Todas las personas, de vez en cuando, tienen diarrea: deposiciones más frecuentes con heces blandas y líquidas. También puedes tener cólicos abdominales y producir una cantidad de heces mayor a la habitual. La duración de los síntomas de la diarrea puede proporcionar pistas sobre la causa subyacente.
La diarrea aguda dura de 2 días a 2 semanas. La diarrea persistente dura de 2 a 4 semanas. La diarrea aguda y la persistente normalmente se producen por algún tipo de infección bacteriana, viral o parasitaria.
La diarrea crónica tiene una mayor duración que la aguda o la persistente y generalmente dura más de cuatro semanas. La diarrea crónica puede indicar un trastorno grave, como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, o una afección menos grave, como el síndrome de colon irritable.
Las causas de la diarrea aguda o persistente pueden incluir lo siguiente:
Algunas de las causas de la diarrea crónica son las siguientes:
Pocas sensaciones son tan atemorizantes como no poder inhalar suficiente aire. La dificultad para respirar, conocida en medicina como disnea, a menudo se describe como una opresión intensa en el pecho, falta de aire, dificultad para respirar, falta de aliento o una sensación de ahogo.
El ejercicio extenuante, las temperaturas extremas, la obesidad y las alturas pueden causarle a una persona sana dificultad para respirar. Si no es uno de estos ejemplos, es probable que la dificultad para respirar sea un signo de un problema médico.
Contáctate con tu médico lo antes posible si tienes dificultad para respirar sin causa aparente, especialmente si aparece de repente y es intensa.
En la mayoría de los casos, la dificultad para respirar se atribuye a enfermedades del corazón o de los pulmones. El corazón y los pulmones participan en el transporte de oxígeno hacia los tejidos y en la eliminación de dióxido de carbono, y los problemas relacionados con cualquiera de estos dos procedimientos afectan la respiración.
La falta de aire que se produce de forma repentina (aguda) tiene una determinada cantidad de causas, como las siguientes:
En el caso de la falta de aire que dura varias semanas o más (llamada crónica), la afección generalmente tiene las siguientes causas:
Otras afecciones de salud también pueden dificultar la obtención de aire suficiente. Algunos de ellos son los siguientes:
Todas las personas sienten dolor abdominal de vez en cuando. Otros términos que se utilizan para describir el dolor abdominal son dolor estomacal o de estómago y dolor de panza o de barriga. El dolor abdominal puede ser leve o fuerte. Puede ser continuo o intermitente. El dolor abdominal puede ser de corta duración (agudo) o producirse durante semanas, meses o años (crónico).
Llama al médico si sientes dolor abdominal tan fuerte que no puedes moverte sin que produzca más dolor, ni sentarte en posición recta ni encontrar una posición cómoda.
Busca ayuda médica de inmediato si el dolor se presenta con otros signos y síntomas preocupantes, como los siguientes:
El dolor abdominal tiene muchas causas posibles. Las causas más comunes, como dolores por gases, indigestión o distensión muscular generalmente no son graves. Otras afecciones pueden necesitar atención médica urgente.
Si bien el lugar y patrón del dolor abdominal puede proporcionar pistas importantes, el curso temporal es especialmente útil para determinar su causa.
El dolor abdominal agudo se desarrolla y con frecuencia se resuelve después de unas horas a unos días. El dolor abdominal crónico puede ser intermitente (ocasional), lo que significa que puede aparecer y desaparecer. Este tipo de dolor puede persistir durante semanas o meses, o incluso años. Algunas afecciones crónicas causan un dolor progresivo que empeora sostenidamente con el tiempo.
Las diferentes afecciones que causan dolor abdominal agudo normalmente están acompañadas de otros síntomas que se manifiestan en horas o días. Las causas pueden oscilar entre problemas sin mayor importancia que se curan sin tratamiento y emergencias médicas graves, entre las que se incluye:
A menudo resulta difícil determinar la causa específica del dolor abdominal crónico. Los síntomas pueden oscilar entre leves y graves, pueden ir y venir, pero no necesariamente empeorar con el tiempo. Algunas de las afecciones que pueden causar dolor abdominal crónico son las siguientes:
El dolor abdominal que empeora a un ritmo constante con el tiempo, a menudo acompañado de la presencia de otros síntomas, suele ser grave. Las causas del dolor abdominal progresivo son las siguientes:
El dolor al orinar (disuria) es una molestia o ardor al orinar. Por lo general se siente en el conducto por el que se expulsa la orina de la vejiga (uretra) o el área alrededor de los genitales (perineo).
El dolor al orinar (disuria) puede deberse a distintas afecciones. En el caso de las mujeres, las infecciones de las vías urinarias son una causa frecuente del dolor al orinar. En el caso de los hombres, la uretritis y ciertas afecciones de la próstata son causas frecuentes del dolor al orinar.
Las afecciones y los factores externos que pueden provocar dolor al orinar pueden ser los siguientes:
El dolor anal, es decir, el dolor que afecta la zona del ano y el recto (región perianal), es una afección frecuente. Si bien la mayoría de las causas del dolor anal son benignas, el dolor en sí puede ser intenso por la gran cantidad de terminaciones nerviosas en la región perianal.
La mayoría de las enfermedades que provocan dolor anal también pueden ocasionar sangrado rectal, que, en general, es más alarmante que grave.
Las causas del dolor anal suelen poder diagnosticarse con facilidad. En general, el dolor anal se puede tratar con analgésicos de venta libre y baños con agua caliente (baños de asiento).
Estas son algunas de las causas del dolor anal:
El dolor en las articulaciones puede ser incomodidad, dolor o inflamación que surge de cualquier parte de una articulación, incluido el cartílago, el hueso, los ligamentos, los tendones o los músculos. Sin embargo, por lo general, el dolor en las articulaciones está relacionado con artritis o artralgia, que es inflamación o dolor en el interior de la articulación.
