Existen muchos mitos acerca de las vacunas. A continuación te mostramos algunos de ellos  junto con sus realidades.

 

  • Mito 1: Las mejores condiciones de higiene y saneamiento harán desaparecer las enfermedades; las vacunas no son necesarias. FALSO

    Realidad 1: Las enfermedades contra las que podemos vacunar volverían a aparecer si se interrumpieran los programas de vacunación. Si bien la mejor higiene, el lavado de las manos y el agua potable contribuyen a proteger a las personas contra enfermedades infecciosas, muchas infecciones se pueden propagar independientemente de la higiene que mantengamos. Si las personas no estuvieran vacunadas, algunas enfermedades que se han vuelto poco comunes, tales como la poliomielitis y el sarampión, reaparecerían rápidamente.

  • Mito 2: Las vacunas conllevan algunos efectos secundarios nocivos y de largo plazo que aún no se conocen. Más aún, la vacunación puede ser mortal. FALSO
  • Mito 3: La vacuna combinada contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, así como la vacuna antipoliomielítica, pueden provocar el síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS). FALSO

    Realidad 3: No existe una relación causal entre la administración de las vacunas y la muerte súbita del lactante, a pesar de que esas vacunas se administran en un período en el que el recién nacido puede sufrir el SIDS. En otras palabras, las defunciones por SIDS son casualmente coincidentes con la vacunación y hubieran ocurrido aunque no se hubiesen administrado las vacunas. Es importante recordar que esas cuatro enfermedades pueden ser mortales, y que el recién nacido no vacunado contra ellas corre graves riesgos de defunción y discapacidad grave.

  • Mito 4: Las enfermedades prevenibles mediante vacunación están casi erradicadas en mi país, por lo tanto no hay motivos para que me vacune. FALSO

    Realidad 4: Si bien las enfermedades prevenibles mediante vacunación son actualmente poco comunes en muchos países, los agentes infecciosos que las provocan siguen circulando en algunas partes del mundo. En un mundo sumamente interconectado, esos agentes pueden atravesar las fronteras geográficas e infectar a cualquier persona no protegida. Por ejemplo, a partir de 2005, en Europa occidental se produjeron brotes de sarampión en poblaciones no vacunadas de Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Italia, el Reino Unido y Suiza. Por consiguiente, hay dos motivos fundamentales para vacunarse, a saber, protegernos a nosotros mismos y proteger a quienes nos rodean. Los programas eficaces de vacunación, al igual que las sociedades eficaces, dependen de la cooperación de cada persona para asegurar el bien común. No deberíamos depender de las personas que nos rodean para detener la propagación de enfermedades; nosotros mismos también tenemos que hacer nuestra parte.

  • Mito 5: Las enfermedades de la infancia prevenibles mediante vacunación son algo inevitable en la vida. FALSO

    Realidad 5: Las enfermedades prevenibles mediante vacunación no tienen por qué ser “algo inevitable en la vida”. Enfermedades tales como el sarampión, la parotiditis y la rubéola son graves y pueden acarrear importantes complicaciones tanto en niños como en adultos, por ejemplo, neumonía, encefalitis, ceguera, diarrea, infecciones del oído, síndrome de rubéola congénita (si una mujer contrae rubéola al principio del embarazo) y defunción. Todas estas enfermedades y sufrimientos se pueden prevenir mediante las vacunas. Los niños no vacunados contra estas enfermedades quedan innecesariamente vulnerables.

  • Mito 6: La administración simultánea de más de una vacuna puede aumentar en los niños el riesgo de efectos secundarios nocivos, que a su vez pueden sobrecargar su sistema inmunitario. FALSO

    Realidad 6: Las pruebas científicas revelan que la administración simultánea de varias vacunas no conlleva ningún efecto secundario sobre el sistema inmunitario del niño. Los niños están expuestos cotidianamente a cientos de sustancias extrañas que desencadenan una respuesta inmunitaria. El simple hecho de ingerir alimentos introduce nuevos antígenos en el organismo, y numerosas bacterias viven en la boca y la nariz. Un niño está expuesto a muchísimos más antígenos como consecuencia de un resfriado común o una faringitis, que por las vacunas. Las principales ventajas de la administración simultánea de varias vacunas es que requiere menos consultas ambulatorias, lo que permite ahorrar tiempo y dinero y aumenta las probabilidades de que los niños completen el calendario de vacunación recomendado. Además, la posibilidad de recibir una vacunación combinada, por ejemplo, contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, supone menos inyecciones.

    Uno de los argumentos utilizados contra la utilización de las vacunas y, sobre todo, de la aplicación simultánea de varias vacunas es que, al exponer al sistema de defensa del cuerpo (el sistema inmunológico) a tantos antígenos vacunales, puede producirse una respuesta no deseada e, incluso, un mal funcionamiento de este sistema de defensa.

    Hace pocos años se realizó un estudio para comprobar el número de antígenos a los que se exponía un niño durante su programa vacunal, encontrando que esta cifra era de 126.

    Como muchas otras situaciones, si miramos esta cifra así, sin más, podríamos decir: “es cierto, son muchos estímulos para el sistema de defensa”. Pues bien, cuando un niño tiene un resfriado común se expone al niño a entre 4 y 10 antígenos (¿cuántos resfriados tiene un niño a lo largo de su infancia?). Si padece una laringitis, se expone a entre 25 y 50 antígenos de una vez.

    La realidad es que, de forma natural, los niños están expuestos a una elevadísima cantidad de estímulos antigénicos para su sistema de defensa y es precisamente este estímulo el responsable, en parte, de que el sistema defensivo funcione correctamente.

    El Instituto de Medicina de los Estados Unidos de Norteamérica, una institución independiente y no gubernamental, declaró ya en 1994 que el número de antígenos contenidos en las vacunas infantiles no parece una carga apreciable para el sistema inmunológico.

  • Mito 7: La gripe es solo una molestia y la vacuna no es muy eficaz. FALSO

    Realidad 7: La gripe es mucho más que una molestia. Es una enfermedad grave que cada año provoca entre 300.000 y 500.000 defunciones en todo el mundo. Las embarazadas, los niños pequeños, los ancianos con problemas de salud y cualquiera que padezca un trastorno crónico, por ejemplo, asma o cardiopatía, corren un alto riesgo de infección grave y muerte. La vacunación de las embarazadas conlleva el beneficio adicional de proteger a sus recién nacidos (actualmente no existe una vacuna para los menores de seis meses). La mayoría de las vacunas contra la gripe inmuniza contra las tres cepas de mayor prevalencia circulantes en una estación dada. Es la mejor manera de reducir sus probabilidades de contraer una gripe grave y contagiar a otros. Evitar la gripe significa evitar gastos de atención médica adicionales y pérdida de ingresos por los días de trabajo o escuela perdidos.

  • Mito 8: Es mejor la inmunización por la enfermedad que por las vacunas. FALSO

    Realidad 8: Las vacunas interactúan con el sistema inmunitario para producir una respuesta similar a la que produciría la infección natural, pero no causan la enfermedad ni exponen a la persona inmunizada a riesgos de posibles complicaciones. En cambio, el precio de la inmunización por infección natural podría ser el retraso mental provocado porHaemophilus influenzaetipo b (Hib), defectos congénitos debidos a la rubéola, cáncer del hígado derivado del virus de la hepatitis B, o muerte por sarampión.

  • Mito 9: Las vacunas contienen mercurio, que es peligroso. FALSO

    Realidad 9: El tiomersal es un compuesto orgánico con mercurio que se añade a algunas vacunas como conservante. Es el conservante más ampliamente utilizado para las vacunas que se suministran en ampollas de dosis múltiples. No hay pruebas científicas que sugieran que la cantidad de tiomersal utilizada en las vacunas entrañe un riesgo para la salud. 

    Durante mucho tiempo, en la fabricación o conservación de algunas vacunas, se ha utilizado como conservante el timerosal (una sal orgánica que contiene etilmercurio) por sus propiedades antimicrobianas. Sin embargo, desde hace unos años se ha ido reduciendo la cantidad de timerosal utilizado o se ha eliminado completamente, sustituyéndolo por otros compuestos para la conservación y fabricación de aquellas vacunas que antes lo contenían.

    Hoy en día, prácticamente ninguna de las vacunas que se utilizan en los calendarios vacunales de las distintas comunidades autónomas españolas, contiene cantidades significativas de esta sustancia.

    ¿Es tóxico el tiomersal?

    No se ha podido demostrar que el tiomersal o timerosal, incluido en las vacunas, interfiera con el desarrollo cerebral del feto o el lactante. Tampoco se ha demostrado una relación con enfermedades, como el autismo, o con el retraso del desarrollo psicomotor.

    Si no es tóxico, ¿por qué se ha retirado?

    Por un principio de prudencia básico y por la alarma social que se ha creado alrededor de esta sustancia. Aunque las cantidades de mercurio a las que podía estar expuesto un niño español antes de los 14 años de edad por la vacunación serían muy inferiores a las que se consideran tóxicas por los diferentes organismos mundiales, una vez que ha sido posible, se ha considerado oportuna su sustitución por otros compuestos inocuos.

