi: es el
centro de distribución de la célula, encargado de clasificar, etiquetar,
empaquetar y distribuir proteínas y lípidos en vesículas secretoras.
También produce los lisosomas.
Lisosomas: son los
encargados de la digestión intracelular.
Peroxisomas: organelos
responsables por la oxidación de ácidos grasos y la degradación de
peróxido de hidrógeno.
Centriolos: estructuras
cilíndricas que participan en la división celular.
Vacuolas: vesículas,
pequeñas bolsas que almacenan y transportan enzimas e iones.
Cloroplastos: organelos
responsables por la fotosíntesis en las células vegetales.
En todas las células, tanto animales como vegetales, la estabilidad
estructural y el movimiento de las células está determinado por una armazón
interna conformada por el citoesqueleto.
Diferencia entre células animales y vegetales
En las células vegetales existe, en el exterior de la membrana plasmática,
una pared celular, compuesta de celulosa. Las células vegetales contienen
una o más vacuolas gigantes que son los sitios de almacenamiento de agua,
iones y nutrientes. En los cloroplastos se encuentra la clorofila que
absorbe la luz en el proceso de fotosíntesis.
Organelos y sus funciones en las células animales y vegetales
Organelo
Funciones
Animal
Vegetal
Mitocondria
Respiración celular; generación de energía.
Presente
Presente
Ribosoma
Síntesis de proteína.
Presente
Presente
Retículo endoplasmático
Síntesis y transporte de proteínas.
Presente
Presente
Aparato de Golgi
Procesamiento de proteínas; síntesis de azúcares y lípidos.
Presente
Presente
Lisosomas
Digestión intracelular.
Presente
Presente
Peroxisomas
Oxidación de ácidos grasos.
Presente
Presente
Centriolos
División celular.
Presente
Presente
Vacuola
Almacenamiento y transporte.
Presente
Presente
Cloroplastos
Fotosínteis.
Ausente
Presente
Pared celular
Estructura y estabilidad.
Ausente
Presente
Cómo regenerar todas y cada una de sus células
miércoles, 27 de diciembre 2018 |
¿Por qué limitarse simplemente a querer parecer más joven cuando podría
regenerar todas y cada una de las células de su cuerpo?
En 2010, un equipo de investigadores de la Universidad de California en
Davis hizo un descubrimiento inesperado. (1)
Sus investigaciones sobre la pirroloquinolina quinona (PQQ), una sustancia
que se descubrió en los albores del siglo XXI, podrían desencadenar toda una
revolución en materia de tratamientos antienvejecimiento.
Gracias a la PQQ, usted podría activar el rejuvenecimiento de todas sus
células y así lograr que su cuerpo volviera a rendir al máximo.
Ni siquiera los antioxidantes más potentes le protegen por completo.
Estoy seguro de que ha oído hablar de los radicales libres. Se trata de
sustancias nocivas que se acumulan en el cuerpo y que producen estrés
oxidativo. Este tipo de estrés provoca estragos en las células, incluido el
ADN, que sufre lesiones y mutaciones que pueden resultar cancerígenas.
Los radicales libres pueden provocar que las células envejezcan
prematuramente hasta provocar su degeneración.
Cuando las células se degradan con rapidez, todo el organismo se vuelve
vulnerable: cáncer, enfermedades cardíacas, alzhéimer, envejecimiento
prematuro de la piel, cataratas… (2)
Los radicales libres surgen al respirar, es decir, en todo momento, pero
todavía más cuando se respira aire contaminado o el humo de un cigarrillo.
También se forman bajo el efecto de los rayos del sol y por culpa de una
alimentación demasiado rica en omega 6, y por tanto, desequilibrada. Los
radicales libres tienen la capacidad de propagarse con mucha rapidez de
célula en célula. (3)
Frenar el avance de los radicales libres
Para luchar contra el avance de los radicales libres, los investigadores han
demostrado que, además de las enzimas antioxidantes que el cuerpo produce de
manera natural, conviene seguir una dieta rica en antioxidantes, como son
las vitaminas A (betacarotenos), C y E, los flavonoides, los polifenoles o
el selenio, entre otros. (4)
En definitiva, los antioxidantes constituyen la base de todo tratamiento
antienvejecimiento. Podrá obtenerlos en los pimientos, el brócoli, las
berenjenas, los corazones de alcachofa, el perejil, las coles de Bruselas,
los frutos con cáscara (nuez o avellanas), las fresas, el té verde, el
marisco y la carne roja, así como en forma de complementos alimenticios
concentrados.
