Es una articulación intermedia del miembro inferior.
Principalmente, se trata de una articulación dotada de un único
sentido de libertad de movimiento: la flexión-extensión, que
permite acercar o alejar, más o menos, el extremo del miembro a su
raíz o, lo que es lo mismo, regular la distancia que separa el
cuerpo del suelo. En esencia, la Rodilla trabaja comprimida por el
peso que soporta.
De manera accesoria, la articulación de la rodilla posee un
segundo sentido de libertad: la rotación sobre el eje longitudinal
de la pierna, que sólo aparece cuando la rodilla está en flexión.
Considerada desde el punto de vista mecánico, la articulación de
la rodilla constituye un caso sorprendente: debe conciliar dos
imperativos contradictorios:
- Posee una gran estabilidad en su extensión
completa, posición en la que soporta presiones importantes,
debidas al peso del cuerpo y a la longitud de los brazos de
palanca.
- Alcanza una gran movilidad a partir de cierto
ángulo de flexión, una movilidad necesaria en la carrera y para
la orientación óptima del pie en relación con las
irregularidades del terreno.
Resuelve estas contradicciones merced a sus dispositivos
mecánicos ingeniosos en extremo; sin embargo, la debilidad del
acoplamiento de las superficies, una condición necesaria para la
buena movilidad, expone a esta articulación a los esguinces y
luxaciones.
La articulación es el lugar de unión entre los diferentes huesos
que realizan un movimiento y existen diferentes grados de libertad
en éstas.
La articulación de la rodilla es de tipo diartroideo o
articulación móvil, por lo que el desarrollo de sus movimientos es
bastante amplio. Realiza movimientos en dos ejes:
- Eje transversal (movimientos de
flexión-extensión, en un plano sagital).
- Eje longitudinal (movimientos de rotación, en
un plano sagital).
- Desplazamiento de la rótula sobre el fémur. El
movimiento normal de la rótula sobre el fémur durante la flexión
es una translación vertical a lo largo de la garganta de la
troclea y hasta la escotadura intercondilea. El desplazamiento
de la rótula equivale al doble de su longitud (8 cm), y lo
efectúa mientras gira en torno a un eje transversal. En efecto,
su cara posterior, dirigida directamente atrás en posición de
extensión, se orienta hacia arriba cuando la rótula, al final de
su recorrido, se aplica, en la flexión extrema, debajo de los
cóndilos. Por tanto se trata de una translación circunferencial.
- Desplazamientos de la rótula sobre la tibia.
Podemos imaginarnos la rótula incorporada a la tibia para formar
un olécranon como en el codo. Esta disposición impide todo
movimiento de la rótula en relación a la tibia y limita de modo
notable su movilidad, impidiendo incluso cualquier movimiento de
rotación axial.
En efecto, la rótula efectúa dos clases de movimientos con
relación a la tibia, según consideremos la flexión-extensión o la
rotación axial.
En los movimientos de flexión-extensión, la rótula se desplaza en
un plano sagital. A partir de su posición en extensión retrocede y
se desplaza a lo largo de un arco de circunferencia, cuyo centro
está situado en la tuberosidad anterior de la tibia y cuyo radio
es igual a la longitud del ligamento rotulando. Al mismo tiempo,
se inclina alrededor de 35º sobre sí misma, de tal manera que su
cara posterior, que miraba hacia atrás en la flexión máxima, está
orientada hacia atrás y abajo. Por tanto, experimenta un
movimiento de translación circunferencial con respecto a la tibia.
En los movimientos de rotación axial, los desplazamientos de la
rótula con relación a la tibia tienen lugar en un plano frontal.
En la posición de rotación indiferente, la dirección del ligamento
rotuliano es ligeramente oblicua hacia abajo y afuera. En la
rotación interna, el fémur gira en rotación externa con respecto a
la tibia y arrastra la rótula hacia fuera: el ligamento rotuliano
se hace oblicuo hacia abajo y adentro. En la rotación externa,
sucede lo contrario: el fémur lleva la rótula hacia adentro, de
manera que el ligamento rotuliano queda oblicuo hacia abajo y
hacia fuera, pero más oblicuo hacia fuera que en posición de
rotación indiferente.