  • Mito 10: Las vacunas causan autismo y otras enfermedades raras. FALSO

    Realidad 10: Según se pudo determinar, el estudio de 1998 que suscitó inquietud acerca de un posible vínculo entre la vacuna contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, por un lado, y el autismo, por otro, contenía graves irregularidades, por lo que la publicación que lo divulgó lo retiró. Lamentablemente, su divulgación despertó temores que provocaron una disminución en las tasas de inmunización y los subsiguientes brotes de esas enfermedades. No existen pruebas científicas de una relación entre esa vacuna y el autismo o trastornos autistas.

    Algunos grupos de personas que se agrupan bajo la denominación de “Grupos para la Libertad Vacunal” señalan que las vacunas son responsables de las más diversas alteraciones como el autismo infantil, el aumento de casos de cáncer, la leucemia, la esclerosis múltiple, esterilidad, enfermedad de Alzheimer y una larguísima lista de graves enfermedades.

    Todas estas afirmaciones se basan en la siguiente premisa: “desde la introducción de los programas de vacunación masiva se diagnostican más casos de todas estas enfermedades”.

    Lo único cierto es que no hay ninguna prueba, hoy en día, que relacione la vacunación con estas enfermedades.

    Hay que saber que:

    • Muchas de las enfermedades supuestamente relacionadas con la vacunación ya existían antes de aparecer la vacuna.
    • El aumento que se ha producido en la frecuencia de algunas de estas enfermedades ya se había iniciado antes de la vacunación.
    • En muchas ocasiones, no se ha producido un aumento real de la frecuencia sino que simplemente se diagnostican mejor gracias a los avances de la medicina.
    • El que dos cosas ocurran al mismo tiempo, no indica que estén relacionadas. Si así fuera, podríamos hacer responsables a los programas de vacunación de la llegada del hombre a la luna o del cambio climático.
    • Existen otras posibles razones para el aumento de frecuencia de estas enfermedades (entre otros, la supervivencia a más largo plazo de enfermos crónicos, la mayor contaminación con metales pesados, etc.) que podrían ser responsables de estas enfermedades.
  • Mito 11: Las enfermedades desaparecieron antes de que se introdujeran las vacunas debido a las mejoras higiénicas y sanitarias.

    Realidad 11: Evidentemente, las mejoras en las condiciones higiénicas y sanitarias de un país contribuyen a disminuir la aparición de determinadas enfermedades y a que las personas enfermas puedan recuperar la salud más rápidamente y con menores secuelas.

    Sin embargo, hay tres datos que quizás nos ayuden a entender mejor las cosas:

    • Aunque la mayoría de las enfermedades prevenibles se presentan de forma cíclica (años con menos casos y años con más casos), la introducción de la vacunación masiva ha señalado un punto de inflexión en el que disminuyen espectacularmente los casos de enfermedad.
    • Los casos de enfermedades en las que se ha introducido recientemente la vacunación (Haemóphilus influenzae tipo b, meningococo C) han disminuido drásticamente y no podemos pensar que en los últimos años ha cambiado mucho la situación en España.
    • En aquellos países en los que disminuyó la tasa de vacunación de tosferina (como ocurrió en Japón o en Suecia), aumentó alarmantemente el número de casos de tosferina y, lo que es más grave, el número de fallecimientos y secuelas neurológicas por esta enfermedad.
  • Mito 12. Las vacunas causan efectos indeseables, enfermedades e incluso la muerte.

    Realidad 12: Las vacunas en la actualidad son muy seguras y el número de efectos secundarios de importancia es muy pequeño y, si lo comparamos con el beneficio que producen, podemos decir que este riesgo es desdeñable.

    Sirva como ejemplo la vacuna frente a la difteria, el tétanos y la tosferina. La vacunación puede provocar una encefalitis (en la mayor parte de los casos leve) en un niño de cada millón de vacunados. Padecer cualquiera de las tres enfermedades puede ocasionar la muerte en 1 de cada 200 niños y producir una encefalitis (muchas veces grave e invalidante) en uno de cada 1000 niños que la padezcan.

    Una de las informaciones más alarmantes para los padres es aquella que, hace unos años, saltó a los medios de comunicación indicando que podía haber una relación entre la vacunación DTP y la muerte súbita del lactante. Estudios serios a largo plazo han demostrado que esta relación era solo una coincidencia en el tiempo (la misma relación que habría con el hecho de que el niño hubiera tomado leche o haber salido a la calle).

    España, uno de los países con tasas de vacunación más altas en todo el mundo es, sin embargo, uno de los países con menos casos de síndrome de muerte súbita del lactante.

  • Mito 13. Recibir muchas vacunas para distintas enfermedades a la vez, aumenta el riesgo de efectos indeseables y puede sobrecargar el sistema inmunológico.

    Realidad 13: Uno de los argumentos utilizados contra la utilización de las vacunas y, sobre todo, de la aplicación simultánea de varias vacunas es que, al exponer al sistema de defensa del cuerpo (el sistema inmunológico) a tantos antígenos vacunales, puede producirse una respuesta no deseada e, incluso, un mal funcionamiento de este sistema de defensa.

    Hace pocos años se realizó un estudio para comprobar el número de antígenos a los que se exponía un niño durante su programa vacunal, encontrando que esta cifra era de 126.

    Como muchas otras situaciones, si miramos esta cifra así, sin más, podríamos decir: “es cierto, son muchos estímulos para el sistema de defensa”. Pues bien, cuando un niño tiene un resfriado común se expone al niño a entre 4 y 10 antígenos (¿cuántos resfriados tiene un niño a lo largo de su infancia?). Si padece una laringitis, se expone a entre 25 y 50 antígenos de una vez.

    La realidad es que, de forma natural, los niños están expuestos a una elevadísima cantidad de estímulos antigénicos para su sistema de defensa y es precisamente este estímulo el responsable, en parte, de que el sistema defensivo funcione correctamente.

    El Instituto de Medicina de los Estados Unidos de Norteamérica, una institución independiente y no gubernamental, declaró ya en 1994 que el número de antígenos contenidos en las vacunas infantiles no parece una carga apreciable para el sistema inmunológico.

Fuente:
1. Organizacion Mundial de la Salud (OMS)
2. Asociación Española de Pediatría

Correr en ayunas para perder grasa:

Mitos y falsas ideas

MARZO 2022

1.- Las enfermedades desaparecieron antes de que se introdujeran las vacunas debido a las mejoras higiénicas y sanitarias

Evidentemente, las mejoras en las condiciones higiénicas y sanitarias de un país contribuyen a disminuir la aparición de determinadas enfermedades y a que las personas enfermas puedan recuperar la salud más rápidamente y con menores secuelas.

Sin embargo, hay tres datos que quizás nos ayuden a entender mejor las cosas:

  • Aunque la mayoría de las enfermedades prevenibles se presentan de forma cíclica (años con menos casos y años con más casos), la introducción de la vacunación masiva ha señalado un punto de inflexión en el que disminuyen espectacularmente los casos de enfermedad.
  • Los casos de enfermedades en las que se ha introducido la vacunación (Haemóphilus influenzae tipo b, meningococo C) han disminuido drásticamente y no podemos pensar que en los últimos años ha cambiado mucho la situación en España.
  • En aquellos países en los que disminuyó la tasa de vacunación de tosferina (como ocurrió en Japón o en Suecia), aumentó alarmantemente el número de casos de tosferina y, lo que es más grave, el número de fallecimientos y secuelas neurológicas por esta enfermedad.

2.- Las vacunas causan efectos indeseables, enfermedades e incluso la muerte

Las vacunas en la actualidad son muy seguras y el número de efectos secundarios de importancia es muy pequeño y, si lo comparamos con el beneficio que producen, podemos decir que este riesgo es desdeñable.

Sirva como ejemplo la vacuna frente a la difteria, el tétanos y la tosferina (DTP). La vacunación puede provocar una encefalitis (en la mayor parte de los casos leve) en un niño de cada millón de vacunados. Padecer cualquiera de las tres enfermedades puede ocasionar la muerte en 1 de cada 200 niños y producir una encefalitis (muchas veces grave e invalidante) en uno de cada 1000 niños que la padezcan.

Una de las informaciones más alarmantes para los padres es aquella que, hace unos años, saltó a los medios de comunicación indicando que podía haber una relación entre la vacunación DTP y la muerte súbita del lactante. Estudios serios a largo plazo han demostrado que esta relación era solo una coincidencia en el tiempo (la misma relación que habría con el hecho de que el niño hubiera tomado leche o haber salido a pasear en la calle).

España, uno de los países con tasas de vacunación más altas en todo el mundo es, sin embargo, uno de los países con menos casos de síndrome de muerte súbita del lactante.

3.- Algunas vacunas pueden causar autismo y otras enfermedades raras

Algunos grupos de personas que se agrupan bajo la denominación de “Grupos para la Libertad Vacunal” señalan que las vacunas son responsables de las más diversas alteraciones como el autismo infantil, el aumento de casos de cáncer, la leucemia, la esclerosis múltiple, esterilidad, enfermedad de Alzheimer y una larguísima lista de graves enfermedades.

