PSICOLOGIA
Un
remedio inmediato para la depresión
Muchos estudios han concluido que el
ejercicio es un buen aliado para paliar los síntomas de una depresión. No
obstante, pocos han concretado qué tipo de actividad es el idóneo y tampoco qué
frecuencia y con qué intensidad hay que llevarlo a cabo para superar esta
patología.
Tampoco está claro en cuánto tiempo se notan
los resultados. Sin embargo, un estudio publicado en el último 'British Medical Journal' ha aclarado estas dudas.
Según los autores, del departamento de Medicina Deportiva de la Universidad
Freie, en Berlín (Alemania), sólo media hora de ejercicio aeróbico (correr,
caminar, bailar, nadar, montar en bicicleta...), practicado durante unos días
es suficiente para mejorar.
En el trabajo participaron siete mujeres y cinco varones con depresión severa
(según los criterios de diagnóstico del Manual de la Sociedad Americana de
Psiquiatría), que se sometieron a un programa de entrenamiento que consistía en
caminar diariamente durante media hora.
Mejoría de casi todos los pacientes
Transcurridos 10 días, se evaluó de nuevo el alcance de la depresión y se
observó que casi todos los pacientes habían mejorado considerablemente (seis de
ellos querían continuar con el programa), mientras que cuatro permanecían
igual.
Los investigadores insisten en la importancia de recetar actividades físicas a
estos pacientes, sobre todo teniendo en cuenta que los antidepresivos tardan
entre dos y cuatro semanas en hacer efecto. Además, si el deporte alivia los
síntomas, en muchos individuos no haría falta esta clase de medicación.
Según parece, el ejercicio incide favorablemente en los niveles de citocinas,
cortisol, péptidos opioides, catecolaminas, ciertas hormonas y algunos
neurotransmisores, todas ellas sustancias implicadas en el estado de ánimo y en
las relaciones afectivas.
El masaje es para el cuerpo humano como una puesta a
punto para un automóvil
En las últimas dos décadas una serie
de estudios científicos han corroborado lo que se venía asegurando desde la
antigüedad: el masaje es una terapia beneficiosa no sólo para relajar sino
también para aliviar muchas alteraciones, desde la migraña hasta la depresión o
la sinusitis .
«Los médicos tienen que ser expertos en muchas cosas, pero especialmente en
anatripsia, el arte de la fricción, porque el masaje puede ajustar una
articulación que esté demasiado suelta o relajar otra que esté demasiado
rígida».
Esto lo escribió Hipócrates, el padre de la Medicina, en el siglo V s. C.
Enseñaba a sus alumnos cómo manipular el cuerpo de sus pacientes para aliviar
los problemas circulatorios y de las articulaciones. El masaje es tan antiguo
como el ser humano. Frotar la piel para sanar es un instinto tan natural como
respirar, pero su uso como tratamiento no siempre ha sido aceptado y respetado
por la comunidad científica. Con el tiempo, el masaje en Occidente acabó
considerándose un pasatiempo frívolo de las clases más adineradas.
Sin embargo, en los últimos años se está produciendo una avalancha de nuevos
adeptos a las técnicas del masaje.
Cada vez más las personas y los médicos que respetan y practican esta técnica
milenaria. ¿El motivo? Más de 100 estudios corroboran lo que ya se sugería en
los textos chinos hace más de 3000 años: el masaje es eficaz para combatir
enfermedades tan diversas como la migraña, la depresión, la artritis o el asma.
En 1993, por ejemplo, un estudio publicado en el New England Journal of
Medicine decía que el masaje era la tercera forma de terapia alternativa
utilizada en Estados Unidos. El mayor avance del masaje terapéutico no se ha
observado en la técnica, que ha seguido siendo prácticamente la misma a lo
largo del último siglo, sino en la publicación de las investigaciones que
confirman y explican cuáles sus beneficios médicos.
Acariciar, frotar, palmear, pellizcar, presionar, teclear y hacer vibrar
ciertas partes del cuerpo logra objetivos que, a veces, ni la medicina de alta
tecnología es capaz de conseguir. Mejora la función del sistema inmune, aumenta
el nivel de enforfinas, acelera la recuperación física, disminuye la tensión
arterial y alivia la depresión y la ansiedad.
En la sociedad actual, en la que las alteraciones psicológicas y fisiológicas
causadas por el estrés son las más frecuentes, el masaje empieza a representar
un papel importante para proporcionar relajación y bienestar y para mantener
una buena salud.
En los últimos 20 años se han realizado más de 100 investigaciones sobre el
masaje. El Instituto para la Investigación del Tacto (Touch Research Institute),
de la Universidad de Miami (EEUU) se dedica casi por completo a este trabajo y
ha emprendido unos 55 estudios, algunos de los cuales todavía están en marcha.
