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La alimentación mediterránea, esencial para evitar la aterosclerosis

Un estudio realizado por científicos españoles demuestra, por primera vez, que la dieta mediterránea tradicional mejora la función endotelial de pacientes con el colesterol elevado

Un equipo español, perteneciente al Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, acaba de publicar un trabajo en la revista 'Annals of Internal Medicine' en el que se afirma que la dieta mediterránea contribuye decisivamente a mejorar la función endotelial de pacientes hipercolesterolémicos y, en consecuencia, ayuda a prevenir la aparición de aterosclerosis.

A pesar de que hay muchos trabajos acerca de las bondades de las dietas ricas en frutas y verduras y de que el aceite de oliva se ha convertido en una especie de producto estrella, existen pocos datos con humanos sobre cómo influye la alimentación en el endotelio vascular, salvo algunos estudios con los ácidos grasos omega 3 del pescado.

Los autores seleccionaron a 22 varones con el colesterol elevado (por encima de 200 mg/dl) de entre 18 y 65 años que no tenían ningún otro problema de salud. Durante 28 días, todos siguieron una dieta rica en grasas saturadas (que dañan las arterias). Después, fueron divididos aleatoriamente en dos grupos.

El primero se alimentó de forma mediterránea (las grasas constituían el 38% del total, de las cuales el 22% eran monoinsaturadas). La dieta del resto (conocida por las siglas NCEP-1 en EEUU y que se aconseja como primera medida para reducir el colesterol) constaba de un 28% de lípidos, aunque los monoinsaturados no estaban en proporción tan alta.

Intercambio de pautas

Pasado un mes ambos grupos intercambiaron sus pautas y continuaron así otros 28 días. Después de cada periodo se registraron los niveles de lípidos en sangre de los pacientes. Para ver la vasodilatación en la arteria braquial, se les hicieron torniquetes durante cuatro minutos en el brazo y se les administró nitroglicerina sublingual.

Con un método de ultrasonido de alta resolución no invasivo, se midieron los cambios milimétricos en el calibre del vaso. «El flujo asociado a la vasodilatación fue significativamente más elevado después de la dieta mediterránea», concluyen los autores. Sin embargo, no se observó que dicho efecto fuera tan revelante tras la NCEP-1, aunque sí se redujeron las cifras de colesterol en sangre.

Al parecer, el aceite de oliva marca la diferencia entre ambas dietas. No obstante, no está del todo claro si la clave son sus ácidos grasos monoinsaturados u otros antioxidantes muy potentes, denominados polifenoles, que no se encuentran en ningún otro aceite vegetal. El próximo objetivo de los investigadores españoles es aclarar este punto.

En cualquier caso, «la dieta saludable puede modificar el riesgo de aterosclerosis, casi con seguridad más que los fármacos, ya que modifica la tasa de colesterol, mejora el metabolismo de la glucosa, reduce la trombogenecidad de la sangre, disminuye la oxidación de las lipoproteínas y ahora hemos demostrado que mejora la función endotelial. Probablemente provoca otros efectos que están por estudiar», afirma el doctor Francisco Pérez-Jiménez, coautor del trabajo.


La función endotelial

El revestimiento interno de las arterias, el endotelio, juega un papel fundamental en el mantenimiento del tono vascular y de la circulación de la sangre.

Esta pared arterial segrega una serie de elementos químicos (óxido nítrico fundamentalmente) necesarios para la dilatación y la constricción de los vasos en el momento necesario.

De esta forma, cualquier anomalía en este proceso da lugar a una serie de cambios orgánicos que predisponen a la aterosclerosis y, posteriormente, a otras enfermedades cardiovasculares. Asimismo, la acumulación de placas de ateroma en la pared arterial empeora la función del endotelio, por lo que se forma una especie de círculo vicioso difícil de romper.

Varios trabajos han observado la existencia de alteraciones endoteliales en pacientes que aún no presentaban lesiones ateromatosas, por lo que se considera que mantener la pared interna de las arterias en buen estado es esencial para evitar patologías vasculares.

La dieta mediterránea, rica en antioxidantes (fruta y verdura) y en ácidos grasos monoinsaturados (como el aceite de oliva) ayuda a este propósito.

 

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