Todas estas afirmaciones se basan en la siguiente premisa: “desde la introducción de los programas de vacunación masiva se diagnostican más casos de todas estas enfermedades”.
Lo único cierto es que no hay ninguna prueba, hoy en día, que relacione la vacunación con estas enfermedades.

Hay que saber que:

  • Muchas de las enfermedades supuestamente relacionadas con la vacunación ya existían antes de aparecer la vacuna.
  • El aumento que se ha producido en la frecuencia de algunas de estas enfermedades ya se había iniciado antes de la vacunación.
  • En muchas ocasiones, no se ha producido un aumento real de la frecuencia sino que simplemente se diagnostican mejor gracias a los avances de la medicina.
  • El que dos cosas ocurran al mismo tiempo, no indica que estén relacionadas. Si así fuera, podríamos hacer responsables a los programas de vacunación de la llegada del hombre a la luna o del cambio climático.
  • Existen otras posibles razones para el aumento de frecuencia de estas enfermedades (entre otros, la supervivencia a más largo plazo de enfermos crónicos) que podrían ser responsables de estas enfermedades.

4.- Recibir muchas vacunas para distintas enfermedades a la vez, aumenta el riesgo de efectos indeseables y puede sobrecargar el sistema inmunológico

Uno de los argumentos utilizados contra la utilización de las vacunas y, sobre todo, de la aplicación simultánea de varias vacunas es que, al exponer al sistema de defensa del cuerpo (el sistema inmunológico) a tantos antígenos vacunales, puede producirse una respuesta no deseada e, incluso, un mal funcionamiento de este sistema de defensa.

Hace pocos años se realizó un estudio para comprobar el número de antígenos a los que se exponía un niño durante su programa vacunal, encontrando que esta cifra era de 126.
Como muchas otras situaciones, si miramos esta cifra así, sin más, podríamos decir: “es cierto, son muchos estímulos para el sistema de defensa”. Pues bien, cuando un niño tiene un resfriado común se expone a entre 4 y 10 antígenos (¿cuántos resfriados tiene un niño a lo largo de su infancia?). Si padece una laringitis, se expone a entre 25 y 50 antígenos de una vez.

La realidad es que, de forma natural, los niños están expuestos a una elevadísima cantidad de estímulos antigénicos para su sistema de defensa y es precisamente este estímulo el responsable, en parte, de que el sistema defensivo funcione correctamente.

El Instituto de Medicina de los Estados Unidos de Norteamérica, una institución independiente y no gubernamental, declaró ya en 1994 que el número de antígenos contenidos en las vacunas infantiles no parece una carga apreciable para el sistema inmunológico.

5.- Algunas vacunas contienen mercurio, que es tóxico para el sistema nervioso central

Durante mucho tiempo, en la fabricación o conservación de algunas vacunas, se ha utilizado como conservante el timerosal (una sal orgánica que contiene etilmercurio) por sus propiedades antimicrobianas. Sin embargo, desde hace unos años se ha ido reduciendo la cantidad de timerosal utilizado o se ha eliminado completamente, sustituyéndolo por otros compuestos para la conservación y fabricación de aquellas vacunas que antes lo contenían.

Hoy en día, ninguna de las vacunas que se utilizan en los calendarios vacunales de las distintas comunidades autónomas españolas, contiene esta sustancia.

¿Es tóxico el timerosal?
No se ha podido demostrar que el timerosal o tiomersal, incluido en las vacunas, interfiera con el desarrollo cerebral del feto o el lactante. Tampoco se ha demostrado una relación con enfermedades, como el autismo, o con el retraso del desarrollo psicomotor.

Si no es tóxico, ¿por qué se ha retirado?
Por un principio de prudencia básico y por la alarma social que se ha creado alrededor de esta sustancia. Aunque las cantidades de mercurio a las que podía estar expuesto un niño español antes de los 14 años de edad por la vacunación serían muy inferiores a las que se consideran tóxicas por los diferentes organismos mundiales, una vez que ha sido posible, se ha considerado oportuna su sustitución por otros compuestos inocuos.

MITO: TODAS LAS ENFERMEDADES MENTALES SON IGUALES.

REALIDAD: Existe una amplia variedad de enfermedades mentales, como mismo ocurre con las enfermedades físicas, que varían según su severidad. Cada persona es única; algunos tienen síntomas ligeros y otros tienen síntomas más serios. Es una gama amplia, no es un asunto en blanco y negro.

MITO: NO HAY ESPERANZA PARA EL QUE TENGA UNA ENFERMEDAD MENTAL.

REALIDAD: Algunas personas se recuperan totalmente de una enfermedad mental y la mayoría puede llevar una vida plena con un tratamiento adecuado. Las enfermedades mentales serias son tratadas con mayor éxito que otras enfermedades crónicas, sobre todo si se tratan temprano.

MITO: LAS ENFERMEDADES MENTALES NO SON COMUNES

REALIDAD: Las enfermedades mentales son más comunes que el cáncer, la diabetes y la enfermedad cardiovascular.

MITO: LAS ENFERMEDADES MENTALES SON CONTAGIOSAS.

REALIDAD: Ninguna enfermedad mental "se pega" por estar en contacto con la persona que la padece. Ninguna enfermedad mental es contagiosa.

MITO: NINGUNA PERSONA QUE CONOZCO PADECE UNA ENFERMEDAD MENTAL.

REALIDAD: Se estima que las enfermedades mentales afectan a 1 de cada 4 familias en EE.UU.

MITO: LOS QUE TIENEN TRASTORNOS MENTALES TIENEN UN BAJO CI (COEFICIENTE INTELECTUAL).

REALIDAD: No hay ninguna relación entre el CI y las enfermedades mentales.

MITO: LOS NIÑOS NO SE DEPRIMEN.

REALIDAD: NO siempre es “una parte normal del desarrollo”. Los niños y adolescentes pueden desarrollar enfermedades mentales severas. Sin tratamiento, estos problemas empeoran.

MITO: HAY QUE ALEJARSE DE LAS PERSONAS QUE TIENEN UNA ENFERMEDAD MENTAL PORQUE SON VIOLENTOS.

REALIDAD: Prácticamente todos los estudios demuestran que las personas con trastornos mentales no son más violentos que cualquier otra persona, si asumimos que no abusan del alcohol ni de las drogas y que reciben un tratamiento. Con frecuencia, las personas con trastornos mentales son víctimas de la violencia, los estigmas y la discriminación.

MITO: LOS "PADRES MALOS" SON LOS CAUSANTES DE LA ENFERMEDAD MENTAL DE SUS HIJOS.

REALIDAD: Hace unos 50 años muchas personas creían que si un niño tenía una enfermedad mental, la culpa era de sus padres, lo cual es falso. Es cierto que algunas veces un acontecimiento o algo que ocurre en el ambiente familiar del niño provoca los síntomas de alguna enfermedad, pero éstos son parte de un estrés típico como problemas durante el embarazo, la influenza o la muerte de alguien de la familia.

Con frecuencia las enfermedades mentales son hereditarias, pero como mismo ocurre con muchos padecimientos físicos, esto es impredecible. Es un motivo para estar alerta sobre síntomas potenciales, igual que hacemos al tener en cuenta si alguien de la familia tiene cáncer o hipertensión.

BEBER AGUA DURANTE LAS COMIDAS ENGORDA ??  mito   O realidad

¿El pan engorda?

Todos los alimentos nos aportan en mayor o menor medida energía en forma de   calorías. El pan se encuentra entre los alimentos con un contenido calórico moderado (261 kcal/100 g). Está formado principalmente por hidratos de carbono que nos aportan tan sólo 4 kcal/g, al igual que las proteínas, mientras que otros macronutrientes nos proporcionan el doble, como es el caso de los lípidos, 9 kcal/g y el alcohol 7 kcal/g.

El pan se encuentra en la base de nuestra alimentación mediterránea y se aconseja como acompañamiento en comidas y cenas y como integrante saludable de nuestros desayunos y meriendas, asimismo no hay que excederse en el tamaño de las raciones (1 ración = 2 rebanadas = 40 g = 104 kcal) y hay que vigilar con qué alimentos se acompaña.

¿Debo o no evitar beber el agua en las comidas?

Es aconsejable beber de 1,5 a 2 l de agua a lo largo del día, puedes tomarla durante las comidas o fuera de ellas, de manera indiferente. Es frecuente la aparición de sed durante las comidas que debe ser saciada para nuestra correcta hidratación y que además nos ayudará a percibir mejor los sabores de los alimentos que ingerimos. 

El agua tiene un aporte calórico = 0 kcal/g, es decir, no engorda, aunque si se considera saciante debido a que proporciona una sensación de plenitud.