La cápsula articular es un manguito fibroso que envuelve la
extremidad inferior del fémur y la extremidad superior de la
tibia, manteniéndolas en contacto, y constituye las paredes no
óseas de la cavidad articular. En una cara profunda está doblada
por la sinovial.
La inserción en la plataforma tibial pasa por delante y por los
lados externo e interno de las superficies articulares; la línea
de inserción se desvía enseguida hacia el interior de la
superficie retroespinal, en contacto con las glenoides, luego pasa
entre las dos espinas tibiales para contornear, en plena
superficie preespinal, la superficie de inserción tibial del
ligamento cruzado antero-externo. De este modo, las inserciones
tibiales del ligamento cruzado antero-externo y del ligamento
cruzado postero-interno quedan fuera de los límites de la cápsula
y, por tanto, de la acabilda articular.
La inserción femoral de la cápsula:
- Por delante: rodea por arriba la fosita
supratroclear y forma un fondo de saco profundo.
- A los lados: la inserción capsular
transcurre a lo largo de las carillas de la troclea, donde forma
los fondos de saco latero-rotuliano para luego recorrer el
límite cartilaginoso de los cóndilos; en el cóndilo externo, la
inserción capsular pasa por encima de la fosita donde se fija el
tendón popliteo; la inserción de este músculo es, por tanto
intracapsular.
- Por detrás y por arriba: la línea de
inserción capsular perfila el borde posterior del cartílago
condíleo por debajo de la inserción de los gemelos; de este modo
la cápsula recubre la cara profunda de estos músculos a los que
separa de los cóndilos.
- En la escotadura intercondilea: la
cápsula se fija en la cara axial de los cóndilos, en contacto
con el cartílago y en el fondo de la escotadura. En la cara
axial del cóndilo interno, la inserción capsular pasa por debajo
de la inserción femoral del ligamento cruzado posterior. En la
cara axial del cóndilo externo, la cápsula se fija entre el
cartílago y la inserción femoral del cruzado anteroexterno.
La estabilidad de la articulación de la rodilla se halla bajo la
dependencia de los ligamentos cruzados y los ligamentos laterales.
- Ligamentos laterales: refuerzan la
cápsula articular por sus lados interno y externo.
- Ligamento lateral interno: se
extiende desde la cara cutánea del cóndilo interno hasta el
extremo superior de la tibia. Se encuentra por detrás de la
zona de inserción de los músculos que forman la pata de ganso.
Su dirección es oblicua hacia abajo y hacia adelante: por
tanto, cruzada en el espacio con la dirección del ligamento
lateral externo.
- Ligamento lateral externo: se
extiende desde la cara cutánea del cóndilo externo hasta la
cabeza del peroné. Se distingue de la cápsula en todo su
trayecto; está separado de la cara periférica del menisco
externo por el paso del tendón del popliteo. Su dirección es
oblicua hacia abajo y hacia atrás; por tanto, su dirección se
cruza en el espacio con la del ligamento lateral interno.
- Ligamentos cruzados: son dos, el
ligamento cruzado anterointerno, y el ligamento cruzado
posterointerno.
- Ligamento cruzado anterior: se
inserta inferiormente en el área intercondilea anterior de la
tibia entre el tubérculo intercondileo medial posterior, la
inserción anterior del menisco lateral latero-posteriormente y
la inserción anterior del menisco medial anterior. Se fija en
una zona de inserción vertical sobre la mitad posterior de la
cara intercondilea del cóndilo lateral del fémur.