Asimismo, los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses (NIH, de sus
siglas en inglés) la agencia del Gobierno que realiza y revisa toda la
investigación médica de Estados Unidos abrió una Oficina de Medicina
Alternativa en 1992 que también inició diversos estudios sobre los beneficios
del masaje.
El masaje no sólo sirve para sentirse agusto y relajado. Las investigaciones
han mostrado, por ejemplo, que reduce la tasa cardiaca, la presión arterial,
estimula el flujo linfático y sanguíneo, relaja los músculos, mejora la
capacidad de movilidad, aumenta la liberación de endorfinas (sustancias
naturales que combaten el dolor). En el web de la Asociación Americana para el
Masaje Terapéutico reza: «El masaje es para el cuerpo humano igual que una
puesta punto para un automóvil».
Los resultados de las investigaciones realizadas en las últimas dos décadas se
resumen en la página web de esta asociación.
EJEMPLOS
.- Un estudio demostró que los trabajadores
que reciben masajes de forma regular rinden más, están más alerta, más
motivados y menos estresadosque los que no los reciben. Algunas empresas ya han
incorporado una escuela postural y de masaje para mejorar la calidad de vida de
sus empleados y la productividad.
Otro estudio reveló que el masaje disminuye el dolor y el picor que sienten los
enfermos con quemaduras.
Un grupo de enfermos sometidos a una cirugía abdominal se recuperó más
rápidamente después de una serie de sesiones de masaje que los que no
recibieron esta terapia.
Bebés que habían estado expuestos a cocaína antes de nacer y, por otro lado,
bebés prematuros se beneficiaron del masaje con un mejor desarrollo y un mayor
peso al nacer que los pequeños que no habían recibido el masaje. En una
revisión publicada en la revista Developmental and Behavioral pediatrics en
1995, se describían otros de los beneficios del masaje para los más pequeños.
Enseñar a los padres y abuelos a acariciar a los niños es positivo no sólo para
éstos sino también para estimular la relación entre padres e hijos.
Otros trabajos con niños asmáticos han probado que esta terapia logra disminuir
los niveles de cortisol y los ataques de asma. También parece eficaz para
mejorar el comportamiento de los autistas y para reducir la ansiedad en niños
con síndrome de estrés postraumático.
Reduce la ansiedad, la tensión y la depresión. La revista Adolescence publicó
el pasado otoño un trabajo que mostraba el efectos positivo del masaje y la
música en jóvenes deprimidos. Para ello, se observó cómo variaba la llamada
asimetría frontal del electroencefalograma (EEG), una lectura de las ondas
cerebrales que se asocia con el afecto y la depresión. Durante y después del
masaje y de unas sesiones de música, la asimetría frontal se atenuó de forma
significativa en los jóvenes.
Otros estudios han encontrado que los masajes mejoran: la alergia, la ansiedad,
los problemas circulatorios, el dolor crónico y temporal, la depresión, la
artritis (tanto la osteoartritis como la reumatoide), el asma y la bronquitis,
el síndrome del túnel carpiano, los problemas digestivos, incluidos los
espasmos del colon, la diarrea y el estreñimiento, el insomnio, el dolor de
cabeza debido a tensión, la sinusitis, etcétera.
PROFESIONALES
.- Los especialistas recomiendan buscar un
profesional cualificado. La doctora Benjamin, de la Escuela de Chicago de
Masaje Terapéutico, de la Universidad de Miami (EEUU), escribe en el Science
& Medicine: «Tal y como ocurre con cualquier otro tratamiento, escoger una
técnica equivocada puede que no cause ningún efecto o, lo que es peor, que
cause un efecto perjudicial».
Al principio, debido a la escasez de profesionales, el masaje era una técnica
cara y se consideró durante mucho tiempo un lujo. Sin embargo, la realidad es
que hoy hay escuelas de masaje repartidas por todo el mundo, donde se diploman
profesionales del masaje. Los masajistas cualificados siguen una enseñanza que
incluye clases de anatomía, fisiología, técnicas y ejercicios para dar agilidad
a las manos, códigos de ética, contraindicaciones del masaje, primeros
auxilios, etcétera. Esto hace que el masaje sea hoy un servicio asequible para
cualquier bolsillo.
Muchos especialistas hacen hincapié en que hay que distinguir a los terapeutas
cualificados de los que no lo son.
Por ejemplo, en los últimos años, han proliferado los anuncios de masaje que en
realidad no se refiere a masaje terapéutico sino a masaje erótico, que persigue
fines bien distintos.
