La
Hormona del Crecimiento
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La hormona somatropa o GH (Growth Hormone) humana es un
polipéctido compuesto por ciento noventa y un aminoácidos y con un
peso molecular de cerca de 21.500 dalton.
La hipófisis anterior contiene entre cinco y diez miligramos de
GH, que es sintetizada y acumulada en las células somatotropas. La
producción de GH está influenciada tanto por la edad como por el
sexo, y se calcula que es de 0,4/1,0 mg/día en el varón adulto,
con valores más altos en los adolescentes y en las mujeres.
Las concentraciones séricas de GH varían durante el día,
generalmente de 0,5 a 3,0 gramos/litro en el varón adulto, de
acuerdo con la producción. Es más elevada en los adolescentes y en
las mujeres. La GH sé metaboliza en el hígado y tiene una vida
plasmática de entre diecisiete y cuarenta y cinco minutos.
- La regulación de la secreción de la GH
La secreción de GH por la hipófisis es pulsatil y está regulada
por un mecanismo de retroalimentación en el que se hallan
implicadas dos hormonas, una de acción excitatoria, GH-Releasing
Hormone (GHRH), y la otra de acción inhibidora, la Somatostatina
(SRIF). La respuesta de la hipófisis a la GHRH está influenciada
por numerosos factores y puede disminuir con la edad. La GH se
excreta como respuesta a los numerosos estímulos fisiológicos y
farmacológicos que actúan sobre las áreas especificas del
cerebro a través de las vías controladas por las neuronas
serotoninérgicas, dopaminérgicas, adrenérgicas y colinérgicas.
Los estímulos se integran entre ellos y pueden actuar de forma
sinérgica o competitiva, pero en definitiva se incluyen todos en
la vía final común constituida por GHRH y SRIF.
Existen diferencias sexuales en la capacidad secretora de GH, y
son correlativas a los niveles de estrógenos. Durante el día se
producen pequeños episodios de secreción de GH, el mayor de los
cuales tiene lugar entre los 60 y 90 minutos después del
comienzo del sueño, que corresponde a la fase de sueño profundo
(ondas lentas en el EEG). La secreción nocturna de GH puede
verse aumentada en los atletas debido al incremento de la
actividad física.
El estrés físico y psíquico puede incrementar la secreción de GH.
Si bien el exacto mecanismo y su centro de control no se conocen
con certeza, es posible que actúen a través del aumento de la
secreción central de catecolaminas. La secreción de GH es
estimulada por la hipoglucemia e inhibida por la hiperglucemia.
La hipoglucemia insulínica se considera un test para valorar la
función hipofisaria y comporta un aumento de la GH en el 85 % de
los sujetos normales.
Los glucocorticoides estimulan a la GH en concentraciones
fisiológicas, mientras que el hipercortisolismo inhibe la
respuesta a los estímulos. También los aminoácidos (sobre todo
la arginina) estimulan a la GH. Son eficaces cuando se ingieren
por vía oral o se inyectan por vía endovenosa.
- La secreción de GH durante el ejercicio
físico
El ejercicio físico es un potente estímulo para la secreción de
GH; un ejercicio de 20 minutos, que supone un consumo de oxígeno
de entre el 75 y el 90% del consumo máximo, provoca una
respuesta en la GH equivalente a la de la hipoglucemia
insulínica y mayor que la respuesta inducida por el sueño por la
arginina y por la levodopa. La respuesta de la hormona está
influenciada por la característica del ejercicio (tipo,
intensidad, duración), por las características del individuo
(edad, sexo, constitución física, grado de cansancio) y por la
ingesta de fármacos. Los niveles de la hormona aumentan durante
el ejercicio físico; el pico de este incremento se produce tanto
más precozmente cuanto más intenso es el ejercicio físico: los
picos aparecen entre los 15 y 30 minutos después de que se haya
iniciado. Se ha demostrado que aparece una respuesta de la GH
durante el ejercicio breve pero intenso de subir escalones, pero
sin embargo, no se produce ninguna respuesta después de una
caminata efectuada a una velocidad moderada (6,4 km/h) durante
una hora y media. Un protocolo de levantamiento de peso, con una
carga elevada y con pocas repeticiones provoca un incremento de
GH, mientras que un protocolo de poca carga y muchas
repeticiones, de peso total y duración equivalentes, no causa
ningún efecto. El aumento de la temperatura durante el ejercicio
puede ser un estímulo para la secreción de la GH; el ejercicio
realizado en un ambiente caluroso provoca una respuesta mayor
que otro análogo llevado a cabo en un ambiente frío.