El dolor en las articulaciones puede ser suave y causar molestias solo después de ciertas actividades, o puede ser intenso y hacer que hasta los movimientos limitados, particularmente levantar peso, sean extremadamente dolorosos.
Estas son algunas de las causas del dolor articular:
El dolor de brazo puede deberse a una extensa variedad de problemas, que van desde lesiones en la articulación hasta nervios comprimidos. Según la causa, el dolor de brazo puede comenzar repentinamente o desarrollarse a lo largo del tiempo.
En muchos casos, el dolor de brazo en realidad se origina en un problema en el cuello o en la columna vertebral superior. El dolor de brazo, particularmente el dolor que se extiende al brazo izquierdo, puede ser una señal de ataque cardíaco.
Estas pueden ser algunas de las posibles causas del dolor de brazo:
El dolor de cabeza se presenta en cualquier región de la cabeza. Los dolores de cabeza pueden afectar uno o ambos lados de la cabeza, aparecer puntualmente en una ubicación determinada, extenderse desde un punto hacia el resto de la cabeza o ejercer presión en la cabeza.
El dolor de cabeza puede manifestarse como un dolor intenso, una sensación de pulsación o un dolor leve y continuo. Los dolores de cabeza pueden desarrollarse en forma gradual o repentina, y pueden durar desde menos de una hora hasta varios días.
Tus síntomas de dolor de cabeza pueden ayudar al médico a determinar su causa y el tratamiento adecuado. La mayoría de los dolores de cabeza no son el resultado de una enfermedad grave, pero algunos pueden deberse a una enfermedad que ponga en riesgo la vida y que requiera atención de urgencia.
Los dolores de cabeza generalmente se clasifican según la causa:
Un dolor de cabeza primario se debe a hiperactividad o a problemas con las estructuras de la cabeza sensibles al dolor. Un dolor de cabeza primario no es síntoma de una enfermedad oculta.
La actividad química en el cerebro, los nervios o vasos sanguíneos que rodean el cráneo o los músculos en la cabeza y el cuello (o una combinación de estos factores) pueden tener un rol en los dolores de cabeza primarios. Algunas personas también pueden tener genes que los hacen más susceptibles a manifestar estos dolores de cabeza.
Los dolores de cabeza primarios más comunes son los siguientes:
La migraña es un dolor de cabeza que puede causar un dolor pulsátil intenso o una sensación pulsante generalmente de un solo lado. A menudo suele estar acompañada de náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al sonido. Los ataques de migraña pueden durar de horas a días, y el dolor puede ser tan intenso que interfiere en tus actividades diarias.
Algunas personas experimentan un síntoma de advertencia conocido como aura que ocurre antes o con el dolor de cabeza. Un aura puede incluir alteraciones visuales, como destellos de luz o puntos ciegos, u otras alteraciones, como hormigueo en un lado de la cara o en un brazo o pierna y dificultad para hablar.
Los medicamentos pueden ayudar a prevenir algunas migrañas y hacerlas menos dolorosas. Los medicamentos correctos en combinación con medidas de autoayuda y cambios en el estilo de vida pueden ayudarte.
El dolor de cabeza tensional generalmente es un dolor leve a moderado que a menudo se describe como la sensación de tener una banda apretada alrededor de la cabeza. El dolor de cabeza tensional es el tipo más común de dolor de cabeza, pero sus causas no se comprenden completamente.
Hay tratamientos disponibles para el dolor de cabeza tensional. Para controlar el dolor de cabeza tensional, a menudo se requiere un equilibrio entre practicar hábitos saludables, encontrar tratamientos no farmacológicos eficaces y usar medicamentos de forma adecuada.
Algunos patrones de dolor de cabeza también se consideran, en general, tipos de dolor de cabeza primario, pero son menos comunes. Estos dolores de cabeza tienen características distintivas, como una duración inusual o un dolor asociado a una actividad determinada.
Aunque generalmente se consideran primarios, cada uno de ellos podría ser un síntoma de una enfermedad subyacente. Por ejemplo:
Algunos dolores de cabeza primarios pueden ser desencadenados por factores relacionados con el estilo de vida, entre ellos:
Un dolor de cabeza secundario es un síntoma de una enfermedad que puede activar los nervios sensibles al dolor de la cabeza. Existe una gran cantidad de afecciones de distinta gravedad que pueden causar dolores de cabeza secundarios.
Las posibles causas de los dolores de cabeza secundarios incluyen las siguientes:
La intoxicación por monóxido de carbono sucede cuando se acumula monóxido de carbono en el torrente sanguíneo. Cuando hay demasiado monóxido de carbono en el aire, el cuerpo reemplaza el oxígeno en los glóbulos rojos con monóxido de carbono. Esto puede generar un daño grave en el tejido, o incluso la muerte.
El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro, insípido producido mediante la combustión de gasolina, madera, propano, carbón y otros combustibles. Los aparatos eléctricos y los motores que no se ventilan de forma adecuada, en particular en espacios cerrados o sellados herméticamente, pueden generar que el monóxido de carbono se acumule hasta alcanzar niveles peligrosos.
Si crees que tú o alguna persona con la que estés tiene una intoxicación por monóxido de carbono, busca aire fresco y solicita atención médica de emergencia.
Estos son algunos tipos de dolores de cabeza secundarios:
El dolor de cadera es una queja frecuente que puede deberse a una extensa variedad de problemas. La ubicación precisa del dolor de cadera puede proporcionar pistas valiosas sobre la causa no diagnosticada.
Los problemas en la articulación de la cadera tienden a provocar dolor en el interior de la cadera o de la ingle. El dolor de cadera en la parte externa de la cadera, la parte superior del muslo o la parte externa del glúteo, generalmente, se debe a problemas con músculos, ligamentos, tendones y otros tejidos blandos que rodean la articulación de la cadera.
En ocasiones, el dolor de cadera es causado por enfermedades y afecciones en otras partes del cuerpo, como la parte inferior de la espalda. Este tipo de dolor se denomina «dolor referido».
