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Propiedades químicas del cloro
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Elemento químico,
símbolo Cl, de número atómico 17 y peso atómico 35.453. El cloro existe como
un gas amarillo-verdoso a temperaturas y presiones ordinarias. Es el segundo
en reactividad entre los halógenos, sólo después del flúor, y de aquí que se
encuentre libre en la naturaleza sólo a las temperaturas elevadas de los
gases volcánicos. Se estima que 0.045% de la corteza terrestre es cloro. Se
combina con metales, no metales y materiales orgánicos para formar cientos de
compuestos. Propiedades: El cloro presente
en la naturaleza se forma de los isótopos estables de masa 35 y 37; se han
preparado artificialmente isótopos radiactivos. El gas diatómico tiene un
peso molecular de 70.906. El punto de ebullición del cloro líquido (de color
amarillo-oro) es –34.05ºC a 760 mm de Hg (101.325 kilopascales) y el punto de
fusión del cloro sólido es –100.98ºC. La temperatura crítica es de 144ºC; la
presión crítica es 76.1 atm (7.71 megapascales); el volumen crítico es de
1.745 ml/g, y la densidad en el punto crítico es de 0.573 g/ml. Las
propiedades termodinámicas incluyen el calor de sublimación, que es de 7370
(+-) 10 cal/mol a OK; el calor de vaporización , de 4878 (+-) 4 cal/mol; a
–34.05ºC; el calor de fusión, de 1531 cal/mol; la capacidad calorífica, de
7.99 cal/mol a 1 atm (101.325 kilopascales) y 0ºC, y 8.2 a 100ºC. El cloro es uno de
los cuatro elementos químicos estrechamente relacionados que han sido
llamados halógenos. El flúor es el más activo químicamente; el yodo y el
bromo son menos activos. El cloro reemplaza al yodo y al bromo de sus sales.
Interviene en reacciones de sustitución o de adición tanto con materiales
orgánicos como inorgánicos. El cloro seco es algo inerte, pero húmedo se
combina directamente con la mayor parte de los elementos. Fabricación: El primer proceso
electrolítico para la producción de cloro fue patentado en 1851 por Charles
Watt en Gran Bretaña. En 1868, Henry Deacon produjo cloro a partir de ácido
clorhídrico y oxígeno a 400ºC (750ºF), con cloruro de cobre impregnado en
piedra pómez como catalizador. Las celdas electrolíticas modernas pueden
clasificarse casi siempre como pertenecientes al tipo de diafragma y de
mercurio. Ambas producen sustancias cáusticas (NaOH o KOH), cloro e
hidrógeno. La política económica de la industria del cloro y de los álcalis
incluye principalmente la mercadotecnia equilibrada o el uso interno del
cáustico y del cloro en las proporciones en las que se obtienen mediante el
proceso de la celda electrolítica. Efectos del cloro sobre la salud El cloro es un gas altamente reactivo. Es un
elemento que se da de forma natural. Los mayores consumidores de cloro son
las compañías que producen dicloruro de etileno y otros disolventes
clorinados, resinas de cloruro de polivinilo (PVC), clorofluorocarbonos (CFCs)
y óxido de propileno. Las compañías papeleras utilizan cloro para blanquear
el papel. Las plantas de tratamiento de agua y de aguas residuales utilizan
cloro para reducir los niveles de microorganismos que pueden propagar
enfermedades entre los humanos (desinfección). La respiración de pequeñas cantidades de
cloro durante cortos periodos de tiempo afecta negativamente al sistema
respiratorio humano. Los efectos van desde tos y dolor pectoral hasta
retención de agua en los pulmones. El cloro irrita la piel , los ojos y el
sistema respiratorio. No es probable que estos efectos tengan lugar a niveles
de cloro encontrados normalmente en la naturaleza. Los efectos en la salud humana asociados con
la respiración o el consumo de pequeñas cantidades de cloro durante periodos
prolongados de tiempo no son conocidos. Algunos estudios muestran que los
trabajadores desarrollan efectos adversos al estar expuestos a inhalaciones
repetidas de cloro, pero otros no. Efectos ambientales del cloro Una vez en el aire o en el agua, el cloro
reacciona con otros compuestos químicos. Se combina con material inorgánico
en el ahua para formar sales de cloro, y con materia orgánica para formar
compuestos orgánicos clorinados. Debido a su reactividad no es probable que
el cloro se mueva a través del suelo y se incorpore a las aguas
subterráneas. Las plantas y los animales no suelen
almacenar cloro. Sin embargo, estudios de laboratorio muestran que la
exposición repetida a cloro en el aire puede afectar al sistema inmunitario,
la sangre, el corazón, y el sistema respiratorio de los animales. El cloro provoca
daños ambientales a bajos niveles. El cloro es especialmente dañino para
organismos que viven en el agua y el suelo. Volver
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