¿Las grasas vegetales son mejores que las animales?
Depende de la composición de ácidos grasos de cada una de ellas. De manera general podemos decir que las grasas vegetales tienen mayor proporción de ácidos grasos insaturados, beneficiosos para nuestra salud cardiovascular y las grasas animales tienen mayor proporción de ácidos grasos saturados, que hay que consumir en menor proporción. Sin embargo hay excepciones, puesto que existen grasas saturadas como las de coco, palma y palmiste, que tienen un origen vegetal. Además hay que decir que las grasas animales suelen ir acompañadas de vitaminas liposolubles, importantes para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. En cuanto al contenido calórico, es el mismo 9 kcal/g, independientemente de que su origen sea animal o vegetal.

¿Se debe tomar la fruta en las comidas o fuera de ellas?

Siempre es un buen momento para tomar una ración de fruta, se recomienda ingeriral menos 3 raciones al día, siempre y cuando no desplace el consumo de otros alimentos también necesarios para equilibrar nuestra dieta. Se propone como postre en comidas y cenas, y además como integrante en desayunos, medias mañanas y meriendas.

Las calorías aportadas por las frutas son las mismas, independientemente de si se toman solas o acompañadas de otros alimentos y del momento elegido para su consumo. Asimismo, al tomarlas entre las comidas, favorecemos no ingerir otro tipo de alimentos con mayor contenido calórico y llegar a la siguiente toma de alimento con menor sensación de hambre, aportando vitaminas y minerales, tan necesarios para

¿Los productos sin azúcar son buenos para adelgazar?
Los productos sin azúcar suelen ir destinados a personas que necesitan llevar a cabo un control de la glucosa, no para personas que necesiten vigilar su peso. Dichos productos, en ocasiones, sustituyen la glucosa de su composición por fructosa, con el mismo valor calórico, o por edulcorante, pero dejando intacta la energía proporcionada por otros nutrientes, como las grasas (9 kcal/g) o proteínas (4 kcal/g). Si se toman con despreocupación, pueden ocasionar un exceso calórico contraproducente para el control de peso.

 

Tomar zumo de limón o de pomelo en ayunas quema las grasas del cuerpo:
Esto es falso. No hay alimentos que en sí mismo “quemen o disuelvan” las grasas. La grasa del cuerpo se acumula debajo de la piel y entre los órganos. Para reducirla y movilizarla, se requiere incrementar el gasto de energía mediante ejercicio físico moderado (al menos 30 minutos diarios).

 

¿Comer sal engorda?
La sal no engorda, ya que es un mineral y por tanto no aporta energía. La sal sí que puede retener líquidos y, al tomarla en exceso, propiciar una retención hídrica en el cuerpo que se acompañe de incremento del peso corporal. Se recomienda un consumo menor de 6 g/día.

 

La miel engorda más que el azúcar:
Esto no es verdadero.

Depende de la cantidad que se tome de cada una: 1 g de miel aporta 3 kcal, mientras que 1 g de azúcar aporta 4 kcal.

Debemos eliminar los hidratos de carbono o “harinas” de la dieta para perder peso
Esto es falso. Nunca deben eliminarse los hidratos de carbono de la dieta. Lo que se recomienda es reducir o evitar los hidratos de carbono simples, de fácil absorción como el azúcar, los dulces, los pasteles, los caramelos, los refrescos, etc.
Cuanto más se suda más grasa se quema
Esto es erróneo, ya que con el sudor se pierden agua y sales minerales, pero no grasas. Las pérdidas de sudor pueden reducir el peso por la deshidratación que producen, sin embargo, ha de señalarse que no es una forma saludable de perder peso.

 

ALGUNAS TEORIAS BASICAS

Laxantes
Son muy utilizadas. Pueden tener muchos efectos secundarios, irritando el intestino, de manera que puede ocasionar otras patologías del mismo, influyendo en posteriores riesgos para el colon. Si su uso es continuado puede producirse hábito y la necesidad de seguir tomando laxantes, efecto rebote. También puede producir la llamada “enfermedad de los laxantes” (diarreas, náuseas, dolores abdominales..). Su utilización sólo estaría justificada en casos de estreñimiento, que puede ocasionarse con frecuencia durante el seguimiento de dietas hipocalóricas y, aún en estos casos, siempre bajo riguroso control médico.
 

Entre los productos laxantes más usados se encuentran la alcachofa, sen, cáscara sagrada, zaragatona.

Diuréticos
Los diuréticos no son adelgazantes y su supuesto efecto sólo es aparente. Las pérdidas de peso debidas a los diuréticos son ficticias ya que se está eliminando agua y sales, nunca grasa e, incluso, pueden llegar a provocar un efecto rebote que da lugar a una mayor retención de líquidos. Sólo deben usarse en casos especiales, como en problemas ligados a la retención de líquidos y bajo prescripción médica.

Las más utilizadas son alcachofa, boldo, cola de caballo, ortosifón, piña

Plantas lipolíticas ("quemagrasas")
No hay ninguna evidencia de que la administración de estas sustancias supuestamente lipolíticas pueda acelerar el metabolismo de las grasas. Estas plantas son camilina o té verde, efedra, guaraná.

 

Estimulantes del metabolismo
En este apartado se pueden incluir el  fucus, guaraná, naranjo amargo...

 

Saciantes y retardantes de la absorción
Dentro de la fitoterapia se podrían incluir muchos componentes de las plantas utilizados por su alto contenido en fibra, que les aporta un gran efecto saciante. Entre ellos se puede mencionar: glucomanano, pectinas, carboximetil-celulosa, salvado de trigo y salvado de avena, todas ellas de origen vegetal, últimamente está adquiriendo gran importancia el chitosan, de origen animal que también se incluye en este apartado.

El efecto saciante de la fibra en las dietas de adelgazamiento queda limitado a esta propiedad y lo que no se debe olvidar es que el consumo de una dieta con alto contenido en fibra no sólo se puede lograr tomando un producto o preparado de salvado, glucomanano, goma-guar, etc, sino también a través de los alimentos que forman parte habitual de nuestra dieta.

 

Otros

¿Las grasas son buenas para la salud? Mitos y realidades de las grasas

Este apartado incluye las sustancias más variadas: L-carnitina, lecitina, vinagre de sidra, aminoácidos, cromo, ácido hidroxicítrico, ácido linoleico conjugado (CLA), etc., con los más variados efectos que en muchos casos no han sido científicamente probados pero que aparecen con frecuencia en productos utilizados para el control de peso.

Unos dicen que nunca deben consumirse y otros que sí porque son esenciales. Que hay unas buenas y otras malas. En últimas, ¿las grasas son perjudiciales? ¿Sirven para algo en el organismo? ¿Dañan el corazón? A continuación se despejan estos y otros interrogantes.

Mito: Las grasas son perjudiciales para la salud.


Realidad: Falso. Las grasas no pueden ser vistas como enemigas, ya que son esenciales para la vida: forman los ácidos biliares (indispensables en la digestión), hacen parte de las membranas celulares, sirven de vehículo para la absorción de las vitaminas A, D, E y K, son necesarias para la producción de hormonas sexuales y ayudan a regular la temperatura corporal. Es más, ninguna célula, tejido, glándula u órgano puede funcionar normalmente sin las grasas, explica la doctora Luisa Fernanda Bohórquez, magíster en bioquímica clínica, diabetóloga y profesora de la Universidad Nacional de Colombia. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el consumo máximo de grasa total en la dieta para adultos debe ser entre el 27 y 30 por ciento del valor calórico total, y el mínimo del 15 por ciento.

Mito: Las grasas causan sobrepeso.


Realidad: Falso. La principal estrategia para lograr un peso saludable es el equilibrio energético entre las calorías que se consumen y las que se queman. Un ejemplo de que las grasas no son las únicas responsables de los kilos de más es que en Estados Unidos en los últimos 30 años se ha reducido en 8 por ciento el consumo de grasa de la dieta, en parte por la reglamentación, que ha obligado a que la industria fabrique productos libres de colesterol, pero la obesidad se ha triplicado desde 1960 y sigue en aumento, aclara el doctor David Montalvo, cirujano del Colegio Mexicano de Cirugía Bariátrica. ¿Por qué? La principal razón es que al reducir la cantidad de grasa de la dieta se ha incrementado la ingesta de carbohidratos para suplir las calorías, y las porciones también han aumentado su tamaño. Por eso, lo más importante es aprender a comer de todo un poco y de forma balanceada.

Mito: Las grasas taponan las arterias.

Realidad: Falso. Hay grasas “buenas” y grasas “malas”. Las primeras, incluso, resultan protectoras contra el taponamiento de las arterias (aterosclerosis) cuando predominan en la dieta, dado que diluyen los ácidos grasos saturados o grasas perjudiciales (que son las que se acumulan). Las grasas buenas se conocen como colesterol HDL y se encuentran en el aguacate, frutos secos, peces y aceites de oliva, soya, canola y girasol. Las grasas saturadas, conocidas como colesterol LDL, son las de origen animal: carne, yema de huevo, mantequilla, leche y sus derivados, y también son necesarias para el organismo, pero en pequeñas cantidades. Por ejemplo, una persona sana, que necesite consumir 2.000 calorías por día, debe obtener el 30 por ciento de las grasas (700 calorías – 70 gramos). Como hay varias clases de grasas, se recomienda que de ese porcentaje no más del 7 por ciento provenga de la saturada (unas 100 calorías – 10 gramos), el 10 por ciento de poliinsaturada (200 calorías – 22 gramos) y el 20 por ciento de monoinsaturada (400 calorías – 44 gramos). Pero este cálculo se ajusta de acuerdo a la edad, el peso, la actividad física y la condición de salud de cada persona. Por eso, hay quienes pueden comer huevo o tomar leche entera todos los días sin problema, mientras que otras deben limitar su consumo.