El dolor de cadera puede ser producido por artritis, lesiones y otros problemas.
La tendinitis es la inflamación o la irritación de un tendón, las cuerdas fibrosas que unen el músculo al hueso. Este trastorno causa dolor y sensibilidad justo afuera de la articulación.
Si bien la tendinitis puede ocurrir en cualquiera de los tendones, es más frecuente alrededor de los hombros, los codos, las muñecas, las rodillas y los talones.
Algunos nombres frecuentes de los distintos problemas relacionados con la tendinitis son los siguientes:
La mayoría de los casos de tendinitis se pueden tratar eficazmente con reposo, fisioterapia y medicamentos para reducir el dolor. En caso de que la tendinitis sea grave y ocasione la rotura de un tendón, probablemente necesites una cirugía.
Los signos y síntomas de la tendinitis suelen ocurrir en el punto en donde el tendón se adhiere a un hueso y, generalmente, comprenden lo siguiente:
La mayoría de los casos de tendinitis responden a medidas de cuidado personal. Consulta con el médico si los signos y síntomas persisten e interfieren en tus actividades diarias por más de unos pocos días.
Aunque la tendinitis puede ser causada por una lesión repentina, es mucho más probable que la enfermedad se origine en la repetición de un movimiento en particular a lo largo del tiempo. Muchas personas padecen tendinitis porque sus trabajos o pasatiempos implican movimientos repetitivos, que tensionan los tendones.
Usar la técnica adecuada es especialmente importante al realizar repetidamente movimientos deportivos o actividades relacionadas con el trabajo. La técnica incorrecta puede sobrecargar el tendón, lo que puede ocurrir, por ejemplo, con el codo de tenista, y provocar una tendinitis.
Los factores de riesgo para tener tendinitis incluyen la edad, trabajar en empleos específicos o participar en determinados deportes.
A medida que las personas envejecen, sus tendones se vuelven menos flexibles, lo que los hace más vulnerables a las lesiones.
La tendinitis es más frecuente en personas cuyos empleos implican lo siguiente:
Es más probable que padezcas tendinitis si participas en determinados deportes que implican movimientos repetitivos, especialmente si tu técnica no es óptima. Esto puede ocurrir con:
Sin el tratamiento correcto, la tendinitis puede incrementar el riesgo de sufrir rotura del tendón, una afección mucho más grave que tal vez requiera cirugía.
En caso de que la irritación del tendón persista durante varias semanas o meses, se puede manifestar una enfermedad conocida como «tendinosis». Esta enfermedad consiste en cambios degenerativos en el tendón, junto con un crecimiento anormal de nuevos vasos sanguíneos.
Para reducir el riesgo de padecer tendinitis, sigue estas sugerencias:
El cáncer de hueso puede originarse en cualquier hueso del cuerpo, pero en la mayoría de los casos, afecta la pelvis o los huesos grandes de los brazos y las piernas. El cáncer de hueso es poco frecuente: representa menos del 1 % de todos los tipos de cáncer. De hecho, los tumores óseos no cancerosos son mucho más frecuentes que los cancerosos.
El término “cáncer de hueso” no incluye los tipos de cáncer que se originan en otra parte del cuerpo y se propagan (hacen metástasis) a los huesos. En cambio, a esos tipos de cáncer se los denomina según dónde se originaron, por ejemplo, cáncer de mama que hizo metástasis en los huesos.
Algunos tipos de cáncer de hueso se manifiestan sobre todo en los niños, mientras que otros afectan principalmente a los adultos. La extirpación quirúrgica es el tratamiento más frecuente, pero también pueden usarse quimioterapia y radioterapia. La decisión de usar cirugía, quimioterapia o radioterapia se basa en el tipo de cáncer de hueso que se desee tratar.
Los signos y síntomas del cáncer de huesos incluyen los siguientes:
Solicita una consulta con tu médico si tú o tu hijo empiezan a tener dolor en los huesos con las siguientes características:
Se desconoce la causa de la mayoría de los casos de cáncer de hueso. Un pequeño porcentaje de los casos de cáncer de hueso se ha relacionado con factores hereditarios, mientras que otros se relacionan con una exposición anterior a la radiación.
Existen diferentes tipos de cáncer óseo, según el tipo de célula donde comenzó el cáncer. Los tipos más comunes de cáncer óseo son los siguientes:
Las causas del cáncer de huesos no están claras; sin embargo, los médicos han hallado ciertos factores que se asocian con un mayor riesgo, entre ellos:
La leucemia es el cáncer de los tejidos que forman la sangre en el organismo, incluso la médula ósea y el sistema linfático.
Existen muchos tipos de leucemia. Algunas formas de leucemia son más frecuentes en niños. Otras tienen lugar, principalmente, en adultos.
La leucemia, por lo general, involucra a los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos son poderosos combatientes de infecciones; por lo general, crecen y se dividen de manera organizada, a medida que el cuerpo los necesita. Pero en las personas que tienen leucemia, la médula ósea produce una cantidad excesiva de glóbulos blancos anormales que no funcionan correctamente.
El tratamiento para la leucemia puede ser complejo, según el tipo de leucemia y según otros factores. Pero existen estrategias y recursos que pueden ayudar a hacer que el tratamiento sea exitoso.
Los síntomas de la leucemia varían según el tipo de leucemia. Los signos y síntomas comunes incluyen los siguientes:
Pide una cita con el médico si tienes síntomas o signos persistentes que te preocupen.
Los síntomas de la leucemia suelen ser imprecisos y poco específicos. Es posible que pases por alto los síntomas tempranos de la leucemia porque se parecen a los de la gripe y de otras enfermedades comunes.
Algunas veces, la leucemia se descubre en los análisis de sangre que se piden para otras afecciones.
Scientists don't understand the exact causes of leukemia. It seems to develop from a combination of genetic and environmental factors.