- Los efectos de la GH en el metabolismo
intermedio
La GH desplaza el metabolismo oxidativo hacia la utilización de
los ácidos grasos, permitiendo el uso de las proteínas de una
forma anabólica y tiene una marcada acción contrainsular,
estimula la glucogénesis y la glucogenólisis hepática, la
secreción de insulina mediante hiperglucemia o por una acción
directa sobre las células beta del páncreas, independientemente
de la hiperglucemia. Por otra parte, la GH aumenta la
movilización de los lípidos del tejido adiposo. El suministro de
la GH determina una reducción de las reservas adiposas, un
incremento del contenido hepático de lípidos y aumenta la
concentración plasmática de los ácidos grasos libres. Algunos
estudios indican que la GH juega un papel significativo en la
movilización de los ácidos grasos durante el ejercicio; tampoco
hay que olvidar que esta hormona estimula de manera importante
la utilización de los aminoácidos para la síntesis proteica.
- Los efectos de la GH en el tejido muscular
El desarrollo muscular es un proceso complicado que se produce
en función de la actividad física por una parte y de los
factores hormonales por la otra. El músculo crece mediante la
acción de los sarcómeros en la unión musculotendinosa y mediante
un aumento del número de miofibrillas. Las proteínas necesarias
para el crecimiento de las fibras (actina, miosina y
tropomiosina) se sintetizan en los polirribosomas que se
encuentran en el sarcoplasma de las miofibrillas adyacentes ya
formadas. Cuando se añade, in vitro, la GH a las células
musculares no aparecen modificaciones durante unos 20-30
minutos. Tras la fase silenciosa inicial se evidencia un aumento
de la velocidad de captación de los aminoácidos durante una o
dos horas. Los adultos normales, tratados con la GH durante 21
días, han obtenido un aumento del peso total del 20% (músculo
cuadriceps +26,2%) y un aumento del diámetro de las fibras
musculares del 6 al 12% respecto al grupo de control. Los
efectos de la GH en la recuperación del músculo atrófico por la
inmovilización son de un gran interés práctico. De hecho, el
músculo gastrocnemio de una rata, atrófico después de una
inmovilización, pesa el 72% con respecto al peso del músculo
contralateral. El suministro de la GH aumenta el peso del
músculo atrófico en un 19% comparándolo al de animales de
control no tratados. La GH estimula también la síntesis del
colágeno en el músculo.
- Notas de farmacología
Hay dos modalidades principales para obtener un aumento de los
niveles hemáticos de la GH: la inyección de la hormona o la
ingesta oral de varios fármacos capaces de inducir su liberación
por la hipófisis. Hasta hace poco tiempo la única manera de
encontrar a la GH en el comercio (en cantidades limitadas) era
la procedente de la hipófisis de los cadáveres. Su uso estaba
destinado, casi exclusivamente, a las terapias con niños con
deficiencias de esta hormona. La utilización de la GH extraída
de cadáveres se ha abandonado por el temor a las enfermedades.
Actualmente está disponible en el mercado la GH biosintética
humana, obtenida mediante el uso de técnicas de DNA. Por otra
parte, es posible para estimular la síntesis hipofisaria de la
GH utilizar fármacos tales como el propanolol, la vasopresina,
la clonidina o la levodopa. Las sustancias más fácilmente
alcanzables y utilizadas son los aminoácidos. El uso de los
aminoácidos como la arginina, la lisina ornitina y el triptofano
está muy difundido entre los atletas, promovida bajo la forma de
preparados específicos.
- Posibilidad de empleo de la GH en los
deportistas
Hay bastantes evidencias especialmente por parte de los
levantadores de peso y los culturistas de los potentes efectos
beneficiosos de la GH; se han puesto de manifiesto los aumentos
de peso de la masa magra tras la utilización de la GH. Algunos
efectos pueden ser útiles para los culturistas por lo que tiene
mucha importancia la reducción del tejido graso y la obtención
de una masa muscular voluminosa y bien definida. La utilidad de
esta hormona en los deportes de fuerza y de potencia es
ciertamente escasa. El aumento aparente del volumen muscular
puede ser debido a un incremento del tejido conectivo
exclusivamente y no al de los elementos contractiles. Además,
como alternativa al uso de la GH en los deportistas sanos, puede
haber unas interesantes aplicaciones potenciales de esta hormona
en el mundo del deporte como un agente terapéutico. Se ha
demostrado que la GH puede aumentar experimentalmente la
velocidad de consolidación de las fracturas, cuando presentan
algún problema. Se ha utilizado también en el tratamiento de la
osteoporosis primaria y secundaria con unos aparentes buenos
resultados.
- Problemas concernientes al uso de la GH por
los competidores
Hay serios problemas éticos y médicos asociados a la utilización
de la GH por los competidores sanos. La acromegalina es la más
insidiosa e irreversible de las que se derivan del uso excesivo
de esta hormona. Si bien no existen apenas documentos que
acrediten la aparición de acromegalina en las personas que
consumen GH, sí hay numerosos casos de atletas víctimas de sus
efectos, tales como la modificación de la fisionomía: el aumento
de la densidad ósea del rostro, de las manos y de los pies. Los
aspectos médicos son sólo una faceta del problema, las
cuestiones éticas derivadas del uso de la GH en los atletas son
aún más delicadas. La falta de soporte científico en cuanto a la
eficacia y los peligros potenciales de su utilización deberían
ser un argumento suficiente para disuadir a los deportistas de
su uso.
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