DOPAJE
La reglamentación
actual sobre dopaje permite el consumo de cafeína hasta un nivel de 12
microgramos por mililitro de orina. Sin embargo, un reciente trabajo demuestra
que esta sustancia aumenta el rendimiento deportivo incluso en cantidades
inferiores a las que dan positivo en los controles.
La cafeína eleva el rendimiento,
aún en la cantidad autorizada
El consumo de cafeína en niveles autorizados por la reglamentación de dopaje posee efectos ergogénicos en especialidades de resistencia. Así de explícita es la conclusión principal de un trabajo publicado en el último número del 'Journal of Applied Physiology' que ha investigado los efectos del consumo de cafeína en el rendimiento deportivo.
El estudio, dirigido por el doctor Terry Graham
—una de las máximas autoridades mundiales en cafeína y deporte, con varias
décadas de investigación exclusiva en este campo— ha sido elaborado por un
equipo de biólogos y expertos en nutrición de la Universidad de Guelph
(Canadá).
Los ocho participantes en el estudio se sometieron a una prueba en bicicleta
estática mientras llevaban a cabo un trabajo físico de una intensidad del 80%
de su consumo máximo de oxígeno. El ejercicio se realizaba 90 minutos después
de haber tomado cafeína, teofilina (otra sustancia que pertenece, al igual que
la anterior, al grupo de las metilxantinas y tiene probada acción
broncodilatadora) o un placebo.
El grupo que tomó cafeína obtuvo los mejores resultados en el parámetro
descrito como «tiempo de pedaleo hasta quedar exhaustos» con un promedio de 41
minutos de actividad. En el caso de la teofilina se registró una media de 37
minutos y la ingestión de placebo ofreció el peor rendimiento, con un promedio
que no superó los 33 minutos de pedaleo.
En la segunda parte del trabajo, se midieron los niveles de adrenalina en
sangre. Las tasas más altas de esta sustancia también se presentaron en el
grupo que había tomado cafeína. Asimismo se registraron aumentos de los niveles
plasmáticos de glicerol como consecuencia de las tomas de cafeína y teofilina.
LA
cafeina genera una descarga de adrenalina
Una de las explicaciones del aumento del rendimiento en deportes de resistencia
puede estar en la constatación de que la cafeína genera una descarga de
adrenalina que tiene como consecuencia un estímulo de la función
cardiovascular.
Otro factor importante es el aumento de la lipolisis y, por tanto, de la
liberación de ácidos grasos libres hasta aumentar sus niveles en plasma. Así se
consigue una utilización más eficaz del glucógeno muscular y por ello se afirma
que, en realidad, la cafeína actúa como ahorradora de glucógeno. A través de
este mecanismo se obtiene un sensible aumento en el rendimiento físico para
esfuerzos aeróbicos y de larga duración.
Lo cierto es que la cafeína parece aumentar el rendimiento físico a través de
mecanismos bien diferentes. En primer lugar, estimula el sistema nervioso
central, mejora la concentración del deportista y disminuye la sensación de
fatiga. Por otro lado, los estudios más recientes han puesto de manifiesto que
la cafeína es capaz de facilitar la liberación de calcio de sus depósitos en la
célula muscular, estimulando así la contracción de forma más eficaz.
No es
igual para todos los deportistas
Un corredor de 1.500 metros, por ejemplo, se vería beneficiado por la ingestión
de cafeína a dosis no muy elevadas debido a que se trata de una sustancia que
actúa de forma eficaz en diferentes sistemas de energía.
La mejor utilización del sistema anaeróbico láctico (con producción de este
ácido) y del aeróbico puro (con utilización de oxígeno para la combustión del
glucógeno) aporta un beneficio doble en atletas de distancias medias.
Actualmente, la cafeína está incluida en las listas de productos prohibidos por
la reglamentación antidopaje del Comité Internacional Olímpico (CIO).
Historia
de la prohibición
Fue añadida en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en 1984, dentro de la
categoría de «sustancias estimulantes del sistema nervioso central» y es uno de
los compuestos que sólo generan un resultado positivo en las pruebas de dopaje
a partir de un nivel determinado, debido a que la cafeína se encuentra en la
formulación de bebidas y refrescos de consumo habitual. En concreto, el límite
que marca un caso positivo de dopaje con cafeína está situado actualmente en 12
microgramos por mililitro de orina.
En los últimos años han surgido opiniones de expertos que sugieren que se
endurezca la legislación antidopaje de la cafeína y se reduzca el límite a
partir del cual esta sustancia da positivo. Se estima que existen atletas que
utilizan la cafeína como ayuda ergogénica consumiéndola en niveles inferiores
al límite establecido por el CIO.
Los deportistas que la utilizan para mejorar el rendimiento suelen ingerir
cantidades cercanas a los 5 miligramos por kilogramo de peso y lo hacen una
hora antes del entrenamiento o la competición. De este modo, un corredor de
maratón que pese 60 kilos podría tomar 300 miligramos de cafeína, un nivel que
elevaría su rendimiento físico sin resultar positivo en los controles de orina.
La cafeína, como la mayoría de las sustancias farmacológicas, no está exenta de
efectos secundarios. Un consumo excesivo puede ocasionar insomnio (y la
consiguiente fatiga crónica). Otro efecto no deseado de esta sustancia son las
molestias gastrointestinales. Éstas suelen aparecer en una minoría de
deportistas pero pueden ser especialmente negativas en los casos de ciclistas y
corredores de maratón debido a la larga duración de sus competiciones.
Quince tazas de café |
Hace ocho años, la campeona española de maratón se vio envuelta
en un caso de dopaje por cafeína. En su orina había niveles superiores a los
permitidos (12 microgramos por mililitro). IGNACIO ROMO
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