En general, se cree que la leucemia aparece cuando algunas células sanguíneas adquieren cambios (mutaciones) en el material genético o ADN. El ADN de una célula contiene instrucciones que le dicen lo que debe hacer. Habitualmente, el ADN le indica a la célula que crezca a cierto ritmo y que se muera en determinado momento. En la leucemia, las mutaciones indican a las células sanguíneas que continúen creciendo y dividiéndose.
Cuando esto sucede, la producción de células sanguíneas se descontrola. Con el tiempo, esas células anormales pueden desplazar a las células sanguíneas sanas de la médula ósea, lo que disminuye la cantidad de plaquetas, glóbulos blancos y glóbulos rojos sanos, y causa los signos y síntomas de la leucemia.
Los médicos clasifican la leucemia en función de la velocidad de evolución y de los tipos de células involucrados.
El primer tipo de clasificación se centra en la velocidad de evolución de la leucemia:
El segundo tipo de clasificación tiene en cuenta el tipo de glóbulo blanco afectado:
Los principales tipos de leucemia son:
Los factores que pueden aumentar los riesgos de manifestar algunos tipos de leucemia son los siguientes:
Sin embargo, la mayoría de las personas que presentan factores de riesgo conocidos no padecen leucemia. Y muchas personas con leucemia no presentan ninguno de estos factores.
La osteoporosis hace que los huesos se debiliten y se vuelvan quebradizos, en tal medida que una caída o incluso una leve tensión, como agacharse o toser, pueden causar una fractura. Las fracturas por osteoporosis ocurren con mayor frecuencia en la cadera, la muñeca o la columna vertebral
El hueso es tejido vivo que se descompone y se reemplaza constantemente. La osteoporosis ocurre cuando la generación de hueso nuevo es más lenta que la pérdida de hueso viejo.
La osteoporosis afecta a hombres y mujeres de todas las razas, pero las mujeres blancas y asiáticas, especialmente las mujeres mayores posmenopáusicas, son las que corren mayor riesgo. Los medicamentos, la dieta saludable y los ejercicios con peso pueden ayudar a prevenir la pérdida ósea o a fortalecer los huesos débiles.
Típicamente, las etapas iniciales de la disminución de la masa ósea no presentan síntomas. Pero una vez que la osteoporosis debilita tus huesos, podrías tener signos y síntomas que incluyen los siguientes:
Es conveniente que hables con el médico sobre la osteoporosis si tuviste una menopausia temprana o si tomaste corticoesteroides durante varios meses seguidos, o si cualquiera de tus padres sufrió una fractura de cadera.
Los huesos se encuentran en un estado constante de renovación: se desarrollan huesos nuevos y se descomponen los huesos viejos. Cuando eres joven, el desarrollo de huesos nuevos es más veloz que la descomposición de estos el cuerpo, por lo que la masa ósea aumenta. Después de los 20 años, este proceso se hace más lento y la mayoría de las personas alcanzan su masa ósea máxima a los 30 años. A medida que las personas envejecen, la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea.
La probabilidad de desarrollar osteoporosis depende en parte de cuánta masa ósea obtuviste en tu juventud. La masa ósea máxima es en parte hereditaria y también varía según el grupo étnico. Cuanto mayor sea tu densidad ósea máxima, más tejido óseo tendrás "de reserva" y menor será la probabilidad de que tengas osteoporosis cuando envejezcas.
Algunos factores pueden aumentar la probabilidad de que desarrolles osteoporosis, entre otros, tu edad, raza, estilo de vida, así como tus afecciones y tratamientos médicos.
Algunos factores de riesgo de osteoporosis están fuera de tu control, incluidos los siguientes:
La osteoporosis es más común en personas que tienen demasiada o muy poca cantidad de ciertas hormonas en el cuerpo. Por ejemplo:
La osteoporosis es más probable que ocurra en personas que tienen lo siguiente:
El uso a largo plazo de medicamentos corticoides orales o inyectados, como la prednisona y la cortisona, interfiere en el proceso de reconstrucción ósea. La osteoporosis también se asocia con medicamentos utilizados para combatir o prevenir:
El riesgo de osteoporosis es mayor en personas que tienen ciertos problemas médicos, que incluyen los siguientes:
Algunos malos hábitos pueden aumentar tu riesgo de osteoporosis. Por ejemplo:
Las fracturas óseas, particularmente en la columna vertebral o la cadera, son las complicaciones más graves de la osteoporosis. Las fracturas de cadera a menudo son causadas por una caída y pueden derivar en una discapacidad e incluso un mayor riesgo de muerte dentro del primer año después de la lesión.
En algunos casos, puede producirse una fractura de la columna vertebral aunque no te caigas. Los huesos que conforman la columna vertebral (las vértebras) pueden debilitarse hasta el punto de aplastarse, lo que producirá dolor de espalda, pérdida de estatura y una postura encorvada.
La buena nutrición y el ejercicio regular son esenciales para mantener los huesos sanos durante toda la vida.
Los hombres y mujeres que tienen entre 18 y 50 años necesitan 1000 miligramos de calcio al día. Esta cantidad diaria aumenta a 1200 miligramos cuando las mujeres cumplen los 50 años y los hombres, los 70.
Las buenas fuentes de calcio incluyen las siguientes:
Si te resulta difícil obtener suficiente calcio de la dieta, considera tomar suplementos de calcio. Sin embargo, se asocia el consumo excesivo de calcio con los cálculos renales. Si bien todavía no está claro, algunos expertos sugieren que demasiado calcio, especialmente en suplementos, puede aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca.
La Health and Medicine Division of the National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine (División de Salud y Medicina de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina) recomienda que la ingesta total de calcio, de la combinación entre suplementos y dieta, no debe superar los 2000 miligramos diarios para las personas mayores de 50 años.