Mito: Si no se hacen fritos, no se consumen grasas malas.

Realidad: Falso. El 75 por ciento de la grasa contenida en la comida está oculta. Algunos alimentos están compuestos en su totalidad por grasa, como la mantequilla, margarina y aceites; otros son una combinación de grasa, proteína y carbohidratos, como la leche, el huevo, las carnes de res y pollo, el pescado, entre otros. Pero, además, están las grasas trans (en inglés Trans Fatty Acids), que se ha demostrado que son más nocivas que las grasas saturadas. El problema es que las trans suelen estar escondidas en bizcochos, productos de repostería, pastelería, los paquetes y las preparaciones horneadas, debido a que se forman durante los procesos industriales cuando los aceites vegetales que se usan como ingrediente se someten a altas temperaturas. En ese momento cambian (se hidrogenan) y pierden sus propiedades benéficas. Por eso, no se trata solo de limitar las cantidades de fritos, sino de que antes de usar cualquier producto para untar o cocinar se verifique que sea libre de grasas trans. Según los criterios de la Organización Mundial de la Salud, el consumo de estas grasas debe representar menos del 1 por ciento de las calorías diarias ingeridas.

Mito: La manteca de cerdo y la mantequilla son buenas para cocinar. 

Realidad: Falso. Lo recomendable es usar solo aceites de tipo vegetal. Se aconseja usar varios tipos de aceites vegetales porque unos tienen ciertos ácidos grasos (omegas 3, 6 o 9) que no poseen los demás. De tal manera que para preparar una pasta, un huevo, el arroz o asar una carne es mejor emplear aceites de canola, girasol, soya o maíz, y para ensaladas, salsas y aderezos, el ideal es el de oliva.

Mito: El aceite se puede reutilizar
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Realidad: Falso. Jamás se debe volver a calentar un aceite que ya ha sido usado, porque después de que alcanza una temperatura de 190 grados centígrados sufre cambios químicos y físicos, en los cuales los ácidos grasos del aceite se convierten en sustancias tóxicas (aldehídos), que incluso se han asociado al desarrollo de enfermedades como la hipertensión, la diabetes, ateroesclerosis y ciertos tipos de cáncer. Tan pronto un aceite de estos se somete a altas temperaturas, por ejemplo, para freír o hacer un guiso, las moléculas empiezan a desintegrarse y los restos se convierten en grasas perjudiciales. Además, si el aceite suelta humo, parte de las sustancias tóxicas se evaporan por la combustión, pero la mayoría queda en el recipiente. Por eso, hay que desechar el aceite que sobra luego de una fritura. 

Si te tragas un chicle, se quedará en el organismo durante siete años hasta que puedas digerirlo. Si te pica una medusa, lo primero que debes hacer es orinar sobre la herida para neutralizar la picadura. Además, sentarte demasiado cerca del televisor puede arruinarte la vista.

 
 

Es probable que alguna vez hayas oído estas advertencias y otras similares. Tal vez incluso tus padres las utilizaron cuando eras niño para que hicieras algo saludable, como dejar de mirar televisión. Muchas de estas creencias nos acompañan desde hace siglos. Pero ¿tienen algo de cierto o son simples historias que se transmiten de generación en generación? Consultamos con varios expertos para conocer su opinión sobre los nueve mitos más conocidos que encontrarás a continuación, y saber si debes preocuparte por ellos.

Hacer crujir los nudillos causa artritis

 

 Lo que demuestra la ciencia: “Hacer crujir los nudillos no causa artritis”, explica Howard Luks, cirujano ortopédico de Nueva York y autor de Longevity … Simplified. 

 

Si bien se han publicado algunos casos de lesiones —y algunas investigaciones sugieren que quienes hacen crujir los nudillos pueden tener más inflamación y menos fuerza de prensión en las manos que quienes no lo hacen—, Luks afirma que no hay nada malo en hacer crujir los nudillos pocas veces y con cuidado. Los estudios más recientes indican que ni siquiera las personas que hacen crujir los nudillos de forma habitual corren un mayor riesgo de recibir un diagnóstico de osteoartritis.

 

¿Te interesa saber qué causa ese chasquido que oyes al hacer crujir los nudillos?

 

“Los nudillos hacen ese ruido debido a la presión negativa en el interior de la articulación, que provoca un chasquido cuando el líquido lubricante —el líquido sinovial— produce focos de burbujas”, explica Luks. Hace ruido, pero no te hará sufrir dolores articulares en el futuro.

 

El café deshidrata

 

 Lo que demuestra la ciencia: la cafeína es un diurético ligero, lo que significa que estimula al organismo a producir más orina. Sin embargo, las investigaciones muestran que el líquido en el café contrarresta cualquier efecto de deshidratación. Un estudio publicado en American Journal of Clinical Nutrition reveló que las personas orinan la misma cantidad tanto si beben café como si toman refrescos, té, una bebida deportiva o agua. 

Un trago más elimina la resaca

 

Lo que demuestra la ciencia: ¿Alguna vez has bebido demasiadas cervezas, te has despertado con resaca y un amigo te ha dicho que beber otra cerveza con el desayuno te haría sentir mejor? Es posible que al principio sea así, pero no te durará mucho, señala Jeffrey Linder, jefe de Medicina Interna General de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste. “Solo prolongas la resaca”, afirma. “Si tienes resaca, has contaminado tu cuerpo”, agrega. “Y contaminarlo más quizá te haga sentir un poco mejor durante un momento, pero no parece una gran idea”.

 

Los síntomas comunes de la resaca incluyen dolores de cabeza, náuseas, dolores musculares, sensibilidad a la luz y al sonido, y sed. Esta sed no se quita consumiendo más alcohol porque es diurético, lo que produce un aumento de la micción y una pérdida excesiva de líquido. Por lo tanto, en vez de tomar otra cerveza o un trago de vodka a la mañana siguiente, Linder dice que es mucho mejor tomar agua y procurar rehidratarse. Y si sufres resacas con frecuencia, podrías proponerte no beber en enero (o febrero, o marzo).

La reanimación cardiopulmonar (RCP) requiere contacto boca a boca

 

Lo que demuestra la ciencia: los estudios de los adultos que sufrieron un paro cardíaco fuera de un hospital revelaron que la reanimación cardiopulmonar administrada por personas que no son profesionales médicos y que solo realizan compresiones torácicas es igual de eficaz, y a menudo más eficaz, que la administrada con respiración artificial, indica Ahamed Idris, médico especialista en emergencias.

 

Hacer gárgaras con agua con sal alivia el dolor de garganta

 

Lo que demuestra la ciencia: “El agua salada es una solución calmante que actúa sobre el líquido de la parte posterior de la garganta y las membranas mucosas de esa zona”, explica Linder. “Lo recomendamos siempre a las personas que tienen dolor de garganta”. Linder sugiere mezclar dos cucharadas de sal en un vaso mediano o grande de agua —preferiblemente tibia, que se asemeja más a la temperatura corporal y es más calmante— y hacer gárgaras ante el primer síntoma de dolor de garganta.

 

Algunos estudios incluso concluyen que hacer gárgaras es una medida preventiva que ayuda a evitar resfríos y gripes. Un estudio (en inglés) constató que hacer gárgaras con agua reducía en un 36% la probabilidad de contraer una infección de las vías respiratorias superiores en los primeros sesenta días de la temporada de resfríos y gripe.

 

Sentarse demasiado cerca del televisor empeora la vista

 

Lo que demuestra la ciencia: Si te encanta mirar televisión y prefieres sentarte cerca de la pantalla, puedes estar tranquilo: no perjudicará tu vista. “Puede causar fatiga y cansancio ocular, así como problemas de ojo seco debido a que se reduce la frecuencia de parpadeo, pero no empeora la graduación”, explica Cynthia D'Auria, directora del Servicio de Optometría y Lentes de Contacto del Tufts Medical Center.

 

Sin embargo, D'Auria señala que es importante dar prioridad a la salud ocular, por lo que es conveniente sentarse más lejos del televisor para reducir la tensión y la fatiga. Si sientes que necesitas acercarte al televisor más de lo normal, tal vez sea momento de acudir al oftalmólogo, ya que puede ser una señal de deterioro ocular y de que convendría cambiar o corregir la graduación.

 

También debes asegurarte de hacer pausas durante el tiempo que pasas frente a la pantalla en general, porque las investigaciones demuestran que en las personas que miran televisión de ultra alta definición se disminuye mucho la producción de lágrimas. En el mismo estudio (en inglés), las personas mayores de 50 años y las que padecían el síndrome del ojo seco manifestaron sentir más molestias oculares después de mirar televisión.