No obstante, el trabajo que realizan los antioxidantes es titánico. Les es
imposible neutralizar la masa de radicales libres que surge de todas partes,
y es que los radicales libres llegan incluso a asaltar el ADN de las células
oxidándolo y provocando lesiones.
Entonces unas enzimas toman el relevo con el fin de reparar estas lesiones.
Como unas tijeras, las enzimas cortan las partes del ADN dañadas y luego las
expulsan a través de la orina.
Pero, de nuevo, las enzimas encargadas de reparar el ADN se ven desbordadas
por la gran cantidad de nuevas lesiones. (5)
Según Bruce Maes, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la
Universidad de California en Berkeley, un ser humano tiene 100.000 lesiones
oxidativas en el ADN de cada una de las células. Todos los días se le
producen 10.000 nuevas lesiones oxidativas en todo el cuerpo, como si
sufriera un bombardeo continuo de radicales libres. (5)
Está claro que los antioxidantes no pueden apañárselas solos, sin ayuda; no
son capaces de garantizarle que vaya a estar protegido.
Impida que se formen los radicales libres
La estrategia ganadora consiste en atacar la causa de raíz más que centrarse
en las consecuencias.
Más que pretender seguir neutralizando con antioxidantes a los radicales
libres, lo primero es tratar de evitar que se formen los radicales libres.
Atacar el problema en su origen puede facilitar el trabajo de los
antioxidantes después.
Como ya sabe, en gran parte los radicales libres son la consecuencia de un
modo de vida inapropiado: exceso de comida, cigarrillos, contaminación, etc.
Por lo tanto, ante todo es necesario llevar una vida lo más sana posible.
Para ello, controle sus comidas y, antes de servirse, asegúrese de que no
está ya saciado. Recuerde que transcurren 20 minutos entre el momento en el
que el estómago dice “basta” y el momento en el que el cerebro recibe ese
mensaje. Téngalo siempre en cuenta cuando coma.
Elija con cuidado los alimentos que va a ingerir. Aprenda a diferenciar
entre los alimentos que sacian rápido pero durante poco tiempo, como los
glúcidos (pan, pasta, patatas…), y los alimentos que sacian con menos
rapidez pero durante más tiempo, como las proteínas (carnes, pescados,
huevos, leguminosas…).
Reduzca el consumo de café y de alcohol. Deje de fumar. Haga ejercicio al
aire libre, pues la oxidación producida por la respiración se verá
compensada por una mejor regeneración de las células.
Lo que debe saber sobre la respiración
Entremos ahora más en detalle.
Hemos dicho que los radicales libres llegan al cuerpo por diferentes medios:
la alimentación, los rayos ultravioleta del sol, la contaminación y la
respiración.
Conviene recordar que el oxígeno que absorbemos se quema en unas
“minicentrales energéticas” que se encuentran dentro de las células, a las
que llamamos mitocondrias. A partir de la glucosa, las grasas y el oxígeno,
las mitocondrias producen la energía que necesita la célula para funcionar a
pleno rendimiento.
Esta combustión, como toda combustión, no siempre es perfecta. Si funcionan
con normalidad, las mitocondrias expulsan los radicales libres en forma de
residuos.
Las mitocondrias están presentes en grandes cantidades en los jóvenes (entre
2.000 y 2.500 por célula). Su cantidad depende también de las necesidades
energéticas de las células y así, por ejemplo, una célula muscular producirá
más mitocondrias para responder a sus elevadas necesidades de energía.
Con la edad, las mitocondrias van desapareciendo poco a poco y las que
resisten son menos eficaces y producen más residuos (radicales libres).
Por su parte, los radicales obstaculizan también el funcionamiento de las
mitocondrias, provocando lesiones en su ADN. Tenga en cuenta que el ADN de
las mitocondrias es diferente del de las células.