La vitamina D mejora la capacidad del cuerpo para absorber el calcio y mejora de otras maneras la salud de los huesos. Las personas pueden obtener parte de su vitamina D gracias a la luz del sol, pero esto podría no ser una buena fuente si vives en latitudes altas, si estás recluido en casa, o si usas regularmente protector solar o evitas el sol debido al riesgo de padecer cáncer de piel.
Las fuentes de vitamina D en los alimentos incluyen aceite de hígado de bacalao, trucha y salmón. Muchos tipos de leches y cereales vienen fortificados con vitamina D.
La mayoría de las personas necesita al menos 600 unidades internacionales (UI) de vitamina D por día. A partir de los 70 años, la recomendación aumenta a 800 UI por día.
Las personas sin otras fuentes de vitamina D y especialmente con exposición limitada al sol podrían necesitar un suplemento. La mayoría de los productos multivitamínicos contienen entre 600 y 800 UI de vitamina D. Para la mayoría de las personas, es seguro obtener hasta 4000 UI de vitamina D por día.
Combina ejercicios de entrenamiento de fuerza con ejercicios de levantamiento de pesas y de equilibrio. El entrenamiento de fuerza ayuda a fortalecer los músculos y los huesos de los brazos y la parte superior de la columna vertebral. Los ejercicios de soporte de peso, como caminar, trotar, correr, subir escaleras, saltar una soga, hacer esquí y practicar deportes de impacto, ayudan principalmente a los huesos de las piernas, las caderas y la parte baja de la columna vertebral. Los ejercicios de equilibrio como el taichí ayudan a reducir el riesgo de caídas, especialmente al envejecer.
El dolor de cuello es un problema frecuente, que afecta a muchos adultos en algún momento de la vida. Puede afectar el cuello y los hombros o puede irradiarse hacia el brazo. El dolor puede ser leve, molesto y continuo, o bien puede sentirse como una descarga eléctrica en el brazo. Otros signos y síntomas específicos, como entumecimiento o debilidad muscular en un brazo, pueden ayudar a detectar la causa del dolor de cuello.
Algunas causas del dolor de cuello pueden ser:
El latigazo cervical es una lesión que se produce por un movimiento rápido y enérgico del cuello, hacia atrás y hacia adelante, como el chasquido de un látigo.
El latigazo cervical es comúnmente causado por los accidentes de auto por detrás. Pero el latigazo cervical también puede ser el resultado de accidentes deportivos, abuso físico y otros tipos de traumatismos, como una caída. El latigazo cervical también se conoce como esguince de cuello o distensión de cuello, pero estos términos también incluyen otros tipos de lesiones del cuello.
La mayoría de las personas con latigazo cervical mejoran en pocas semanas siguiendo un plan de tratamiento que incluye analgésicos y ejercicio. Sin embargo, algunas personas sufren dolor crónico de cuello y otras complicaciones de larga duración.
La columna vertebral es una columna de huesos (vértebras) que se mantienen unidos con músculos, tendones y ligamentos, y están protegidos por discos amortiguadores. Un problema en cualquier parte de la columna vertebral puede provocar dolor de espalda. Para algunas personas, el dolor de espalda es simplemente una molestia. Para otras, puede ser insoportable, e incapacitarlas.
La mayoría de los dolores de espalda — aun el dolor de espalda intenso — desaparece dentro de seis semanas sin tratamiento. Generalmente no se necesita cirugía para el dolor de espalda y solo se considera si otros tratamientos no son efectivos.
Una causa frecuente de dolor de espalda es una lesión a un músculo (distensión) o a un ligamento (esguince). Las distensiones y los esguinces pueden ocurrir por muchos motivos, que incluyen levantar peso de forma inapropiada, mala postura y falta de ejercicio de forma regular. Tener sobrepeso puede aumentar el riesgo de distensiones y esguinces que afecten la espalda.
El dolor de espalda también puede ser el resultado de artritis y otros cambios en la columna relacionados con la edad, de lesiones más graves, como fractura de vértebras o ruptura de disco, y de algunas infecciones.
Estas son posibles causas del dolor de espalda:
El dolor de hombro puede aparecer en la propia articulación del hombro o en cualquiera de los numerosos músculos, ligamentos o tendones cercanos. El dolor de hombro que proviene de la articulación, por lo general, empeora con la actividad o el movimiento del brazo o del hombro.
Distintas enfermedades o trastornos que afectan las estructuras del tórax o el abdomen, por ejemplo enfermedad cardíaca o enfermedad de la vesícula, también pueden causar dolor de hombro. Al dolor de hombro que se origina en otra estructura se lo denomina «dolor referido». El dolor referido de hombro generalmente no empeora al mover el hombro.
Algunas de las causas del dolor de hombro comprenden las siguientes:
El dolor ocular puede aparecer en la superficie del ojo o dentro de las estructuras más profundas del ojo. El dolor ocular grave, especialmente acompañado de cierto grado de pérdida de visión, puede ser una señal de que tienes un trastorno médico grave. Busca atención médica inmediata.
El dolor ocular que se presenta en la superficie del ojo puede describirse como picazón, ardor o dolor punzante. El dolor ocular superficial a menudo está relacionado con un cuerpo extraño en el ojo, una infección ocular o cualquier cosa que irrite o inflame la membrana que cubre la superficie del ojo.
También podrías describir que el dolor ocular se origina en el interior del ojo como una palpitación o dolor leve y continuo.
El pie es un complejo sistema de huesos, ligamentos, tendones y músculos. Si bien el pie tiene la capacidad suficiente para soportar el peso del cuerpo, puede ser susceptible a lesiones y dolores.
El dolor de pie puede afectar cualquiera de sus partes: desde los dedos hasta el tendón de Aquiles, en la parte posterior del talón.
Aunque el dolor de pie leve en general responde favorablemente a tratamientos domésticos, puede tardar un tiempo en desaparecer. El médico debe evaluar los dolores de pie intensos, especialmente los causados por una lesión.