- Ligamento cruzado posterior: nace del
área intercondilea posterior de la tibia, posteriormente a las
inserciones de los meniscos lateral y medial. Sus inserciones
se prolongan infero-posteriomente en la parte superior de la
depresión vertical, que es la continuación del área
intercondilea posterior. Desde ese punto, el ligamento se
dirige superior, anterior y medialmente, y termina siguiendo
una línea de inserción horizontal, en la parte anterior de la
cara intercondilea o medial del cóndilo medial del fémur y en
el fondo de la fosa intercondilea.
La no concordancia de las superficies articulares (tibia y fémur)
está compensada por la interposición de los meniscos. Las caras
articulares superiores no se adaptan a los cóndilos femorales. Se
dividen en lateral y medial; cada uno de ellos constituye una
lámina prismática triangular curvada en forma de media luna.
Presentan una cara superior cóncava y una cara inferior convexa y
muy gruesa.
Los dos meniscos difieren entre sí por su forma y sus inserciones
tibiales:
- Menisco lateral: el menisco lateral
presenta la forma de una letra c muy cerrada. El cuerno anterior
se fija al arrea intercondilea anterior en el sentido
inmediatamente anterior al tubérculo intercondileo lateral de la
tibia e inmediatamente lateral y posterior al ligamento cruzado
anterior: el cuerno posterior se inserta posteriormente a la
eminencia intercondilea en la parte posterior de la depresión
que separa los tubérculos intercondileos. Del extremo posterior
del menisco lateral nace un potente fascículo: el ligamento
meniscofemoral, que acompaña al ligamento cruzado posterior,
pasando frecuentemente en un sentido posterior a él, a veces
anteriormente, o bien, desdoblándose anterior y posteriormente a
la vez. Se inserta con este ligamento en la fosa intercondilea,
en el cóndilo medial.
- Menisco medial: el menisco medial
presenta la forma de una letra c muy abierta. Se inserta por su
cuerno anterior en el ángulo antero medial del área
intercondilea anterior, anteriormente al ligamento cruzado
anterior; por su cuerno posterior se fija en el área
intercondilea posterior, en el sentido inmediatamente posterior
a la superficie de inserción del menisco lateral y anteriormente
al ligamento cruzado posterior
- Flexión de rodilla
Músculos principales: bíceps crural, semitendinoso y
semimembranoso. A estos músculos se les denomina
isquiotibiales.
Músculos accesorios: gemelos, popliteos, recto interno y
sartorio.
- Bíceps Crural
Origen: tuberosidad isquiática.
Inserción: cabeza del peroné y tuberosidad externa de la
tibia.
Sus fibras se dirigen haca abajo.
Inervación: nervio ciático popliteo externo o ciático mayor,
raíces de L5-S2.
- Semitendinoso
Origen: cara posterior del isquión.
Inserción: cara posterior e interna de la tibia en su epífisis
proximal. Sus fibras se dirigen hacia abajo.
Inervación: nervio ciático popliteo interno, raíces de L5-S2.
- Semimembranoso
Origen: cara posterior y externa del isquión.
Inserción: se inserta mediante un tendón en la cara posterior
e interna de la epífisis proximal de la tibia. De este van a
salir otros dos tendones, reflejos (en la cara anterior e
interna de la tibia) y recurrentes (en la cara posterior y
externa de la tibia).
- Extensión de rodilla
Músculos principales: recto anterior, vasto interno,
vasto externo y crural. Todos estos músculos forman el
cuádriceps femoral.
- Recto anterior
Origen: espina ilíaca anteroinferior.
Inserción: base de la rótula.
- Vasto interno
Origen: parte inferior e interna de la línea trocanterea.
Inserción: parte medial de la rótula.
- Vasto externo
Origen: zona superior de la línea trocanterea.
Inserción: parte lateral de la rótula.
- Crural
Origen: 23 superiores de la cara anteroexterior de la diáfisis
femoral.
Inserción: base de la rótula.
Todos estos músculos se insertan mediante un tendón denominado
tendón suprarrotuliano, que tapiza la cara anterior de la
rótula y se inserta en la tuberosidad anterior de la tibia.
Inervación-nervio crural, raíces de L2-L4.
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