Los
Aceites Monoinsaturados
Los
ácidos grasos monoinsaturados son aquellos que presentan una sola doble
ligadura en su cadena, por lo tanto pueden unir un solo hidrógeno
adicional. El más común es el ácido oleico.
Las
fuentes alimentarias son de origen vegetal. Las principales fuentes son el
aceite de oliva, de cánola, las aceitunas y algunos frutos secos.
El
aceite de oliva representa el 70% del consumo graso en la Dieta
Mediterránea.
Estos
ácidos grasos están asociados con un menor riesgo de enfermedad
cardiovascular y otras enfermedades crónicas.
Se ha
demostrado que los ácidos grasos monoinsaturados reducen el colesterol LDL,
con la ventaja de no modificar los niveles de HDL o colesterol bueno.
Éstos incluyen el aceite de oliva, almendra, cacahuete, pistacho,
aguacate y avellanas, y se encuentran en buen equilibrio entre las
grasas saturadas y los aceites poliinsaturados. Esto significa que no conllevan
el tipo de riesgo para la salud que presentan las grasas saturadas, y,
por otro lado, son más resistentes a ponerse rancios que los aceites
poliinsaturados.
Los aceites monoinsaturados tienen otra cualidades: por un lado, reducen
las lipoproteínas LDL que ejercen un efecto negativo sobre las arterias;
y, por otro lado, no agotan los niveles de HDL, los cuáles, como ya
hemos visto, eliminan las grasas de las células y las transportan al
hígado para ser desintegradas por los ácidos biliares y eliminadas del
cuerpo.
El grado por el cual un aceite es monoinsaturado está determinado por la
cantidad de ácido oleico presente. De los aceites monoinsaturados,
anteriormente mencionados, el más alto en este ácido es el aceite de
oliva.
Por lo que no es de extrañar que en los países mediterráneos, donde
más se consume este tipo de aceite, la incidencia de ataques de corazón
sea menor que en otros países europeos, a pesar de consumir una dieta
rica en grasas.
Continuamos nuestro recorrido por las grasas. Hoy abordamos los acidos
grasos monoinsaturados naturales, que son muy beneficiosos para la
salud. El más conocido es el ácido oleico, que es el componente más
importante del aceite de oliva virgen.
P: ¿Qué es un ácido graso monoinsaturado?
JM: Si un ácido graso tiene un átomo de carbono que dedica dos
enlaces en lugar de uno para unirse a otro átomo de carbono ya no
estarían todos los átomos de carbono saturados de hidrógeno, se trata de
ácidos grasos insaturado. Ese ácido graso se llama ácido graso
monoinsaturado. Quiere decir que entre dos átomos de carbono tiene dos
enlaces. Un ejemplo de este tipo de ácido graso monoinsaturado es el
ácido oleico.
P: ¿Y qué interés
tienen esta clase de grasas para la salud?
JM: Los ácidos grasos monoinsaturados naturales son excepcionalmente
buenos para la salud. El aceite de oliva tiene entre un 60 y un 80% de
ácido oleico, por eso, y por otras sustancias que también contiene, es
tan bueno para la salud.
Para que no te olvides de que los ácidos grasos monoinsaturados
naturales son muy buenos para la salud, asócialos a personas que te
parezcan excepcionales.
P: ¿Qué hacen los
ácidos grasos monoinsaturados para ser tan buenos como dices?
JM: Los ácidos
grasos monoinsaturados naturales, es decir, el ácido oleico, disminuyen
el colesterol malo, las LDL, y aumentan el colesterol bueno, las HDL;
presentan una acción vasodilatadora y, por tanto, disminuyen la tensión
arterial; asimismo, presentan también una acción antinflamatoria y
protectora sobre diversos cánceres, sobre todo el de mama, etc.
P: Vale, vale, me has convencido de que son muy buenos, ¿qué
alimentos son ricos en ácidos grasos monoinsaturados?
JM: Mira la siguiente tabla:
P: ¿Qué cantidad de ácidos grasos monoinsaturados es
aconsejable tomar?
JM: Te lo dije el en el post de las grasas; pero te lo repito.
Se aconseja que el consumo total de grasas a lo largo de un día esté
repartido de la siguiente manera:
-
Saturadas: 25%.
-
Monoinsaturadas: 50%
-
Poliinsaturadas: 25%.
-
Colesterol: menos de 300 mg al día.
-
- HDL (colesterol de alta densidad) es considerado como una molécula
cardioprotectora, que disminuye la probabilidad de formación de
placas ateroesclerosas, por lo tanto, es el considerado COLESTEROL
BUENO.
Las HDL son un conjunto de partículas lipoproteicas que actúan
intercambiando lípidos complejos entre distintos tejidos y
lipoproteínas plasmáticas.
Su principal apolipoproteína es la apoA, que se comporta como una
molécula anfipática y es segregada como tal por el hígado así como
junto con los quilomicrones en el intestino.
Su pequeño tamaño le permite cruzar el endotelio vascular de los
tejidos extrahepáticos y por contacto con las membranas celulares de
dichos tejidos, incluyendo las paredes arteriales, adquiere
colesterol no esterificado y fosfolípidos que se van disponiendo en
el centro de su estructura discoidal, gracias a la ya comentada
naturaleza anfipática de la apoA-I. De esta forma se inicia el
transporte centrípeto del colesterol o transporte reverso hacia
desde la periferia hacia el hígado. Otra situación muy interesante
de las moléculas de HDL aceptan colesterol y fosfolípidos de los
tejidos, así como VLDL e ILD cuando se encuentra en el pasma. (VLDL
e ILD = colesterol MALO).
¿Qué significa ésto? que las partículas de colesterol HDL NO SE
AGREGAN A UNA PLACA DE ATEROMA Y ADEMÁS FACILITA LA DISMINUCIÓN EN
SANGRE DE LAS MOLÉCULAS QUE SÍ SE AGREGAN (VLDL e ILD).
Ahora bien, los ácidos grasos monoinsaturados, PERO PRINCIPALMENTE
los ácidos grasos poliinsaturados de la serie n-3 (AGPI n-3) son
conocidos por su capacidad de prevenir la enfermedad coronaria a
través de diferentes acciones: son antiarrítmicos, poseen
propiedades antiinflamatorias, inhiben la síntesis de citocinas y
mitógenos, son antitrombóticos, tienen propiedades hipolipemiantes e
inhiben la ateroesclerosis.
Los aceites de pescado, ricos en AGPI n-3, reducen la absorción de
colesterol y disminuye la concentración de colesterol y
triglicéridos (TG) a través de la inhibición de la síntesis de TG y
VLDL en el hígado. Estos hallazgos podrían ser explicados por
diferentes mecanismos: a) una reducción en la disponibilidad de
ácidos grasos libres lo cual contribuye a una menor síntesis de TG;
b) un incremento en la oxidación de los ácidos grasos a través de
los peroxisomas; c) una inhibición de la enzima diacilglicerol-aciltransferasa.
Cualquiera que sea el caso, como efecto secundario a la disminución
de "grasas malas", se observa un incremento inversamente
proporcional de la "grasa buena".
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