Cualquier lesión, uso excesivo o trastorno que causa inflamación que afecta cualquier hueso, ligamento o tendón en el pie puede causar dolor de pie. La artritis es una causa frecuente del dolor de pie. La lesión en los nervios de los pies puede causar ardor intenso, entumecimiento u hormigueo (neuropatía periférica).
Estas son algunas causas frecuentes del dolor de pie:
El dolor de pierna puede ser permanente o intermitente, desarrollarse en forma repentina o gradual, y afectar la pierna entera o una parte específica, como la parte anterior de la pierna o la rodilla. Puede manifestarse de diversas formas: dolor punzante, dolor intenso, dolor leve y continuo, dolor fijo y continuo, u hormigueo.
Algunos tipos de dolor de pierna son solo molestos, pero el dolor de pierna más fuerte puede afectar la capacidad de caminar o de soportar peso sobre una pierna.
La mayoría de los dolores en las piernas se provocan como resultado del desgaste, de la sobrecarga o de lesiones en las articulaciones o los huesos, o en los músculos, los ligamentos, los tendones u otros tejidos blandos. Algunos tipos de dolores en las piernas se pueden deber a problemas en la parte baja de la columna vertebral. El dolor de piernas también se puede producir por coágulos sanguíneos, venas varicosas o mala circulación.
Algunas causas frecuentes del dolor de piernas son las siguientes:
El dolor de riñón, también denominado «dolor renal», es el dolor provocado por una enfermedad o lesión de un riñón. Puedes sentir molestias o dolor de riñón, como un dolor sordo, de un solo lado, en la parte superior del abdomen, la espalda o el costado del cuerpo. Pero el dolor en estas zonas no suele estar relacionado con los riñones.
Los riñones están ubicados en la parte trasera del abdomen debajo de las costillas inferiores, uno a cada lado de la columna vertebral. A las personas a veces les sorprende que los riñones estén tan arriba en el cuerpo. La mayoría de las afecciones que provocan dolor renal afectan solo uno de los riñones. El dolor renal suele estar acompañado de fiebre y síntomas urinarios.
Las posibles causas del dolor de riñón incluyen las siguientes:
Infórmate más con el Dr. Bradley Leibovich, oncólogo urológico
El cáncer de riñón es un cáncer que comienza en los riñones. Los riñones son dos órganos con forma de frijoles, y cada uno tiene aproximadamente el tamaño de un puño. Están ubicados detrás de los órganos abdominales; hay un riñón a cada lado de la espina dorsal.
En los adultos, el carcinoma de células renales es el tipo más común de cáncer de riñón. También pueden presentarse otros tipos menos comunes de cáncer de riñón. Los niños pequeños son más propensos a desarrollar un tipo de cáncer de riñón llamado "tumor de Wilms".
La incidencia del cáncer de riñón parece ser cada vez mayor. Una razón de ello puede ser el hecho de que las técnicas de imagen, como la tomografía computarizada (TC), se están utilizando con mayor frecuencia. Estas pruebas pueden hacer que se descubran más tipos de cáncer renal accidentalmente. El cáncer de riñón se descubre a menudo en una etapa temprana, cuando el cáncer es pequeño y se limita al riñón.
El cáncer de riñón no suele tener signos o síntomas en sus primeras etapas. Con el tiempo, pueden desarrollarse signos y síntomas, incluidos los siguientes:
Pide una cita con el médico si tienes signos o síntomas persistentes que te preocupen.
No está claro qué causa la mayoría de los tipos de cáncer renal.
Los médicos saben que el cáncer de riñón comienza cuando algunas células del riñón desarrollan cambios (mutaciones) en su ADN. El ADN de una célula contiene las instrucciones que le dicen a una célula qué hacer. Los cambios les indican a las células que crezcan y se dividan rápidamente. La acumulación de células anormales crea un tumor que puede extenderse más allá del riñón. Algunas células pueden desprenderse y esparcirse (hacer metástasis) hacia partes distantes del cuerpo.
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de tener cáncer de riñón se encuentran:
El cáncer de riñón: ¿qué es? ¿Quién puede tenerlo? Los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento. Ya sea que busques respuestas para ti o para un ser querido, estamos aquí para darte la mejor información disponible. Primero, hablemos sobre el riñón. Tenemos dos de estos órganos con forma de frijoles, y cada uno tiene aproximadamente el tamaño de un puño. Están ubicados detrás de los órganos abdominales; hay un riñón a cada lado de la columna vertebral. Su función es filtrar el exceso de agua, sal y los desechos del cuerpo al convertir estas sustancias en orina. Al igual que los demás órganos, los riñones están conformados por tejido celular. A veces, las células en este tejido se comportan de manera irregular. Debido a los cambios en su ADN, pueden crecer de manera anormal formando tumores. Esta es la forma en que se desarrolla el cáncer. El tipo más frecuente de cáncer de riñón es el carcinoma de células renales. Aproximadamente nueve de cada 10 casos de cáncer de riñón son de este tipo. Por suerte, los avances en la tecnología han mejorado el tratamiento. Por lo tanto, es muy alentador saber que ahora hay más opciones que nunca para tratar el cáncer de riñón.
La edad promedio de las personas diagnosticadas con cáncer de riñón es de 64 años. Es casi dos veces más común en los hombres que en las mujeres. Al igual que con muchos otros tipos de cáncer, se desconoce la causa exacta del cáncer de riñón. Sin embargo, sabemos que ciertos factores pueden aumentar las probabilidades de desarrollar cáncer de riñón. Estos son algunos factores que pueden aumentar el riesgo de padecerlo: edad avanzada, fumar, obesidad, presión arterial alta, diálisis a largo plazo y antecedentes familiares de cáncer de riñón.
Lamentablemente, el cáncer de riñón a menudo es difícil de diagnosticar ya que no presenta signos ni síntomas claros en sus primeras etapas. Con el tiempo, se pueden desarrollar los siguientes síntomas: sangre en la orina, la cual puede verse de color rosa, rojo o amarronado. Dolor en la espalda o en los costados del cuerpo que no desaparece. Pérdida del apetito. Pérdida de peso sin causa aparente. Cansancio constante. Fiebre. Sudores nocturnos. Si te preocupa que puedas tener estos síntomas, habla con tu médico.