Las mitocondrias cuyo ADN ha sufrido lesiones pierden una buena parte de su
eficacia y dejan de aportar a la célula tanta energía como antes. Y esto es
un círculo vicioso: cuanto peor funcionan las mitocondrias y más radicales
libres producen, más empeora el problema.
A gran escala, a todo el cuerpo le va a faltar energía y va a ir más lento.
Si llegáramos a optimizar el funcionamiento de las mitocondrias, éstas
podrían suministrar mucha más energía a la célula y producir menos radicales
libres como residuos.
Aquí es cuando comprendemos por qué el descubrimiento de los investigadores
de la Universidad de California en Davis de 2010 es prometedor.
El poder antioxidante de la PQQ
Recuerde: estudiaban el potencial de la PQQ para regenerar las células del
cuerpo e incrementar los niveles de energía.
No importa qué edad tenga, la PQQ protege y regenera las células y sus
mitocondrias, pues es un arma antioxidante muy potente para proteger el ADN
mitocondrial, mucho mejor que los antioxidantes clásicos. Al transferir una
inmensa cantidad de electrones, neutraliza los principales radicales libres
que obstaculizan el buen funcionamiento de las mitocondrias sin sufrir
degradación molecular. (6)
La PQQ también tiene la particularidad de reactivar la biogénesis
mitocondrial, es decir, hacer crecer el número de mitocondrias. Hasta ahora,
tan sólo la restricción calórica y los ejercicios aeróbicos permiten
aumentar el número de mitocondrias.
Por el momento, tan sólo se ha llegado a estas sorprendentes conclusiones en
laboratorio y en cultivos de células. Los ensayos clínicos en individuos
siguen siendo escasos.
No obstante, el potencial de la PQQ es tan grande que varios laboratorios
han desarrollado su propia formulación.
Imagine que, gracias a una pequeña cápsula de PQQ, pudiera impulsar la
regeneración de las mitocondrias, incluida las de las células senescentes
(las viejas células que han dejado de multiplicarse).
La PQQ protegería y repararía el ADN de las mitocondrias y de las células.
Luego, activaría los genes responsables de la respiración, del crecimiento y
de la reproducción tanto de las mitocondrias como de las células. De este
modo llevaría a regenerar y proteger las mitocondrias, las células, y por
consiguiente, todo el cuerpo. En teoría, ¡permitiría revertir por completo
el envejecimiento celular!
Mejore sus funciones mentales y proteja su corazón
Según los estudios realizados hasta el momento, la PQQ podría ser eficaz en
la lucha contra las enfermedades degenerativas ligadas a la edad, así como
contra los descensos de energía de los dos órganos más importantes del
cuerpo: el cerebro y el corazón.
La PQQ protegería sorprendentemente bien a las células del cerebro contra
los daños oxidativos y la neurotoxicidad inducida por toxinas, incluido el
mercurio. Asimismo, permitiría mejorar el rendimiento en las pruebas de
memoria e interactuaría positivamente con los sistemas de neurotransmisores
del cerebro. También mejoraría las funciones mentales superiores: la
atención, el reconocimiento y el tratamiento de la información. (7) (8)
Un estudio reciente, en doble ciego y con placebo, ha demostrado que una
dosis diaria de 10 a 20 mg de PQQ mejoraría considerablemente la memoria a
corto plazo, así como la concentración en los adultos jóvenes en comparación
con el grupo de control que sólo recibió el placebo. Según algunos estudios,
impediría el desarrollo de una proteína asociada a la enfermedad de
Parkinson y protegería las células nerviosas de los estragos oxidativos de
la proteína beta amiloide, asociada a la enfermedad de Alzheimer.
De esta disfunción surge un déficit energético importante que se encuentra
implicado en la mayor parte de enfermedades degenerativas ligadas al
envejecimiento: problemas físicos y cognitivos, degradación celular
acelerada y problemas cardiovasculares.
¿Dónde puede encontrar la PQQ?
La PQQ se encuentra en todas partes en la naturaleza, desde especies
vegetales hasta el polvo interestelar. Es un factor de crecimiento potente
en los organismos vivos. Algunos investigadores piensan que la PQQ tendría
un papel central en la evolución de la vida sobre la Tierra. (9) (10) (11).
