DIETAS DISOCIADAS

     

 

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LAS DIETAS DISOCIADAS NO SON EQUILIBRADAS

Combinar bien los alimentos, desde el punto de vista nutricional, significa hacerlo de tal forma que la dieta resultante incluya en las dosis adecuadas todos los nutrientes que se requieren para el perfecto funcionamiento de nuestro organismo.
Un menú bien combinado es, por tanto, aquel cuyos alimentos nos aportan hidratos de carbono, proteínas y grasas en las proporciones recomendadas, además de fibra (procedente de verduras, alimentos integrales, fruta, legumbres…), vitaminas y minerales.
Es importante que cada comida contenga algún tipo de verdura y algún alimento crudo: ensalada, verdura o fruta. De esta forma obtendríamos una dieta equilibrada.
Esta combinación es también válida para dietas de adelgazamiento, aunque en este caso hay que reducir el aporte calórico.
Resulta desacertado hacer combinaciones cuyo aporte mayoritario sea de grasas, tanto en el primer como segundo plato y postre, o sólo de proteínas o hidratos de carbono.
Existen las llamadas dietas disociadas -utilizadas como dietas de adelgazamiento-, que buscan provocar un aprovechamiento mínimo de los nutrientes a base de no mezclar en una misma comida glúcidos y proteínas. Por ejemplo, no se permite combinar macarrones, arroz o fruta con la carne o pescado. Con esto se pretende que el organismo no consiga aprovechar todos los nutrientes que necesita para la obtención de energía (le faltan piezas para conseguirlo), obligando a "quemar" la reserva de grasas.
Se trata, no obstante, de una dieta desequilibrada, ya que queda alterado el equilibrio entre las necesidades de nuestro organismo y lo que le damos. Para las personas que la siguen puede tener la ventaja de que se les permite no reducir las raciones de muchos alimentos, pero tiene el inconveniente de que puede provocar destrucción de proteína propia.
Como toda dieta, para no incurrir en carencias nutricionales, debe ser prescrita y sometida a control por un especialista cualificado. Existen, sin embargo, opiniones no partidarias de este tipo de dietas.
Muchos estudios corroboran que lo importante en una dieta de adelgazamiento no es tanto la composición de los alimentos como las calorías que contienen y, en consecuencia, nada mejor que recurrir a una dieta lo más equilibrada posible.
Por otro lado, la disociación de los alimentos no deja de ser un tanto utópica, ya que los alimentos básicos aportan en diferentes proporciones todos los nutrientes. Al beber un vaso de leche estaremos combinando, aunque no queramos, hidratos de carbono (lactosa) y proteínas (caseína); igual ocurre con las legumbres, cereales, etc.
En todo caso, el especialista es la persona indicada para decidir qué tipo de dieta debe seguir una determinada persona en función de sus características físicas, psíquicas y situación personal.

 

 

 

 

 

EL DEPORTE DE ALTO NIVEL PRODUCE ESTRÉS

El estrés es algo habitual en el deporte de alta competición. Los atletas están permanentemente sometidos a fuertes presiones físicas y mentales: muchas horas de entrenamiento, control de la dieta, responsabilidad de ganar, competir con otros, miedo a defraudar... La figura del psicólogo deportivo es tan importante como la del entrenador en el deporte de elite.
Cada atleta responde de manera diferente a la presión. Bien llevada, puede motivar al deportista a esforzarse más y conseguir mejores resultados. Pero necesitan prepararse psicológicamente para tener un buen autocontrol. El objetivo es que la capacidad competitiva del individuo no se bloquee ante las pruebas.
Si no consigue superar la presión, el deportista puede sufrir numerosos problemas:

- angustia, miedo y frustración
- problemas de personalidad, paranoias o esquizofrenia
- trastornos psicosomáticos
- hipocondría (enfermedades imaginarias)

Cuando se acerca la competición el entrenamiento se endurece y la presión es mayor, lo que da lugar a la aparición de problemas somáticos: contracturas, torceduras, sobrecargas o lesiones más graves.

El umbral del dolor

El deporte de alto nivel pone al individuo frente a situaciones equivalentes al estrés que sufre cualquier individuo en su vida cotidiana.
Ante la presión se produce una reacción neuro-hormonal que permite al deportista una mayor liberación de adrenalina, responsable del aumento de la frecuencia cardiaca y de una mayor circulación sanguínea en respuesta a la gran demanda de oxígeno, lo que preparara al cuerpo para la competición.
Además, se producen reacciones curiosas, como la segregación de las beta-endorfinas, que producen un increíble aumento del umbral del dolor. Éste es un fenómeno muy estudiado entre los maratonianos y que explica que algunos atletas sigan compitiendo a pesar de estar lesionados.
La intensidad del estrés depende también del deporte y el riesgo que conlleve. Los pilotos de Fórmula 1 o los competidores de esquí alpino sufren fuertes presiones psicológicas y tienen descargas de adrenalina 5 veces mayor durante la competición.

Tres reglas de oro para superar el estrés

El deportista debe estar preparado para canalizar esta presión y utilizarla a su favor en la competición. En una primera fase de alerta el organismo debe analizar la situación y las medidas a tomar. En la “fase de lucha” el atleta debe contrarrestar y superar esa situación. Hay tres puntos clave en el control del estrés:

1. rituales propios: todos los atletas tienen manías, fetiches y ritos propios que hacen siempre antes de competir. Es algo personal y privado: llevar determinadas prendas, hacer ciertos gestos, pensar ciertas cosas, rezar... Estos rituales pueden ser colectivos si el deporte es de equipo.

2. el conocimiento del propio cuerpo: de sus reacciones y capacidades de adaptación. Nuestro nivel de estrés soportable no es siempre el mismo. El entrenamiento y el seguimiento médico y psicológico son fundamentales.