Es posible que los médicos evalúen los tumores en el riñón con una o más de las siguientes pruebas y procedimientos: análisis de sangre y orina. Pruebas por imágenes, como ecografías, radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, que pueden ayudar a visualizar el tumor o la anomalía. En algunos casos, tu médico puede recomendar una biopsia. Esto incluye extraer una muestra pequeña de tejido del tumor con una aguja para realizar más pruebas. Si se determina que tienes cáncer de riñón, el siguiente paso es establecer el estadiaje o la etapa del cáncer. El estadiaje es un término médico para describir el grado de avance del cáncer. Algunas pruebas específicas para establecer el estadio pueden incluir tomografías computarizadas adicionales u otras pruebas por imágenes. Una vez que el médico tenga suficiente información, asignará un número romano del 1 al 4 para indicar en qué etapa del cáncer te encuentras. El extremo inferior significa que el cáncer se limita al riñón. El extremo superior significa que el cáncer se considera avanzado y puede haberse propagado a los ganglios linfáticos o a otras zonas del cuerpo.
Hay algunas ventajas del cáncer de riñón con respecto a otros tipos de cáncer. El hecho de que tengamos dos riñones, y que nuestros cuerpos por lo general solo necesitan uno para funcionar de manera normal, significa que en muchos casos si el cáncer de riñón está localizado y no se ha expandido a otras partes del cuerpo, no solo las probabilidades de sobrevivir son altas, sino que por lo general no hay un impacto negativo en la calidad de vida con el tratamiento para el cáncer de riñón. En la mayoría de los casos, la cirugía es el primer paso. Según la etapa y gravedad del cáncer, los cirujanos pueden extirpar por completo el riñón afectado: un procedimiento conocido como nefrectomía o nefrectomía radical. A veces pueden optar por extirpar el tumor del riñón. Esto se conoce como nefrectomía parcial, cirugía conservadora de riñón o cirugía conservadora de nefrona. Además de la cirugía, algunos tipos de cáncer de riñón se destruyen con métodos no quirúrgicos. La crioablación es un tratamiento que congela y elimina las células cancerígenas. La ablación por radiofrecuencia es un tratamiento que genera un calentamiento de las células mutadas para desintegrarlas. El mejor tratamiento dependerá de diversos factores, como tu salud general, el tipo de cáncer de riñón que tienes, si el cáncer se expandió y tus preferencias de tratamiento. Juntos, tú y tu equipo médico podrán decidir qué es lo que más te conviene.
Nunca es fácil enterarte de que te han diagnosticado cáncer. Pero existen formas de enfrentar los desafíos diarios de procesar la enfermedad, el tratamiento y la recuperación. Conocer más sobre tu afección puede ayudarte a sentirte cómodo en el momento de tomar decisiones. Cuidarte es otro factor importante. Haz actividad física. Duerme bien. Come de manera saludable. Y cuando sientas que puedes, sigue haciendo las cosas que disfrutas. Conéctate con los demás. Tu médico puede ayudarte a encontrar un grupo de apoyo. No dudes en pedir ayuda cuando la necesites. Es normal sentirse abrumado, deprimido o ansioso. A veces, hablar con un especialista en salud mental puede marcar la diferencia. Recuerda que, con el tratamiento adecuado, el equipo correcto y la mentalidad necesaria, siempre hay un camino por delante. Si quieres informarte más sobre el cáncer de riñón, mira nuestros otros videos relacionados o visita mayoclinic.org. Te deseamos lo mejor.
Tomar medidas para mejorar tu salud puede ayudar a reducir el riesgo de tener cáncer de riñón. Para reducir el riesgo, haz lo siguiente:
Es probable que los cálculos renales solo causen dolor cuando empiecen a salir del riñón. Además, es posible tener una de estas afecciones, particularmente la mayoría de los cánceres de riñón, y no tener dolor de riñón.
El dolor de rodilla puede ser causado por problemas con la articulación de la rodilla o por trastornos que afectan los tejidos blandos (ligamentos, tendones o bolsa sinovial) que están alrededor de la rodilla.
La gravedad del dolor de rodilla puede variar mucho. Algunas personas pueden sentir solo una puntada leve, mientras que otras pueden experimentar un dolor de rodilla debilitante que interfiere con sus actividades diarias. En la mayoría de los casos, las medidas de cuidado personal pueden ayudar a lidiar el dolor de rodilla.
Las causas del dolor de rodilla incluyen:

El dolor de testículo (dolor testicular) es un dolor que ocurre en uno o en ambos testículos, o en la zona que los rodea. A veces el dolor de testículo en realidad se origina en algún otro lugar en la ingle o el abdomen, y se siente en uno o en ambos testículos (dolor referido).
El dolor de testículo puede deberse a varias causas. Los testículos son muy sensibles, e incluso una lesión sin importancia puede causar dolor o molestias. El dolor puede provenir del mismo testículo o del tubo en espiral y el tejido de sostén que están detrás del testículo (epidídimo).
En ocasiones el aparente dolor de testículo es causado por un problema que comienza en la ingle, el abdomen o en otra parte — por ejemplo, los cálculos renales y algunas hernias pueden causar este dolor. La causa del dolor de testículo no siempre se puede identificar.
Las causas del dolor de testículo o en la zona de los testículos pueden comprender las siguientes:
Una hernia inguinal ocurre cuando una porción de tejido, como una parte del intestino, empuja hacia afuera a través de un lugar debilitado en los músculos abdominales. El bulto que se produce puede ser doloroso, especialmente al toser, inclinarse o levantar un objeto pesado. Sin embargo, muchas hernias no causan dolor.