Existen distintas modalidades de masaje, cada una de ellas con una manera
propia de relajar, aunque todas ellas están encaminadas a relajar la tensión
muscular y a mejorar la circulación linfática. El masaje sueco, por ejemplo, se
considera el más suave y relajante. Otras variantes aplican presión en ciertos
puntos y están indicadas para ciertas condiciones o heridas. El masaje
deportivo está enfocado a trabajar el grupo de músculos más relevante de cada deporte.
El profesional debe saber escoger y aplicar las distintas técnicas para
conseguir el tratamiento adecuado, aunque el efecto terapéutico no depende sólo
de la técnica sino de la habilidad del masajista y de lo receptivo que esté el
paciente.
COMO
ACTUA
.- Para entender el efecto terapéutico del
masaje hay que partir de un concepto de la escuela Hipocrática griega: Vis
medicatrix naturae, que se refiere a la capacidad innata del organismo para la
propia curación. Nadie ha dicho que el masaje cure las enfermedades pero sí que
estimula los mecanismos naturales del cuerpo para acelerar la sanación.
Se ha demostrado que el masaje tiene un efecto positivo en prácticamente todos
los sistemas: circulatorio, muscular, respiratorio, nervioso y hormonal. Y resulta
beneficiado tanto el que lo recibe como el que lo da.
Los suaves movimientos que acarician, amasan, frotan y golpetean la piel muchas
veces ayudados de aceites aromáticos liberan a los músculos de la tensión,
relajan las articulaciones, mejoran la circulación y eliminan las toxinas
acumuladas.
Hay dos procesos capaces de estimular esta circulación: el ejercicio y el
masaje. Este último no puede aumentar la fuerza muscular pero sí estimula los
músculos inactivos y débiles. Por este motivo, el masaje puede compensar, en
parte, la falta de ejercicio a la que se ven obligadas algunas personas por
alguna enfermedad o accidente.
Uno de los hallazgos más importantes ha sido ver que la manipulación del cuerpo
estimula el sistema inmune. El 60% del cuerpo humano es agua. El sistema
circulatorio y linfático son la clave para llevar nutrientes a las células y
para eliminar los desechos. La reparación de los tejidos depende, en parte, de
estos fluidos que llevan las nuevas células a su destino y que eliminan las
viejas. Cuando ocurre una infección, el ejército inmunológico (los macrófagos)
también viaja por estas vías circulatorias para atacar a los invasores.
Diversos estudios han concluido que el masaje es capaz de estimular el
funcionamiento del sistema inmune, que aumenta el número de glóbulos blancos
circulantes, que activa las células natural killers (NK), que reduce la
ansiedad y que aumenta los niveles de cortisol (un marcador utilizado
habitualmente para medir el estrés).
El primer estudio que encontró esta relación se realizó en el Touch Research
Institute en 1996 con un grupo de 29 enfermos con sida. Recibieron un masaje
diario de 45 minutos durante un mes, y la mayoría de ellos experimentó un
aumento del número y de la actividad de las células NK. Además, los pacientes
rebajaron el estrés, la ansiedad, y aumentaron los niveles de serotonina.
En otro estudio realizado con pacientes con cáncer de mama a las que se les dio
un masaje tres veces a la semana durante cinco semanas, se observó una mejora
similar de su sistema inmune.
Otros muchos estudios están todavía en marcha, desvelando los mecanismos por
los que el masaje cura, algo que, por otro lado, se sabía desde hace miles de
años.
HISTORIA
.- Desde la antigüedad se sabe que tocar
relaja y que puede aliviar algunos males. El primer documento escrito que lo
confirma data de hace 3000 años. El texto es chino y describe cómo
«friccionarse con la palma de la mano cada mañana al levantarse, cuando la
sangre y los humores están sosegados y quietos, protege de los resfriados,
mantiene flexibles los órganos y evita las pequeñas dolencias».
Los antiguos persas, hindús y egipcios utilizaban esta terapia manual, y, en el
siglo IV a.C., Hipócrates enseñaba a sus alumnos cómo dar un masaje a sus
pacientes. Después de la caída del Imperio Romano, Occidente perdió contacto
con las técnicas de masaje, según algunos historiadores, porque la Iglesia
consideraba que el masaje era más erótico que terapéutico. Se acabó
convirtiendo, dicen, en una técnica underground que sólo se practicaba en las
casas de prostitución.
La situación empezó a cambiar a mediados del siglo XVI de la mano del médico
francés Ambroise Pare. Se le ridiculizó en su momento, pero algunos médicos
continuaron sus enseñanzas.