Por desgracia, ni los seres humanos ni las bacterias de la flora intestinal
son capaces de sintetizar la PQQ. (12)
Por eso, la manera más segura de aumentar el aporte de PQQ es tomando un
complemento. Si desea una buena formulación de PQQ, sepa que hay un producto
interesante llamado Mitochondrial Formula.
PQQ + acetil L-carnitina + ácido R-lipoico
Este producto integra dos nutrientes que trabajan en sinergia con la PQQ
para mejorar el funcionamiento de las mitocondrias: la acetil L-carnitina y
el ácido R-lipoico.
Gracias a la acetil L-carnitina, las mitocondrias convierten con más
facilidad las grasas en energía, es decir, que actúa rejuveneciéndolas.
Por su parte, al ácido R-lipoico se le conoce como “antioxidante universal”,
ya que tiene la capacidad única de actuar a la vez sobre las grasas y los
elementos que componen el citoplasma celular, protegiendo así a las
mitocondrias del deterioro que inducen los radicales libres de oxígeno.
Actuando en conjunto, permiten reducir el número de lesiones oxidativas,
mejoran la memoria y frenan la pérdida auditiva ligada al envejecimiento
(13) (14).
La acetil L-carnitina y el ácido R-lipoico suponen un buen apoyo para la
acción de la PQQ a la hora de rejuvenecer las células del cuerpo.
Pero tenga en cuenta que someterse a una cura de PQQ sólo tiene sentido si
va acompañada de un cambio radical que redunde en una alimentación y un modo
de vida más sanos.
Para obtener esta formulación de PQQ + acetil L-carnitina + ácido R-lipoico,
entre aquí .
Fuentes
Winyoo Chowanadisai, et al., Pyrroloquinoline Quinone Stimulates
Mitochondrial Biogenesis through cAMP Response Element. binding Protein
Phosphorylation and Increased PGC-1alpha Expression. J Biol Chem. Jan 1,
2010; 285(1): 142–152, Published online Oct 27, 2009,
Santé Médecine, Radicaux libres
Site thierrysouccar.com, Les radicaux libres, qu’est-ce que c’est ?
Site plaisirsante.ca, 40 aliments riches en antioxydants
Bruce Ames, The Causes and Prevention of Cancer
Urakami T, et al., Synthesis of monoesters of pyrroloquino. Line quinone
and imidazopyrroloquinoline and radical scavenging activities using
electron spin resonance in vitro and pharmacological activity in vivo.
J. Nutr. Sci. Vitaminol. (Tokyo) 1997 Feb ; 43(1):19-33
Nakano M, Yamamoto T, Okamura H et al., Effect of pyrroloquinoline
quinone(PQQ) on mental status of middle-aged and elderly persons. FOOD
style, 2008; 21 13: 50-53
Koikeda T, NereNo M, and Masuda K. Pyrroloquinoline quinone disodium
salt improves higher brain function. Medical Consultation and New
Remedies, 2011. 48(5):1
Stitee TE, et al., Physiological importance of quinoenzymes and the
O-quinone family of cofactors J. Nutr. 2000 Apr;130(4):719- 27
Choi O, et al., Pyrroloquinoline quinone is a plant growth promotion
factor produced by Pseudomonas fluorescens. B16 Plant Physiol 2008 Feb
;146(2):657-68
Rucker R, et al., Potential physiological importance of pyrroloquinoline
qui- none Altern. Med. Rev. 2009 Sep; 14(3):268-77
Smidt CR, et al., Does the intestinal microflora synthesize pyrrolo-
quinoline quinone? Biofactors 1991 Jan;3(1):53-9
Hagen TM et al., Acetyl-L-carnitine fed to old rats partially restores
mitochondrial function and ambulatory activity, Proc. Natl. Acad. Sci.