Una hernia inguinal no es necesariamente peligrosa. Sin embargo, si no mejora por sí sola, puede provocar complicaciones potencialmente mortales. Es probable que el médico te recomiende una cirugía para reparar una hernia inguinal que causa dolor o que se agranda. La reparación de una hernia inguinal es un procedimiento quirúrgico frecuente.
Una hernia inguinal ocurre cuando una porción de tejido, como una parte del intestino, empuja hacia afuera a través de un lugar debilitado en los músculos abdominales. El bulto que se produce puede ser doloroso, especialmente al toser, inclinarse o levantar un objeto pesado. Sin embargo, muchas hernias no causan dolor.
El tobillo es un complejo sistema de huesos, ligamentos, tendones y músculos. Si bien el tobillo tiene la capacidad suficiente para soportar el peso del cuerpo, puede ser susceptible a lesiones y dolores.
El dolor puede presentarse en el interior o en el exterior del tobillo, o a lo largo del tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Aunque el dolor de tobillo leve en general responde favorablemente a tratamientos domésticos, puede tardar un tiempo en desaparecer. Debes consultar al médico si sientes un dolor fuerte en el tobillo, especialmente si fue causado por una lesión.
Las lesiones en cualquiera de los huesos, los ligamentos o los tendones del tobillo y varios tipos de artritis pueden provocar dolor de tobillo. Estas son algunas causas frecuentes del dolor de tobillo:
El dolor de codo generalmente no es grave, pero debido a que usas el codo de tantas maneras, puede resultar muy frustrante. El codo es una articulación compleja; te permite extender, flexionar y rotar la mano y el antebrazo. Debido a que la mayoría de los movimientos son una combinación de estas acciones, a veces puede resultarte difícil describir exactamente qué movimiento es el que desencadena el dolor.
El dolor de codo a menudo se produce por el uso excesivo. Muchos deportes, pasatiempos y trabajos requieren movimientos repetitivos de las manos, las muñecas o los brazos. En ocasiones el dolor de codo puede deberse a la artritis, pero, en general, la articulación del codo es mucho menos propensa al daño por desgaste normal que muchas otras articulaciones.
Algunas causas frecuentes del dolor de codo son las siguientes:
El dolor en el talón suele afectar la parte inferior o trasera del talón. Si bien el dolor en el talón rara vez es un síntoma de un trastorno grave, puede interferir con tus actividades normales, en especial el ejercicio.
Las causas más frecuentes del dolor en el talón son la fascitis plantar (la parte inferior del talón) y la tendinitis de Aquiles (la parte posterior del talón). Las causas del dolor en el talón también comprenden las siguientes:
El dolor inguinal es un dolor que se produce en la zona en la que se unen el muslo superior interno y la parte baja del abdomen.
La causa más frecuente del dolor inguinal es la distensión de un músculo, un tendón o un ligamento, particularmente en los deportistas que realizan deportes como hockey, fútbol y fútbol americano. El dolor inguinal puede ocurrir inmediatamente después de una lesión o se puede manifestar gradualmente en un período de semanas o incluso meses. El dolor en la ingle puede empeorar con el uso continuo de la zona lesionada.
Con menor frecuencia, el dolor inguinal se puede provocar como resultado de una lesión o una fractura ósea, una hernia o incluso la presencia de cálculos renales. Si bien el dolor inguinal y el de testículo son distintos, a veces, una afección en los testículos puede provocar dolor que se extiende a la zona de la ingle.
Las causas directas e indirectas del dolor inguinal pueden ser:
Casi todas las personas sufren dolor e inflamación muscular de vez en cuando. El dolor muscular puede involucrar un área pequeña o todo el cuerpo, e ir desde leve hasta insoportable.
Si bien en la mayoría de los casos, los dolores musculares desaparecen por sí solos en un período breve, en ocasiones pueden permanecer durante meses. El dolor muscular puede manifestarse en casi todo el cuerpo, incluidos el cuello, la espalda, las piernas e incluso las manos.
Las causas más frecuentes del dolor muscular son la tensión, el esfuerzo, la sobrecarga y lesiones menores. En general, este tipo de dolor está localizado y suele afectar solo algunos músculos o una parte reducida del cuerpo.
El dolor muscular sistemático, dolor en todo el cuerpo, a menudo se debe a una infección, a una enfermedad o a un efecto secundario de un medicamento.
Las causas comunes del dolor muscular incluyen las siguientes:
El dolor pélvico se produce en la parte inferior del abdomen y la pelvis. En el caso de las mujeres, el dolor pélvico puede deberse a síntomas originados en los aparatos reproductor, digestivo o sistema urinario, o por los músculos y ligamentos en la pelvis.
Según el origen, el dolor pélvico puede ser sordo o punzante; constante o intermitente; y leve, moderado o fuerte. En ocasiones, el dolor pélvico puede extenderse hasta la región lumbar, los glúteos o los muslos. Puede que sientas el dolor pélvico solamente en determinados momentos, como al usar el baño o mantener relaciones sexuales.
El dolor pélvico puede ser repentino, intenso y breve (agudo) o prolongado (crónico). El dolor pélvico crónico hace referencia a todo dolor pélvico constante o intermitente que se prolonga durante seis meses o más.
Diversos tipos de enfermedades y afecciones pueden causar dolor pélvico. El dolor pélvico crónico puede deberse a más de una afección.
El dolor pélvico se origina en los aparatos digestivo, reproductor o el sistema urinario. Recientemente, los médicos han observado que cierto dolor pélvico, particularmente el dolor pélvico crónico, también puede originarse en los músculos y el tejido conectivo (ligamentos) en las estructuras del suelo pélvico.
El dolor pélvico también puede ser producto de la irritación de los nervios de la pelvis.
El dolor pélvico que se origina del aparato reproductor femenino podría deberse a las siguientes afecciones:
Estos son algunos ejemplos de otras causas posibles del dolor pélvico, tanto en los hombres como en las mujeres: