¿Qué beneficios para la salud aporta
la vitamina E?
Se han realizado numerosos estudios
sobre la vitamina E y hoy en día se sabe
que protege contra enfermedades del
corazón limitando la formación de
coágulos y reduciendo el colesterol malo
(LDL). Se cree que también reduce el
riesgo de ataque al corazón e ictus.
Otras investigaciones han puesto de
manifiesto las propiedades de la
vitamina E para prevenir determinados
tipos de cáncer (como el cáncer de
próstata en pacientes fumadores) y las
enfermedades infecciosas (mediante el
sistema inmunitario). Por último, según
un estudio publicado por la American
Psychiatry Association, la vitamina E
puede ejercer un (leve) efecto
preventivo en el caso de la enfermedad
de Alzheimer precoz.
¿Qué implicaciones tienen las
carencias?
Las deficiencias de vitamina E son
raras en los seres humanos. Se detectan
generalmente en las personas que sufren
enfermedades que dificultan la absorción
intestinal (como la enfermedad de Crohn).
Esto no quiere decir que todo el mundo
cubra sus necesidades. Un estudio
llevado a cabo en Estados Unidos y
Canadá, publicado en el Journal of
the Academy of Nutrition and Dietetics
mostró que las necesidades de vitamina E
no están totalmente cubiertas por la
alimentación. Las carencias dan lugar a
trastornos musculares y neurológicos.
¿Qué diferencias hay entre la
vitamina E natural y la vitamina E
sintética?
La vitamina E se encuentra en dos
formas: natural (en los alimentos o en
los suplementos dietéticos) o sintética
(sólo en los suplementos dietéticos). El
único problema es que el cuerpo absorbe
mejor la vitamina E natural porque su
biodisponibilidad es hasta dos veces
superior a la de la vitamina E sintética
Por lo tanto, hay que tomar entre 1,5 y
2 veces más de vitamina E sintética para
obtener los mismos efectos. Obsérvese
también que, en la mayoría de los casos,
la vitamina E en cápsulas consiste
esencialmente en tocoferoles, en
particular alfa-tocoferol; ya sea
natural o sintética. Si quieres tomar
vitamina E en forma de suplementos
dietéticos, lee las etiquetas para
conocer la composición exacta; lo ideal
es que tenga los ocho compuestos o, al
menos, cuatro formas de tocoferoles.
Otro punto que no debe pasarse por alto:
la vitamina E actúa sinérgicamente con
otros antioxidantes. Esto hace que sea
interesante combinarla con vitamina C.
Las células madre: ¿la clave de la
eternidad?
Las células madre
constituyen otra pista estudiada por los
médicos para aumentar la
esperanza de vida saludable de
la humanidad.
Células indiferenciadas
capaces de autorrenovarse, de
diferenciarse en cualquier tipo de
célula, pero también de proliferar, las
células madre ya se utilizan actualmente
para regenerar y recrear tejidos
destruidos, especialmente de la
piel: es lo que se conoce como terapia celular
(6).
Sobre esta base, unos científicos
están intentando estimular y
aumentar la calidad de las células madre
en la médula ósea en individuos sanos,
utilizando nutrientes y extractos de
plantas.
En este enfoque, los extractos
naturales más estudiados son el extracto de
Polygonum multiflorum,
o fallopia multiflora, el fucoidan, un polisacárido
extraído de un alga japonesa, el beta 1,3/1,6 glucano, otro
polisacárido, así como la L-carnosina, una combinación de
dos aminoácidos, que se cree que apoya
la capacidad replicativa de las
células madre (por esta razón
estas moléculas están presentes en la
fórmula sinérgica
Stem Cells Activator) (7).
La glicación y el envejecimiento
El fenómeno químico de la glicación es especialmente
apreciado por cocineros y pasteleros: es
la famosa reacción de Maillard,
que es el resultado de la unión
de los azúcares a las proteínas,
produciendo el caramelo, el asado de la
carne, etc.
Sin embargo, en nuestro organismo,
esta glicación genera la fabricación de
productos finales de glicación,
extremadamente peligrosos para el
organismo y que son uno de los factores de envejecimiento acelerado de
los tejidos, en particular
cuando afectan al ADN y al colágeno (8).