 

La comida picante puede producir úlceras

 

Lo que demuestra la ciencia: Has pedido comida tailandesa picante, que para una persona normal en Estados Unidos puede causar problemas. ¿Corres riesgo de que se forme una úlcera? La respuesta es no, aunque podría arderte un poco la boca.

 

“Los alimentos picantes pueden empeorar la gastritis, pero la causa más común de las úlceras en realidad es una infección bacteriana”, explica Linder. A menos que ya tengas problemas digestivos, no es probable que los alimentos picantes te causen problemas. Pero si ya tienes el estómago inflamado, un trastorno como el síndrome del intestino irritable o una úlcera, comer alimentos picantes podría hacerte sentir peor, advierte Linder.

 

Además de las bacterias, sobre todo la H. pylori, el uso prolongado de antiinflamatorios no esteroides (AINE) —como la aspirina y el ibuprofeno (Advil)— se vincula a la úlcera péptica. (También solíamos pensar que el estrés causaba úlceras, pero los Institutos Nacionales de Salud —en inglés— indican que eso tampoco es cierto).

Todo el mundo debería tomar un multivitamínico diario

 

Lo que demuestra la ciencia: una revisión de 84 estudios realizada en el 2022 por el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE.UU. no arrojó pruebas convincentes de que las multivitaminas tengan beneficio alguno para las personas adultas no embarazadas. "Obtendrás mucho más por tu dinero si sigues una dieta sana con muchas frutas y verduras diferentes", afirma Jeffrey A. Linder, jefe de Medicina Interna General de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern.

 

Tragamos ocho arañas por año mientras dormimos

 

Lo que demuestra la ciencia: Si de niño respirabas por la boca al dormir, quizá escuchaste un mito que fue suficiente para asustarte y hacerte respirar por la nariz: los seres humanos tragan un promedio de ocho arañas al año mientras duermen. ¡Uf!

 

Por suerte, eso no es probable por varias razones. “A las arañas les gusta permanecer en su tela y, a menos que te consideren una presa, no van a trepar a la cama”, explica Joe Alton, autor de The Survival Medicine Handbook: The Essential Guide for When Help Is Not on the Way. “Tendría que ser una araña bastante grande”, agrega. Si hay chinches en la cama, puede que las arañas bajen a comerlas y se te acerquen en el camino. Pero si ese es el caso, Alton dice que tienes problemas más graves que la posibilidad de tragarte una araña.

 

Además, incluso cuando dormimos, el organismo produce ruidos o vibraciones que no son del agrado de las arañas. “Por ejemplo, los latidos del corazón, la respiración o los ronquidos evitan que se acerquen las arañas”, explica Alton. Y, por último, los labios contienen fibras nerviosas sensoriales, por lo que es poco probable que no sintamos una araña que se desliza por ellos durante la noche, aunque tengamos el sueño profundo.

 

En resumen: “Tragar una araña sería algo muy, muy poco probable, no algo que ocurra tan seguido como ocho veces al año, y probablemente tampoco ocho veces en la vida”, asegura Alton, para tranquilizarnos.

 

Cuando tragas un chicle, tardas siete años en digerirlo

 

Lo que demuestra la ciencia: Casi nadie tiene la costumbre de tragar los chicles, pero de vez en cuando puede ocurrir. Crecimos oyendo que si tragas un chicle, el organismo básicamente no puede digerirlo. Ahora bien, ¿es cierto que tragar los chicles causa problemas en el aparato digestivo? Afortunadamente, no. “Por supuesto que no es cierto que el chicle tarde años en pasar por el estómago”, señala Andrew Boxer, gastroenterólogo de Gastroenterology Associates of New Jersey.

 

Sin embargo, es cierto que los chicles no se digieren realmente, aunque suelen pasar por el tubo digestivo en cuestión de horas o días. “En contadas ocasiones, se puede formar un bezoar [un conglomerado no digerible que queda atrapado en el tubo digestivo], que puede permanecer durante mucho tiempo en el aparato digestivo, normalmente en el estómago”, agrega Boxer. El bezoar puede estar formado por pelo, sustancias vegetales o de otro tipo, incluido el chicle. Sin embargo, Boxer explica que, para que esto ocurra, lo normal es que alguien padezca un trastorno subyacente y trague una gran cantidad de chicle.

 

El jugo de arándano cura las infecciones del tracto urinario

 

Lo que demuestra la ciencia: tomar jugo de arándanos no te ayudará si tienes una infección urinaria, señala Pamela Levin, profesora adjunta de Uroginecología de la Universidad de Pensilvania. "Si tienes síntomas como ardor al orinar, por lo general necesitas antibióticos y atención médica", afirma. "[Los arándanos] están relacionados con la prevención, no con el tratamiento, de las infecciones".

 

Evita el ejercicio si no te sientes bien

 

Lo que demuestra la ciencia: los estudios indican que hacer ejercicio leve a moderado cuando tienes una infección de las vías respiratorias superiores quizás te ayude a sentirte mejor más rápido. Estar tumbado en la cama puede debilitar los músculos y predisponer a la neumonía, afirma Schaffner. El ejercicio ligero te hace respirar de manera profunda y toser, lo que ayuda a expulsar la flema del pecho.

 

Después de comer, debes esperar una hora antes de nadar

 

Lo que demuestra la ciencia: “Es un mito que haya que esperar para nadar después de comer”, afirma Boxer. Se pensaba que al comer, la circulación se desviaba hacia el aparato digestivo, lo que interfería con la circulación hacia los músculos. “Si bien es cierto, no es suficiente como para inhibir la circulación necesaria para que los músculos faciliten la natación”, agrega Boxer. Algunas personas se sienten un poco más cansadas durante la digestión o pueden tener algún cólico, pero eso no es tan peligroso como para dificultar la natación.

 

En una reseña publicada en el 2011, el Comité Asesor Científico de la Cruz Roja Americana dio su opinión: “En ninguna de las publicaciones consultadas se mencionan casos en los que la ingestión de alimentos antes de nadar haya causado o favorecido ahogamientos fatales ni no fatales”. Su conclusión fue que “los datos actuales sugieren que comer antes de nadar no es un riesgo que propicie el ahogamiento, y la idea puede descartarse por ser un mito”.

 

Aun así, es mejor evitar nadar después de una comida abundante, ya que probablemente te sentirás cansado, hinchado y sin ánimo para hacerlo. Boxer sugiere que antes de meterte en la piscina evites las comidas abundantes, pesadas y grasosas, así como las que son difíciles de digerir o tienen un alto contenido de azúcar. 

 

Necesitas 10,000 pasos diarios para prolongar tu longevidad

 

Lo que demuestra la ciencia: según las últimas investigaciones, es posible lograrlo con solo 6,000 pasos al día. Un estudio del 2022 reveló que los adultos de 60 años o más que daban entre 6,000 y 8,000 pasos diarios tenían entre un 50 y un 60% menos de probabilidades de morir prematuramente.

 

Correr perjudica las rodillas

 

Lo que demuestra la ciencia: los estudios de los últimos años revelan que correr no aumenta el riesgo de sufrir problemas en las rodillas. De hecho, parece que correr protege las articulaciones. Un estudio extenso descubrió que los corredores tenían la mitad de las probabilidades de padecer osteoartritis de las rodillas en comparación con los que no son corredores. Los corredores suelen tener cuádriceps más fuertes que ayudan a proteger la articulación, explica Grace Lo, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Baylor.

 

Reposa cuando tengas dolor de espalda

 

Lo que demuestra la ciencia: a pesar de que es indicado descansar uno o dos días después de una crisis de espalda, los estudios realizados durante tres décadas demuestran que te recuperarás más rápido si permaneces activo, señala James Powers, médico geriatra de Medicina Interna del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt. El reposo prolongado en cama empeora la mayoría de los tipos de dolor de espalda. "Cuanto menos utilices los músculos, más rígido te sentirás", afirma.

 

Las articulaciones duelen cuando está por cambiar el tiempo

 

Lo que demuestra la ciencia:  ¿Sientes dolor en las articulaciones o rigidez muscular cuando hace frío? Si bien algunos lo consideran un mito, otros no dudan en darlo por cierto. Un estudio en el que participaron 200 personas con osteoartritis de rodilla concluyó que los cambios en la presión barométrica y la temperatura ambiente empeoraban el dolor de rodilla, mientras que otros estudios no encontraron ninguna relación entre los días lluviosos y el dolor de rodilla o de espalda.

 

La cuestión sigue siendo objeto de debate, pero los expertos no pueden negar que, en lo que se refiere al dolor articular cuando desciende la temperatura, los pacientes suelen estar de acuerdo. “Todos sabemos que las articulaciones duelen más cuando llega un sistema de baja presión, por eso la gente dice que sabe cuándo cambiará el tiempo”, explica Luks. “Es interesante observar que las investigaciones sobre el tema señalan que no existe vínculo alguno entre el tiempo y el dolor articular, pero mis articulaciones no comparten esa opinión”.

 

Linder reconoce que esto es algo que también oye con frecuencia. “No se puede negar que hay personas que dicen que cuando cambia el tiempo sienten más dolor en las articulaciones”, dice. “Y eso se describe una y otra vez, de modo que no podemos negar lo que siente la gente”.