USA, 1998 Aug 4, 95(16):9562-6
Hagen T. M., et al., Feeding acetyl-L-carnitine and lipoic acid to old
rats improves metabolic func- tion while decreasing oxidative stress,
Proc. Natl. Acad. Sci. USA, 2002 Feb 19, 99(4):1870-5
Esta vitamina detiene el envejecimiento de los órganos
Científicos suizos ha realizado un estudio que
demuestra que una vitamina derivada de la B3
tiene efectos para detener el envejecimiento de
los órganos.
Un estudio que han llevado a cabo
científicos de la Escuela Politécnica
Federal de Lausana en Suiza determina que la
nicotinamida ribósido (NR por sus siglas en
inglés), una vitamina derivada de la B3,
tiene un efecto sorprendente para detener
el envejecimiento de los órganos.
Los científicos ya conocen muchas
propiedades beneficiosas de la NR por
estudios anteriores, entre las que destacan
su capacidad para prevenir algunos tipos de
cáncer, como el de hígado, así como su
acción como regenerador celular.
Ahora, estos investigadores han revelado más
detalles de sus propiedades
beneficiosas para el organismo,
especialmente que la NR tiene un efecto
restaurador en las células madre.
Zhang Hongbo, autor principal del estudio,
quería comprender cómo
se deteriora el proceso de regeneración con
la edad. Para ello, los científicos
han llevado a cabo experimentos con ratones.
Los roedores, al igual que cualquier
mamífero, ven mermada la capacidad de
regeneración de algunos órganos, como el
hígado o los riñones, así como de los
músculos, entre los que se encuentra el
corazón. Como consecuencia, se
producen los trastornos típicos de la
vejez.
Para estudiar cómo
se deteriora el proceso de regeneración,
los investigadores han empleado varios
marcadores con el objetivo de identificar la
cadena molecular que regula el
funcionamiento de la mitocondria (la
potencia de la célula) y cómo éste va
cambiando con la edad. Aunque ya se conoce
el papel que juegan las mitocondrias en el
metabolismo, querían demostrar que su
capacidad para funcionar adecuadamente
influye en las células madre.
Cuando el organismo es joven, las células
madre reaccionan a las señales
enviadas por el cuerpo para regenerar
los órganos dañados mediante la
producción de nuevas células específicas.
Sin embargo, la vejez causa estragos en
estas células y, como consecuencia, se
produce una mala regeneración o incluso la
degeneración de algunos tejidos y órganos.
Para revitalizar
el proceso de regeneración, los
investigadores administraron NR a los
ratones de edad avanzada. La vitamina es una
precursora de la coenzima NAD+, una molécula
que juega un papel clave en la actividad
mitocondrial. Después del tratamiento, los
roedores experimentaron una mejoría
sustancial en su regeneración muscular y vivieron
más tiempo que los ratones que no la
tomaron.
Además, otros estudios paralelos han
demostrado que la vitamina tiene efectos
comparables en las células
madre del cerebro y la piel. Otra
buena noticia es que no se han encontrado
efectos secundarios en ninguno de los
casos."Este trabajo podría tener
implicaciones muy importantes en la medicina
regenerativa", asegura Johan
Auwerx, miembro del equipo. "No estamos
hablando de la introducción de sustancias
nuevas en el cuerpo, sino de la restauración
de la capacidad del organismo para repararse
a sí mismo con un producto que se puede
tomar en la comida".
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El cuerpo se encuentra siempre regenerando sus células de
forma natural para poder proveerle un funcionamiento óptimo
a todo el organismo. De no ser así, nos encontraríamos con
muchas más enfermedades de las que se conocen actualmente y
las tasas de mortalidad a nivel mundial serian todavía
peores.
6 alimentos para regenerar el tejido muscular
Para ayudar al proceso de regeneración de las células no
solo hay que dejarle todo al cuerpo, sino apoyarlo con la
alimentación e incluso la meditación; aprende más sobre como
este último beneficia tu salud en Nutrición
sin más.
Teniendo en cuenta que muchas enfermedades graves, como el
infarto del miocardio o el cáncer, tienen un efecto negativo
sobre los tejidos del cuerpo, en este artículo queremos
ayudar a contrarrestarlos.
Todo eso mediante una serie de alimentos que tienen los
nutrientes esenciales para ayudar al cuerpo en la regulación
del tejido muscular; estos no solo benefician a la
musculatura ósea, sino también a tejidos como el miocardio e
incluso el sistema nervioso.