3.
terapias, suplementos, tratamientos. A veces hay que ayudar al atleta con suplementos nutricionales (mejor a través e la alimentación), terapias de comportamiento y cognitivas, e incluso tratamiento médico si hay ansiedad o depresión.

 

 

 

 

 

PRIMAVERA COMPLICADA PARA LOS ALÉRGICOS

Mocos, lagrimeo, picor, series interminables de estornudos... Si padeces alergia, ármate de valor. Debido a la gran cantidad de lluvias que han dejado el otoño y el invierno, este año se prevé una intensa concentración de gramíneas en primavera y un aumento de los casos alérgicos.
Existen muchos tipos de alergias. En España la mayor parte de la población se ve afectada por el polen, que al “campar” libremente por la atmósfera, se introduce en el organismo a través de las mucosas.
Cada año se registran más casos de alergias. Según los expertos la mitad de la población urbana tendrá reacciones a diversos alergenos en la primera mitad del siglo XXI y se incrementarán cada temporada.

¿Cuáles son las causas?

La contaminación hace que se den más casos de alergia en las ciudades que en el campo debido a que la polución atmosférica aumenta la sensibilidad de la mucosa respiratoria y potencia la acción del propio polen.
El ozono y el humo de los coches también incrementan los síntomas de las alergias, lo que unido al frío y a las infecciones virales, hace más violentas las reacciones.
También existe una predisposición genética a padecer alergia. En los niños, una rinitis puede complicarse con asma bronquial. Es fundamental el diagnóstico precoz, ya que ésta es la primera causa de ingresos hospitalarios en niños y absentismo laboral en los adultos.

Hay que vacunarse

Las vacunas introducen en nuestro organismo pequeñas cantidades de los extractos alérgicos que nos producen reacción, lo que puede inmunizarnos frente a ellos.
Hay dos formas de vacunarse: en los meses de otoño e invierno para luego parar en primavera; o hacerlo todo el año, lo que resulta mucho más efectivo. Hay que tener paciencia, ya que se necesitan entre 3 y 5 años para conseguir buenos resultados.
Pese a que la vacunación es el único remedio eficaz y muchas de las alergias son crónicas, un alto porcentaje de la gente que las padece no se vacuna, recurriendo únicamente a los antihistamínicos.

CALLOS, JUANETES Y OTROS MALES DE LOS PIES

Las patologías del pie, en especial los molestos y antiestéticos callos y juanetes, son más frecuentes en la población occidental y en particular en el sexo femenino o en la tercera edad.
Alrededor de un 80% de la población presenta algún problema en los pies, incluyendo problemas pasajeros como pueden ser la rozadura de un zapato o los callos. En cuanto a los juanetes, 10 de cada 100 mujeres de más de 40 años los tienen; en menor proporción, este mal también afecta a los hombres. Este tipo de dolencia suele provocar metatarsalgias, un dolor en las cabezas de los dedos del pie que causa callosidades.

Cortar por lo sano

La mayoría de estos achaques tienen una solución quirúrgica. El pie plano, la uña incarnata y algunos tumores precisan de una cirugía abierta tradicional. Pero el resto de las patologías normalmente pueden elegir entre una cirugía abierta y otra percutánea, que es mínimamente invasiva.
En general, la cirugía abierta es muy agresiva y obliga al paciente a estar ingresado unos días en el hospital y A someterse a una larga rehabilitación. La cirugía percutánea permite solucionar estas dolencias con rapidez, con dos mínimas incisiones de dos o tres milímetros, realizando la intervención con anestesia local y en régimen ambulatorio, lo que supone mucho menos dolor para el paciente.
En el caso de los juanetes, existe una nueva técnica que consiste en una intervención desde la parte interna o lateral del pie; en el de los callos, se trata de una incisión desde la parte superior del pie. De esta forma, la herida no afecta directamente a la planta del pie, lo que supone una rápida recuperación de la movilidad.
Estos nuevos tratamientos no sólo reducen las posibles complicaciones y cicatrices, sino que además permiten al paciente andar desde el postoperatorio, con lo que se ahorra el ingreso en el hospital y puede incorporarse al trabajo en pocos días.

 

 

 

MUJER    

 

 

 

PARA DORMIR, PON A TU BEBÉ BOCA ARRIBA

El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) es la primera causa de muerte en los bebés de países europeos y en los desarrollados. Pero no te preocupes, tomando unas simples medidas al acostarlo podrás prevenirlo. Lo más importante es que le pongas a dormir boca arriba.

Cuidados en la cuna

A la hora de acostarle, hazlo boca arriba. Intenta que duerma sobre una superficie rígida y evita los edredones, almohadas o juguetes blandos en la cuna.
Tampoco le abrigues demasiado. No es recomendable el exceso de ropa o calefacción, ni una temperatura ambiente superior a 20ºC. No fumes ni permitas que alguien lo haga en su entorno. Si puedes, dale el pecho, especialmente durante los seis primeros meses.

Sin mecanismos de defensa

El SMSL es el diagnóstico que recibe la muerte repentina e inesperada de un niño de menos de un año de edad y aparentemente sano. La causa de la parada respiratoria que provoca la muerte súbita del bebé es la inmadurez del sistema nervioso y del control de la función cardiorrespiratoria. Esto provoca que si el lactante tiene síntomas de ahogo o apnea, no sea capaz de activar espontáneamente ningún mecanismo para evitarlo.
Hay otras situaciones desencadenantes de este síndrome, como poner al niño boca abajo al dormir (el 80% de los niños que mueren por el SMSL son encontrados en esta postura), que su cuna sea demasiado cerrada, que haya almohadas o edredones alrededor, que duerman muy abrigados o que en el ambiente haya falta de oxigenación.