 

Si es un verdadero ataque al corazón, tendrás dolor en el pecho

 

Lo que demuestra la ciencia: alrededor del 42% de las mujeres y el 31% de los hombres no sienten dolor en el pecho durante un ataque cardíaco, según un estudio publicado en la revista JAMA. Otros síntomas incluyen dificultad para respirar, mareo, náuseas y dolor o molestias en la espalda, el cuello, la mandíbula, o en uno o ambos brazos.

 

Los secadores de aire para las manos son más higiénicos que las toallitas de papel

 

Lo que demuestra la ciencia: quizás salven árboles, pero los secadores de aire para las manos de los baños públicos no eliminan los gérmenes tan bien como las toallitas de papel, según las investigaciones. Y lo que es peor, pueden propagar gérmenes. Según un estudio publicado en la revista Journal of Hospital Infection, el recuento de bacterias en el aire era 27 veces mayor cuando se utilizaban secadores de aire a chorro.

 

Es interesante destacar que una investigación del 2006 reveló que el pimiento chile puede aportar beneficios al intestino porque aumenta la circulación en el tubo digestivo para protegerlo. Además, los alimentos picantes parecen aportar otros beneficios. Un estudio (en inglés) concluyó que las personas que consumen alimentos picantes de seis a siete veces por semana tienen un índice de mortalidad un 14% menor. Por lo tanto, puedes seguir comiendo alimentos picantes, siempre que no te importe transpirar un poco en la mesa.

Mito Estar frío te hace resfriarte

Salir en el tiempo frío sin chaqueta o, por ejemplo, con el cabello húmedo; ¿eso te hará resfriar? En realidad, no. Ese es un mito.

“El hecho de tener frío no conduce a una enfermedad”, dice el Dr. James Conway, profesor de Pediatría en la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin, quien es director médico del programa de vacunación de dicha universidad. “Es solo una coincidencia que las personas se enferman durante el tiempo frío cuando están en ambientes helados y con corrientes de aire. Pero realmente no hay ninguna relación”.

Dicho esto, si ya estás enfermo, estar en el frío puede mantenerte enfermo durante más tiempo. “Si tu cuerpo está luchando contra un resfriado y luego le añades el estrés de intentar mantener el calor, puede afectar al período de recuperación”, afirma la Dra. Lilly Immergluck, profesora de Microbiología, Bioquímica e Inmunología de la Facultad de Medicina Morehouse de Atlanta.

Por lo tanto, aunque estar frío no te hará resfriarte, es cierto que las temperaturas heladas afectan tu sistema inmunitario, porque tu cuerpo debe esforzarse más para mantener su temperatura típica.

Mito Consume vitamina C y zinc para mejorar más rápido

Tomar grandes dosis de vitamina C no ayudará a prevenir un resfriado, y realmente no hay “evidencia sólida” de que disminuirá la gravedad de los síntomas del resfriado y la gripe, o incluso que reducirá la duración de la enfermedad, dice Conway.

Aunque algunos adultos físicamente activos pueden beneficiarse de vitamina C adicional, un metaanálisis (en inglés) que estudió a más de 11,000 personas halló que tomar suplementos de vitamina C para el resfriado común “no está justificado” para la población general, pues los ensayos terapéuticos no han replicado el vínculo que algunos estudios han descubierto. Aun así, “puede valer la pena que los pacientes con resfrío común hagan pruebas individuales para identificar si la vitamina C terapéutica es beneficiosa para ellos”, afirmaron los autores.

Solo asegúrate de consultar con tu profesional de la salud antes de hacerlo. La mayoría de las personas obtienen suficiente vitamina C de sus dietas, y los suplementos dietéticos, aunque se venden sin receta, pueden conllevar riesgos. Algunos pueden causar efectos secundarios e interactuar con otros medicamentos. Por ejemplo, la vitamina C puede reducir la eficacia de algunas estatinas y anticoagulantes

La eficacia del zinc como tratamiento para los síntomas del resfriado y la gripe tampoco está respaldada por investigaciones científicas. Los estudios que evaluaron la eficacia de las pastillas y los jarabes de zinc encontraron resultados mixtos.

Si te sientes mejor después de disolver un polvo de zinc o vitamina C de venta libre en un vaso de agua, agradécele al agua y a su hidratación.

Mito La sopa de pollo curará un resfriado

La idea de que la sopa de pollo es buena para el ánimo puede no estar basada en la ciencia, pero el efecto placebo sí lo está. Es decir, en algunos casos limitados, creer que algo funcionará puede hacer que funcione. Por lo tanto, si sientes una sensación de nostalgia cálida —una sensación de bienestar— al ingerir un tazón de sopa, eso puede hacerte sentir mejor subconscientemente. Si esa sopa realmente te ayudará a recuperarte es algo diferente.

Un estudio popular publicado en la revista Chest (en inglés), realizado hace más de dos décadas por el Dr. Stephen Rennard, investigador del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, y su esposa, Barbara Rennard y otros, puso a prueba la receta de la abuela (en inglés) de Barbara —un caldo lleno de verduras frescas—. El estudio descubrió que ciertos tipos de sopa de pollo, incluida la receta casera, tenían un efecto antiinflamatorio leve en la sangre de voluntarios saludables.

Los investigadores dijeron que la sopa podría ayudar a mejorar los síntomas del resfriado porque algo en ella —no podían descubrir exactamente qué— limitaba el movimiento de los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco que combate la infección. El movimiento reducido de los neutrófilos “puede reducir la actividad en el tracto respiratorio superior que puede causar síntomas asociados con un resfriado”, explica un comunicado de prensa que acompañó el estudio.

Este efecto fue modesto, señalaron los autores en un artículo (en inglés) más reciente, también publicado en Chest, y el estudio no fue un ensayo clínico, así que “no se pudieron extraer conclusiones sobre el efecto clínico, bueno o malo”, dijeron los autores.

“Los beneficios nutricionales de la sopa de pollo para acelerar la recuperación de un resfriado son probablemente mínimos”, dice Immergluck

Dicho esto, la sopa puede calmar el dolor de garganta. E inhalar el vapor de una sopa — aspirar profundamente y dejar que ese aroma perdure— puede, aunque solo por un momento, ayudar a despejar la suciedad que se encuentra en la nariz y la garganta. La humedad es lo que ayuda aquí, así que prueba con una buena taza de té. Una ducha o un baño con vapor también pueden ser beneficiosos, o básicamente cualquier cosa que funcione como un humectante.

Y como las sopas son mayormente líquidas, te ayudan a mantenerte hidratado. Ingerir suficientes líquidos es especialmente importante cuando tienes fiebre, porque una fiebre lleva a lo que la comunidad médica llama “un aumento en las pérdidas insensibles”. Como sudas más y “exhalas más líquido”, dice Conway, “es más fácil deshidratarte cuando estás enfermo y cuando tienes fiebre”.

Mito 4: Alimentar un resfriado, matar de hambre una fiebre, o viceversa.

Sea cual sea la versión que hayas oído, pasar hambre mientras estás enfermo —ya sea fiebre o resfriado— no es algo que recomienden la mayoría de los médicos. Si no comes lo suficiente, es más difícil mantenerte hidratado. 

“Nunca es una buena idea tener mala nutrición y privarte de alimentos, especialmente cuando estás enfermo. Es muy importante intentar comer relativamente bien, incluso si te encuentras mal”, dice Conway. Lo que es aún más importante, agrega, es mantenerte hidratado.

¿Puede VapoRub vencer un resfriado?

Aunque Vicks VapoRub y productos similares pueden aliviar algunos síntomas del resfriado y la gripe, es poco probable que “aceleren el período de recuperación de la enfermedad”, dice Immergluck.

Estos productos contienen alcanfor —que es “conocido por funcionar como un analgésico leve”, agrega Immerluck—, además de mentol, que causa una sensación de frío, y eucalipto, un aceite esencial que “puede tener propiedades que suprimen la tos”.

Si bien “los estudios han demostrado que los medicamentos de venta libre que contienen mentol tienen algún beneficio para reducir la tos en los niños”, dice Immergluck, “también hay informes de que usar ‘demasiado’ mentol oral (que se encuentra en algunas pastillas para la tos), o por un tiempo prolongado, puede tener el efecto opuesto y prolongar o empeorar una tos persistente”. (Nota: La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no recomienda medicamentos de venta libre para los síntomas de tos y resfrío en niños menores de 2 años “porque podrían causar efectos secundarios graves y potencialmente mortales”).

Si usas un producto tópico a base de alcanfor, asegúrate de evitar ponerlo dentro o alrededor de las fosas nasales —especialmente las fosas nasales de un niño pequeño—, advierte la Clínica Mayo, ya que puede ser perjudicial si se absorbe a través de las membranas mucosas. También puede lesionar la córnea si entra en el ojo.

¿Es cierto que el alcohol es bueno para la salud?