Consume cada uno de estos elementos de forma regular y haz
cambios en tu estilo de vida para que puedas evidenciar los
beneficios que sus componentes dejan en tu organismo. Si
bien es cierto que antes se creía que nada podía reparar el
tejido del corazón dañado después de un infarto, ahora se
conoce que muchos nutrientes encontrados en alimentos
potencian la producción de células madres y eso es algo de
mucha ayuda.
1. Zanahorias o albaricoques:
La zanahoria como hortaliza, y el albaricoque como fruta son
dos de los elementos naturales que más vitamina A tienen, y
por lo tanto son buen beneficiosas para regenerar los
tejidos. Este nutriente contiene un tipo de antioxidante que
se conoce como betacaroteno y que resulta realmente eficaz
no solo en regulación de células que trabajan en los tejidos
musculares, sino en mantenerlos saludables también.
La vitamina A no solo es exclusiva de estos dos alimentos,
sino que se puede conseguir en muchos más de origen animal o
vegetal. Recuerda incluirla a tu ingesta diaria para que tus
tejidos musculares, tejidos blandos como las mucosas e
incluso los huesos se mantengan siempre saludables.
2. Naranjas o Kiwi:
Realmente cualquier alimento que tenga altos contenidos de
vitamina C para que pueda proveerle beneficios al organismo
como la producción de sustancias como el colágeno o que
ayuda a mejorar la capacidad del tejido conectivo. Este
nutriente también ayuda mucho a regenerar y fortalecer los
vasos sanguíneos, lo que beneficia la circulación y ayuda a
reparar más eficazmente el miocardio.
3. Verduras de hojas verdes:
Este tipo de alimentos son esenciales para obtención de
vitamina D y por lo tanto fortalecen mucho los tejidos
musculares. El miocardio por ejemplo se ve bastante
beneficiado por este tipo de nutrientes que lo ayudan a
mantenerse sano y saludables.
4. Brócoli o coliflor:
La vitamina K de estas dos verduras ayudan a mejorar la
coagulación de la sangre y por lo tanto a motivar a que los
tejidos que se rompen o agrietan se reparen de forma más
eficaz. Este nutriente también funciona aporta el efecto de
evitar los sangrados anormales en el cuerpo, los que son una
causa fundamental de los accidentes cardiovasculares.
La vitamina K también ayuda a que los tejidos del páncreas o
el tracto intestinal se mantengan saludables. En el caso del
corazón su capacidad para generar coágulos ayuda a este
órgano luego de sufrir un infarto del miocardio.
5. Aceite de oliva:
Luego de sufrir alguna enfermedad cardiovascular una de las
cosas que más recomiendan los especialistas es disminuir las
cantidades de colesterol malo en el cuerpo. Para ello no
existe mejor alimento que el aceite de oliva, sobre todo el
extra virgen, ya que está repleto de grasas sin saturar que
facilitan la obtención de nutrientes y la generación del
colesterol bueno.
6. Vino tinto:
Esta bebida tiene un alto contenido de una sustancia llamada
neocardiogénicas, un aliado ideal para mejorar la
regeneración de los tejidos del corazón como por ejemplo el
miocardio. Esta sustancia también se puede obtener del
ginseng, y uno de sus beneficios principales es que
repotencia la creación de células madres. Descube más sobre
los beneficios que tiene el vino tinto en tu salud aquí.
Edith Gómez es editora en Pagina principal,
apasionada del marketing digital, especializada en
comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche
sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de
negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño
mundo en el que vivimos. Twitter: @gimolimpoclub
LA VITAMINA REGENERADORA DE
CELULAS
Los beneficios del ácido fólico
El ácido fólico, conocido
también como vitamina B9,
impulsa el crecimiento de las
células, por eso es esencial
para las embarazadas. Su
carencia provoca anemia y
trastornos psicológicos.
Textos: Redacción de Integral
Uno de los miembros más
desconocidos del grupo de la
vitamina B, el ácido fólico, se
ha desvelado como un agente muy
importante en el mantenimiento
del equilibrio físico y mental.
