El corazón tiene cuatro válvulas. Cuando funcionan adecuadamente, los colgajos de tejido de estas válvulas se abren y se cierran con cada latido, permitiendo que la sangre fluya a través de las cuatro cámaras de su corazón y al resto de su cuerpo. Pero a veces, estas válvulas no funcionan de manera adecuada, resultando en una enfermedad de las válvulas del corazón. Cada año, alrededor de 5 millones de estadounidenses son diagnosticados con este problema, según la American Heart Association.
La enfermedad de las válvulas del corazón es el resultado de dos tipos principales de disfunciones:
Las válvulas de su corazón pueden desarrollar ambos problemas al mismo tiempo y más de una válvula puede verse afectada. Sin tratamiento, la enfermedad avanzada de las válvulas del corazón puede causar insuficiencia cardiaca, derrames cerebrales, coágulos de sangre o hasta la muerte debido a un súbito paro cardiaco.
Algunas personas tienen la enfermedad congénita de las válvulas del corazón, lo que significa que nacieron con válvulas que no se formaron adecuadamente. Otras personas desarrollan la enfermedad más tarde en la vida. Las causas comunes de la enfermedad adquirida de las válvulas del corazón incluyen la fiebre reumática, daños por causa de una infección o un ataque cardiaco y la degeneración que puede ocurrir con el tiempo.
La señal principal de la enfermedad de las válvulas del corazón es un sonido inusual llamado un soplo cardiaco. Su médico puede escuchar un soplo con un estetoscopio. Las pruebas tales como el ecocardiograma, el cateterismo cardiaco, el electrocardiograma o las imágenes por resonancia magnética (MRI) pueden revelar si usted tiene un soplo inocente o la enfermedad de las válvulas del corazón.
Muchas personas tienen un soplo cardiaco inocente que no causa síntomas o problemas del todo, dice el Dr. Bologna. Sin embargo, la enfermedad de las válvulas del corazón puede empeorar lentamente hasta que se desarrollan síntomas. Si las válvulas de su corazón comienzan a fallar, su corazón tiene que trabajar más para bombear sangre. A través del tiempo, pueden surgir los siguientes síntomas que no deben ignorarse:
Para algunas personas, el tratamiento recomendado es la supervisión médica muy de cerca. Su cardiólogo puede recetar medicamentos y cambios de estilo de vida para aliviar los síntomas y minimizar el daño al corazón. Sin embargo, el Dr. Bologna señala que los medicamentos no pueden curar la enfermedad de las válvulas del corazón.
“La enfermedad de las válvulas del corazón es un problema mecánico, lo que significa que solamente puede resolverse con una solución mecánica”, explicó él.
En otras palabras, muchas personas necesitan cirugía para reparar o reemplazar su válvula cardiaca. La reparación quirúrgica de las válvulas le permite al cirujano arreglar la válvula defectuosa, mientras que reemplazar la válvula consiste de remover la válvula antigua y colocar una nueva.
Para determinar el mejor plan de tratamiento, su médico considerará su edad y su salud general, el tipo de enfermedad valvular y los síntomas, y la severidad del progreso de la enfermedad.
“Aunque nadie quiere operarse del corazón, es mejor recibir tratamiento antes que los síntomas y el daño al corazón progresen y mientras el corazón aún está saludable y fuerte”, explicó el Dr. Bologna. “La meta es restaurar y reparar la válvula en vez de reemplazarla”.
Todos los planes de tratamiento requieren que usted programe citas regulares de seguimiento con su cardiólogo para asegurar que sus válvulas cardiacas funcionen como es debido. La buena noticia es que las estadísticas de recuperación son muy favorables para las personas que reciben el tratamiento adecuado y a tiempo, dice el Dr. Bologna.
En personas jóvenes, la válvula más frecuentemente afectada es la mitral, mientras que en personas mayores, es la aórtica.
La manifestación fundamental es la insuficiencia cardiaca, dificultad respiratoria, cansancio e hinchazón de las piernas.
En sus fases iniciales, el tratamiento puede ser médico para intentar mejorar y prevenir la insuficiencia cardiaca.
En fases más avanzadas y según el grado de repercusión de la enfermedad, puede estar indicado el tratamiento intervencionista a través de la dilatación valvular o la intervención quirúrgica.
La dificultad respiratoria también puede presentarse, más o menos repentina, al acostarse, mejorando al incorporase y obligando al paciente a permanecer sentado.
En otras ocasiones, pueden aparecer palpitaciones, pérdida de conocimiento o síncope, así como dolor o sensación de opresión en el pecho.
Generalmente, el pronóstico de las enfermedades valvulares es favorable con tratamiento, por lo que resulta muy importante la elección del momento del tratamiento quirúrgico e intervencionista que cambian de forma radical la evolución natural de la enfermedad.
La decisión de la intervención se toma antes de que se produzcan secuelas irreversibles sobre el propio corazón, como la dilatación exagerada de las cámaras cardiacas, sobre todo el ventrículo izquierdo, que puede conducir a la aparición de insuficiencia cardiaca crónica a pesar del tratamiento quirúrgico.
Generalmente, el médico detecta la aparición de un soplo al auscultar al enfermo. Este soplo es el ruido producido por la turbulencia y vibración de la sangre, que aparecen como consecuencia de la lesión valvular.
El soplo suele ser diferente dependiendo del tipo de lesión (estrechamiento o regurgitación) y de la válvula afectada (mitral, aórtica, tricúspide o pulmonar).
El electrocardiograma y la radiografía del tórax permiten apreciar las consecuencias de la enfermedad valvular.
Pero la exploración fundamental para su diagnóstico es la ecocardiografía con estudio doppler. Esta técnica permite estudiar de forma muy precisa el tipo y grado de lesión de la afectación valvular, siendo imprescindible para su estudio.
Si se sospecha enfermedad de las arterias coronarias, puede ser necesaria la realización de un TAC multicorte o de coronariografía.