En Europa, el masaje entró en boga a finales del XIX. El gimnasta sueco Peter
Henrik Ling combinó sus conocimientos deportivos con la fisiología que por
entonces empezaba a resurgir como una ciencia y con lo que aprendió de Ambroise
Pare. Así, creó lo que hoy se conoce como masaje sueco, que es el término con
el que se suele describir al masaje en general. Ling se propuso estimular la
circulación, aumentar el tono muscular y crear un equilibrio funcional y
estructural del sistema musculoesquelético.
En el masaje sueco, el masajista imita las posiciones de esta gimnasia
acariciando, frotando, palmeteando, pellizcando, presionando, tecleando y a
veces moviendo y haciendo vibrar ciertas partes del cuerpo.
#Terminología y tipos
Los primeros textos chinos que hablaban del masaje terapéutico se tradujeron al
francés a mediados del siglo pasado. Gran parte de la terminología que se
utiliza hoy para hacer referencia a las técnicas de masaje usadas en Occidente
son todavía palabras francesas. Así, effleurage se refiere a los movimientos suaves
y continuos.
Petrissage, a los pellizcos. Tapotement, a los golpeteos y palmadas. Por otro
lado, los movimientos que frotan y comprimen se llaman fricción y los que
zarandean o mueven el músculo son vibración. Tocar sin ejercer movimiento
(colocando la mano quieta sobre el cuerpo, o ejerciendo una ligera presión
estática) también es una técnica de masaje utilizada en Occidente. El ritmo con
el que se realicen los movimientos, la secuencia de movimientos o la presión
que se aplique sobre los músculos y articulaciones son factores importantes que
afectarán a los resultados finales del tratamiento. En el libro Masaje: una
profesión en la punta de tus dedos, Martin Ashley describe varios tipos de
masaje: el que previene, el que relaja, el que beatifica, el masaje deportivo,
el que alivia los dolores, el que rehabilita (para recuperar ciertos daños
físicos), el que ejerce una transformación psicológica del individuo. Hay
algunas técnicas de origen oriental, como el shiatsu, que a menudo se combinan
y confunden con el masaje occidental, y que en realidad están más emparentadas
con la acupuntura.
Ejercicio después de la angioplastía
Un programa de
ejercicio moderado después de la angioplastía de arterias del corazón
obstruidas trae importantes beneficios, que llevan a disminuir los riesgos de
volver a tener una hospitalización y generan mejor calidad de vida, dijeron
investigadores de Italia y Nueva York.
La angioplastía consiste en dilatar las
arterias reducidas de calibre por una placa al empujar esta placa contra las
paredes arteriales por métodos quirúrgicos. Esta intervención fue realizada en
Argentina al Presidente De la Rúa, por el Dr. Jorge Belardi.
El ejercicio claramente beneficia a los pacientes con coronariopatía, pero si
puede reducir el alto grado de estrechamiento de los vasos o mejorar otras
medidas después de la angioplastía sigue por verse, según Romualdo Belardinelli
del Instituto Lancisi en Ancona, Italia, y asociados.
Los autores del informe del Journal of the American College of Cardiology
estudió 118 pacientes después de angioplastía, que participaron en un programa
de ejercicios supervisado por cardiólogo tres veces a la semana durante seis
meses y pidió a la otra mitad que estuvieran quietos en el período de seis
meses.
Sólo los pacientes en el grupo de ejercicios experimentaron mejoría
significativa en la respiración y el funcionamiento cardíaco, hallaron los
investigadores.
Los pacientes entrenados con ejercicio demostraron menos avance del
estrechamiento de las arterias del corazón durante el período de estudio en
comparación con los pacientes que no hicieron ejercicio, aunque el número de
pacientes que experimentaron la repetición del estrechamiento de las arterias
tratadas fue similar en los dos grupos, informaron Belardinelli y sus colegas.
En general, menos pacientes en el grupo de ejercicio que en el otro grupo
encontraron un problema significativo, como un ataque cardíaco, angioplastía
repetida, derivación, o "bypass" del corazón, o muerte, dijeron los
investigadores. Los pacientes que hicieron ejercicio también tuvieron menos de
la mitad de probabilidades de requerir ingreso hospitalario durante el estudio
de seis meses.
"Es importante realizar un programa de prevención cardiovascular después
de angioplastía coronaria. Puede reducir la necesidad de nuevas
hospitalizaciones y mejorar la calidad de vida y los resultados", dijo
Belardinelli.
"Estos resultados deben convencer a los cardiólogos de la utilidad de los
programas de rehabilitación y prevención en pacientes con angioplastía
coronaria con expansores o sin ellos", concluyó.