Sin embargo, su carencia es
frecuente.
Aunque fue descubierto en los
años cuarenta en la hoja de la
espinaca (de ahí su nombre, que
deriva del latín folium,
hoja), el ácido fólico
permaneció casi ignorado hasta
los años setenta. Era conocida
su participación, junto a la
vitamina B12, en la renovación
de los glóbulos rojos de la
sangre, por lo que su déficit se
relaciona con la anemia. Aparte
de esto, poca cosa más se sabía
de él. Después, se ha ido de
sorpresa en sorpresa. Hoy,
diversas investigaciones han
demostrado la gran efectividad
de la suplementación de ácido
fólico para combatir la
depresión postparto, las
depresiones en adolescentes y
los trastornos psíquicos en los
ancianos (falta de memoria,
confusión, pérdida de ganas de
vivir, incluso demencia). Su
carencia afecta especialmente a
este último sector de la
población.
Produce glóbulos rojos
En cuanto a su acción
fisiológica, juega un papel
esencial en el crecimiento y la
división de las células, sobre
todo las que se renuevan con
frecuencia, como los glóbulos
rojos de la sangre. También es
decisivo respecto a las síntesis
de los ácidos nucleicos de la
célula (ADN, ARN). No por
casualidad el ARN parece
importante en la memorización de
hechos recientes, lo que
constituye un trastorno senil
frecuente.
Como constituyente de docenas de
enzimas intracelulares, es
esencial para el metabolismo de
los glúcidos y prótidos, así
como para la elaboración de
anticuerpos que impiden las
infecciones. Interviene asimismo
en el metabolismo de los
neurotransmisores, moléculas que
regulan la actividad de nuestras
neuronas. Por este motivo,
cuando hay una carencia, la
sangre y el sistema nervioso
sufren alteraciones.
Respecto a la piel y sus anejos,
una falta de esta vitamina puede
perturbar el normal crecimiento
de cabellos y uñas, así como
retrasar los procesos de
cicatrización. Basta con tomar
un pequeño suplemento
(recordemos que el zinc también
es importante en este sentido),
para que una herida o llaga cure
más fácilmente.
Normalmente nuestro organismo
gasta poca cantidad de ácido
fólico. Se estima que tenemos
alrededor de 70 mg en todo
nuestro cuerpo. Para mantener
esta cantidad se precisa un
aporte cotidiano de 400 μg (diez
millonésimas de gramo).
Embarazo y anticonceptivos
En el caso de la mujer
embarazada, las necesidades se
multiplican por dos, porque el
feto consume esta vitamina en
gran cantidad y porque en este
periodo la mujer fabrica muchos
más glóbulos rojos de lo que
hace habitualmente.
Hay pues que tener en cuenta al
ácido fólico cuando se está
embarazada o incluso antes,
cuando se programa un bebé. La
razón es que él puede sufrir, a
veces gravemente, de esta
deficiencia nutricional si no se
ha incrementado su ingesta
antes. trabajos recientes
muestran que las futuras madres
con falta de ácido fólico sufren
más abortos espontáneos y partos
prematuros.
Pero sobre todo, y esto ha sido
confirmado por muchas encuestas
estadísticas, esta carencia
aumenta el riesgo de
malformaciones: espina bífida,
hendidura del paladar, labio
leporino, e incluso anomalías
cerebrales. En Inglaterra es
sistemática la prescripción de
esta vitamina durante el
embarazo, y en nuestro país esta
práctica comienza a ser
habitual. Como pasa con otros
medicamentos, los contraceptivos
orales aumentan la carencia de
ácido fólico. Y una mujer que
los haya tomado durante varios
años puede presentar carencia de
esta vitamina.
Qué sucede si falta
La falta de ácido fólico puede
provocar anemia perniciosa,
depresión, apatía,
irritabilidad, ansiedad,
insomnio y trastornos de la
memoria. Afecta al crecimiento
de cabello y unñas y a los
procesos de cicatrización. Es
síntoma de su carencia cuando,
además de sentirnos fatigados y
deprimidos, aparecen aftas en la
boca y/o la lengua presenta un
aspecto liso, brillante y sin
papilas con relieve.