Por esta razón muchos estudios
intentan combinar moléculas que permiten
bajar o regular los niveles de
azúcar en sangre pero también
inhibir la glicación.
En este sentido, la carnosina,
la benfotiamina, la
aminoguanidina y la piridoxamina son las
pistas más serias y alentadoras (cf. el
complemento
Anti-Glycation Formula).
El estrés oxidativo acelera el
envejecimiento
Si bien nuestro organismo está
sometido desde el nacimiento a un
estrés oxidativo
permanente, las cosas se agravan
con la edad.
En efecto, con los años, la
senescencia de las células, así como los
desarreglos hormonales provocan un
aumento de la producción de
radicales libres por el organismo.
Si a esto se le añade una alimentación
generalmente más pobre en antioxidantes
en la persona mayor, se entra en un
ciclo de retroalimentación positiva (en
otras palabras, en un círculo
vicioso) que acentúa el estrés
oxidativo y así sucesivamente.
Así pues, a la larga, el
envejecimiento, la senescencia y
finalmente la muerte celular son el
resultado del agotamiento de los
recursos que mantienen el
equilibrio, la homeóstasis celular.
Esta es la razón por la que los
investigadores también estudian
moléculas susceptibles de apoyar al
organismo en su lucha contra los
radicales libres: en teoría,
los antioxidantes deberían ser remedios
con beneficios antienvejecimiento.
Entre estas moléculas estudiadas está
especialmente la
L-ergotioneína. Este aminoácido,
asilado en 1909 en el cornezuelo de
centeno, es un hongo parásito del
centeno. Una vez en el cuerpo, su acción
se concentra en los órganos
sometidos al mayor estrés oxidativo
(9).
El ADN: en el centro de nuestra
longevidad saludable
Acortamiento de los telómeros, estrés
oxidativo, exposición a los rayos UV, a
los contaminantes, al tabaco, al
alcohol, etc.: nuestro ADN es
constantemente socavado a lo
largo de nuestra vida, lo que deteriora
las células y favorece un entorno celular inflamatorio,
que a su vez provoca muchos trastornos
relacionados con la edad, etc. (10).
¿Y si, como consecuencia de ello, una
de las soluciones para combatir el
envejecimiento fuera favorecer
una síntesis normal de ADN
apoyando al mismo tiempo el sistema
inmunitario y la división celular? Esto
es exactamente lo que algunos
investigadores han intentado hacer al
crear fórmulas sinérgicas que combinan
pidolato de zinc, que
contribuye a la síntesis del ADN,
arabinogalactanos,
vitamina B12, etc.
Puede encontrar todos estos
nutrientes en nuestro complemento sinérgico
DNA Repair.
Pero, entonces ¿cuál es el mejor
complemento antienvejecimiento?
Lo ha entendido, hay muchos
factores que intervienen en el
envejecimiento y cada uno de
ellos merece una atención activa:
no hay una única sustancia que
pueda actuar sobre factores tan variados.
No obstante, los avances de la
investigación nos invitan a centrarnos
muy seriamente en un fenómeno crucial
del envejecimiento: la aparición y la
expansión de las células
senescentes. Recordemos que
estas son células “zombis”
que han perdido su función, pero que no
han podido ser eliminadas adecuadamente.
Así, deambulan por el cuerpo y crean
todo tipo de problemas: secretan
moléculas inflamatorias y radicales
libres oxidantes, se acumulan
progresivamente en los tejidos e impiden
su buen funcionamiento... En resumen,
aceleran mucho el envejecimiento.
Unos investigadores estudian desde
hace unos años la capacidad de dos
flavonoles naturales, la fisetina
y la
quercetina, para favorecer la
eliminación de las células
senescentes (11-13). A estos
compuestos se les conoce como “senolíticos”
(en otras palabras “que matan a las
células senescentes”).
Además, uno de los
suplementos antienvejecimiento actuales
más interesantes (y aun así
asequible) es posiblemente una fórmula
rica en senolíticos naturales
potenciales, como
Senolytic Complex. En efecto,
niveles elevados de fisetina y
quercetina fitosomal (20 veces
más asimilable que la quercetina
ordinaria), pero también de NMN,
extracto de té negro descafeinado,
vitamina C, bromelaína... Este
complemento alimenticio
antienvejecimiento de última generación
es además vegano, sin gluten
y sin nanopartículas.