GIMNASIO OLIMPO

Dieta para liberar la piel de granos

Al modificar los hábitos alimenticios se previene o resuelve hasta el 65 por ciento de los casos de acné. Lácteos y chocolate, en el banquillo de los acusados.

Aunque para más de uno pasar un invierno sin chocolate es como tener que desafiar al frío sin abrigo, los especialistas dicen que los casos de acné leve pueden evitarse y hasta tratarse regulando el consumo de aceites, mayonesa, salsa golf, papas fritas, hamburguesas, maníes, productos lácteos, tomates y... chocolates.

Hace 7 años, la diseñadora argentina Adriana Gianelli –quien ya cumplió los 25– encontró en la punta del tenedor la solución para su acné: "El médico me pidió que detectara qué alimentos me hacían mal, y cuando descubrimos que eran las comidas fritas y grasosas, me dio una dieta hipograsa y un tónico para todos los días. Hoy sólo me quedan algunas marcas, de la época en que me apretaba los granitos".

El remedio de Adriana –admiten ahora los médicos- resulta efectivo hasta para dos tercios de los casos.

Mal de muchos

Pocos adolescentes logran evitar el temido acné, y se calcula que ocho de cada diez jóvenes entre 12 y 25 años lo padecen. Pero para fortuna del 65%de los pacientes, que son aquellos que presentan la modalidad más leve, hoy se sabe que una dieta baja en grasas es capaz de hacer milagros.

"Los alimentos que tienen un alto contenido graso predisponen al acné porque aumentan la secreción sebácea", explica Ricardo Galimberti, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Dermatología.

Por otra parte, la reducción de la ingesta de chocolates, milanesas, papas fritas y hamburguesas no sólo serviría para prevenir el acné leve, sino también para tratarlo. "Una dieta hipograsa mejora la piel de los pacientes, sobre todo en los casos de acné leve", alienta Susana Gutt, jefa de Nutrición en el Hospital Italiano, de Buenos Aires, Argentina.

De diferentes orígenes

El acné leve, también conocido como acné inflamatorio, se caracteriza por la aparición de granitos y puntos negros esporádicos en diferentes lugares de la cara, el cuello, el pecho y, en algunos casos, incluso los brazos.

Según Galimberti, esa clase predomina en los adolescentes, aunque también se presenta en adultos. Después de la pubertad los andrógenos –hormonas sexuales– hacen que las glándulas sebáceas trabajen más. "Si, por otro lado, se aumenta la ingesta de grasas, ya son dos los factores que favorecen la aparición de la enfermedad."

En las últimas semanas, un grupo activista norteamericano que defiende los derechos de los animales impulsó una campaña acusando a la leche de ser la principal causante del acné. Los avisos que empapelan la ciudad de Wisconsin muestran a una joven con un bigote de leche sobre sus labios y el rostro lleno de granos, dignos del acné más cruel. El coordinador de grupo, Bruce Friedrich, justifica la postura: "La grasa animal, sumada a las hormonas con que hoy se alimenta a las vacas, son causantes directos del acné".

Pero según los especialistas, no sólo las grasas o las hormonas gatillan los granitos tan temidos. "Desde hace algunos años se sabe que el factor psicológico también influye y en muchos casos empeora un cuadro ya declarado", destaca Julio Gil, de la Sociedad Argentina de Dermatología.

Otros secuaces del acné son los corticoides, algunos complejos vitamínicos (sobre todo, los ricos en vitamina B), los antiinflamatorios, y ciertos cosméticos y cremas.

Menos grasas, menos granitos

"En el acné muy leve con una sensibilidad muy clara a alguna comida, la dieta puede ser casi el único tratamiento", asegura Galimberti. En casos algo más severos los beneficios se potencian con el uso de productos de limpieza específicos.

Durante la edad de los snacks y de la comida chatarra apostar por las ensaladas o por la verdura en otras formas de preparación no es tarea sencilla. Para Gil, hay que ser flexibles. "Antes, lo primero que hacía el médico era cambiar por completo la dieta del paciente: no más grasas, ni chocolate, ni manteca, ni nada."

Gutt concuerda en que las prohibiciones no son efectivas, y en que la solución estaría en equilibrar la alimentación. "Tratamos de que el chico en su casa sólo consuma alimentos muy bajos en grasas, para que sólo se exceda cuando sale con sus amigos", explica. La nutricionista sugiere "negociar" antes de llegar a la confrontación. "No es lo mismo decirle a un chico de 15 años que no puede comer hamburguesas, que dejarlo comerlas una vez por semana o pedirle que trate de no acompañarlas con papas fritas".

Si la negociación llega a buenos términos los beneficios no sólo se notarán en la piel, sino en todo el cuerpo. Llevar una dieta variada también disminuye el colesterol y mejora las defensas en la edad del crecimiento.

 

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