Si disfrutas de una copa de vino o de un cóctel por la noche, quizá te alegren los siguientes titulares: “Una copa de vino al día reduce el riesgo de muerte prematura”, “Quienes beben con moderación viven más tiempo que los abstemios”, “Quienes beben ocasionalmente corren menos riesgo de padecer enfermedades cardíacas, derrame cerebral y diabetes”

Sin embargo, los beneficios que la bebida aporta a la salud pueden no ser tan claros y, a su vez, los riesgos son difíciles de ignorar.

“El riesgo de casi todos los efectos nocivos del alcohol comienza básicamente con la primera bebida, y a partir de ahí aumenta en línea recta”, señala el Dr. Nick Sheron, hepatólogo y profesor invitado de King’s College London. “No obstante, la inexplicable reducción de la mortalidad en quienes beben poco podría deberse al alcohol o podría deberse a otro factor”.

Una nueva investigación sugiere que los riesgos del consumo de alcohol —tanto moderado como leve— pueden superar los supuestos beneficios, y que cuando se trata de ciertos riesgos para la salud, en realidad puede no existir un nivel de consumo de alcohol que no tenga riesgo.

Los beneficios del alcohol no son tan claros

Hace ya bastante tiempo que el consumo moderado de alcohol —sobre todo una copa de vino tinto por la noche— se considera un hábito saludable que te podría ayudar a vivir un poco más que las personas que no beben en absoluto. El aumento de la expectativa de vida que se observa entre quienes beben poco o con moderación en comparación con las personas que no consumen alcohol se debe principalmente a un menor índice de cardiopatías y, posiblemente, de derrame cerebral y diabetes.

Las enfermedades cardíacas son la causa principal de muerte en Estados Unidos y aumentan el riesgo de sufrir un derrame cerebral. La diabetes aumenta el riesgo de padecer ambas enfermedades. Por lo tanto, cabe imaginar que la reducción del riesgo de estos tres trastornos prolongaría la vida por encima de la expectativa media en el país.

“Una pequeña cantidad de alcohol reduce el riesgo de padecer estas enfermedades en comparación con la abstinencia, pero una vez que aumenta el consumo de alcohol, también aumenta el riesgo”, explica Dana Bryazka, investigadora del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de University of Washington.

Ahora bien, ¿esa copa de vino diaria se merece todo el mérito de prolongar la vida, o hay otro factor en las personas que beben solo con moderación?

Algunas teorías sobre los supuestos beneficios del vino para la salud sugieren que reduce el nivel de inflamación, un factor que contribuye a numerosas enfermedades crónicas y el cáncer. Sin embargo, los resultados de los estudios que intentan comprobar esa teoría son contradictorios, por lo cual los investigadores exploran otras posibles razones que expliquen la relación entre el consumo moderado de alcohol y un mejor estado de salud.

“Quienes beben de forma moderada suelen tener una mejor situación socioeconómica [que los abstemios o los bebedores empedernidos] y, por lo tanto, su salud también es mejor”, indica Sheron.

Así es, la prosperidad tiende a reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas, obesidad e hipertensión. Las personas más adineradas son menos propensas a fumar y tienden a vivir más tiempo. Las personas de más recursos económicos también tienen mayor acceso a la atención médica.

Las personas que beben con moderación también suelen tener más educación que los abstemios. Y la educación, al igual que la abundancia, parece coincidir con un mejor estado de salud. Los estudios demuestran que quienes beben con moderación también hacen más ejercicio.

Muchos de estos factores podrían explicar el menor riesgo de padecer cardiopatías entre quienes beben de forma moderada. Es posible que la bebida no tenga nada que ver.

Muchos riesgos para la salud comienzan con el primer sorbo

Si bien hace tiempo que circulan teorías sobre los supuestos beneficios del consumo moderado de alcohol para la salud, otras investigaciones más recientes las ponen en duda. Un estudio del 2018 que se publicó en The Lancet (en inglés) y del que Sheron es coautor concluye que no existe ningún nivel de consumo de alcohol que mejore la salud.

Las investigaciones demuestran que si bien una pequeña cantidad de alcohol puede reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y diabetes, el riesgo de padecer otras enfermedades —sobre todo cáncer— comienza a aumentar desde el primer sorbo.

“Una botella de vino aumenta el riesgo de cáncer de un hombre en la misma medida que cinco cigarrillos y el de una mujer en la misma medida que diez cigarrillos”, afirma Sheron. “En el caso de las mujeres, esa diferencia se atribuye sobre todo al riesgo de cáncer de mama”.

Según el estudio Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors del 2016, el consumo de alcohol ocupa el séptimo lugar en el mundo entre los factores de riesgo de muerte y de discapacidad. Alrededor de una cuarta parte de las muertes vinculadas al alcohol se deben a enfermedades hepáticas, una cuarta parte a cáncer, una cuarta parte a hipertensión arterial y una cuarta parte a accidentes y lesiones derivados del consumo de alcohol. Un estudio del 2017 que se publicó en The BMJ (en inglés) cuestiona la antigua opinión de que beber un poco puede ser bueno para el cerebro. Al observar los hábitos de consumo de alcohol y las aptitudes cognitivas de 550 adultos mayores durante un período de treinta años, los investigadores descubrieron que cuanto mayor era el consumo de alcohol durante ese tiempo, más masa cerebral se perdía.

“Siempre se ha dicho que el consumo moderado de alcohol —sobre todo de vino tinto— podría ser favorable, pero esta idea es ahora bastante controvertida y muchos la refutan”, señala Anya Topiwala, investigadora clínica principal del Departamento de Psiquiatría de Oxford University y coautora del estudio del 2017. “Quiero que las personas sepan que no es cierto que beber sea bueno para la salud cerebral”.

El Consejo Mundial sobre la Salud Cerebral (en inglés), una colaboración independiente de científicos, profesionales de la salud, académicos y expertos en políticas convocada por AARP, analizó las investigaciones existentes y concluyó que incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden dañar el cerebro.

Si bien estos estudios destacan que ningún nivel de consumo de alcohol está exento de riesgos, las investigaciones más recientes sugieren que se puede beber sin riesgo en cantidades muy pequeñas, pero mucho menos de lo que se piensa.

Los investigadores del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud, entre los que se encuentra Bryazka, participaron en el análisis del estudio Global Burden of Disease del 2020. Analizaron los hábitos de consumo de alcohol en los distintos géneros y grupos de edad de todo el mundo y su relación con 22 enfermedades y lesiones, como las enfermedades hepáticas, el cáncer de mama y los accidentes de automóvil. Se proponían averiguar la cantidad diaria que una persona podía beber sin aumentar el riesgo de padecer estos trastornos, y el nivel de consumo de alcohol que producía un riesgo estadísticamente mayor que el de los abstemios.

La respuesta fue diferente según la región geográfica y el grupo de edad, ya que distintos problemas de salud son más frecuentes en diferentes regiones y grupos etarios.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (en inglés) indican que las mujeres no deben consumir más de una bebida al día y que los hombres deben limitarse a dos. Sin embargo, el nuevo estudio establece el límite muy por debajo de eso.

Pero ante todo, ¿qué es una bebida?

Una bebida común contiene alrededor de 14 gramos de alcohol puro. Esa cantidad corresponde a 12 onzas de cerveza, 5 onzas de vino o 1.5 onzas de alcohol destilado.

Según el nuevo estudio de Bryazka y sus colegas, las mujeres de más de 50 años en Norteamérica deberían limitar el consumo de alcohol a poco más de media bebida al día para evitar riesgos para la salud. Los hombres pueden disfrutar de algo menos de tres cuartos de una bebida al día. A medida que envejecen y continúan evitando los problemas de salud derivados del consumo de alcohol, pueden beber un poco más, pero no mucho. Por ejemplo, las mujeres de 60 a 79 años pueden consumir sin riesgo algo menos de tres cuartos de una bebida al día. Los hombres pueden aumentar su consumo a los 60 años y disfrutar de casi una bebida entera, o entre el 70 y el 90%. Al llegar a los 80 años, las mujeres pueden permitirse cuatro quintas partes de una bebida y los hombres pueden consumir una bebida entera.

Según el estudio, cuando los adultos mayores superan estos límites, comienza a aumentar el riesgo de perder años de vida a causa de enfermedades y discapacidades. Por cada bebida de más que consumen al día, se exponen a un mayor riesgo de perder años de vida y de funcionalidad.

¿Ha llegado el momento de cambiar al agua carbonatada?

¿Cuál es la conclusión? ¿Deberíamos todos eliminar el alcohol por completo?

No necesariamente, según Sheron. Decidir el nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir puede depender de tu riesgo personal de padecer determinadas enfermedades. Si te preocupa el cáncer, especialmente el de mama, la abstinencia puede ser tu mejor opción.

Para otros, el consejo suele ser el siguiente: si bebes mucho, deberías reducir el consumo. Y si no bebes en absoluto, no hay ninguna buena razón para comenzar.

Sin embargo, el alcohol aporta un beneficio que los estudios no miden.

“Lo que nunca se tiene en cuenta en ninguno de estos estudios es el placer que se obtiene del alcohol y las interacciones sociales que conlleva”, explica Sheron. “Si deseas consumir pequeñas cantidades de alcohol, es una decisión absolutamente razonable”.