Osteoporosis: ¿Está usted en riesgo?

La osteoporosis es una enfermedad que debilita, gradualmente, los huesos, por lo que llegana ser más frágiles y con mayores probabilidades de que se fracturen.

Conforme envejecemos, es normal alguna pérdida de hueso. Pero la pérdida severa de hueso-osteoporosis- es una enfermedad que afecta a millones de mujeres. La razón es porque se producen cambios hormonales en la menopausia que pueden llevar a pérdida severa de hueso. esta enfermedad es silenciosa, la pueden tener por años sin darse cuenta hasta que sufren una fractura.

Cuando una persona padece Osteoporosis, la resistencia a los golpes producidos por caídas o accidentes disminuye en forma notable y es común que se produzcan fracturas en los huesos de la columna vertebral, la cadera y la articulación de la muñeca. Incluso es posible que suceda la caída por haberse roto previamente el hueso. Habitualmente estas fracturas son dolorosas, deformantes y pueden llegar a incapacitarnos. Otras de las consecuencias de la Osteoporosis, son la pérdida de la estatura y el encorvamiento de la espalda, debidos a la deformación de las vértebras de la columna.

Los huesos están sometidos a un remodelado contínuo mediante procesos de formación y reabsorción, y también sirven como reservorio de calcio del organismo. A partir de los 35 años se incia la pérdida de pequeñas cantidades de hueso. Múltiples enfermedades o hábitos de vida pueden incrementar la pérdida de hueso ocasionando osteoporosis a una edad más precoz. Algunas mujeres están, también, predispuestas a la osteoporosis por una baja masa ósea en la edad adulta.
 
La menopausia es la principal causa de osteoporosis en las mujeres, debido a disminución de los niveles de estrógenos. La pérdida de estrógenos por la menopausia fisiológica o por la extirpación quirúrgica de los ovarios, ocasiona una rápida pérdida de hueso. Las mujeres, especialmente las caucásicas y asiáticas, tienen una menor masa ósea que los hombres. La pérdida de hueso ocasiona una menor resistencia del mismo, que conduce fácilmente a fracturas de la muñeca, columna y la cadera.

Diagnóstico: Densitometría ósea, mide la densidad de los huesos, es indolora.

Tratamiento:

 Control con su médico de cabecera y la administración de:

·        Hormonas en mínimas dosis.

·        Suplemento de Calcio, vitamina D y vitamina A.

·        Ejercicio físico moderado pero constante.

El mejor tratamiento de la osteoporosis es la prevención. Una ingesta adecuada de cálcio y el ejercicio físico durante la adolescencia y la juventud, puede incrementar el pico de masa ósea, lo cual redunda en una reducción de la pérdida de hueso y en un menor riesgo de fractura en años posteriores. El consumo adecuado de cálcio y de vitaminas durante la madurez es esencial para la salud del hueso.
 
En situaciones de menopausia precoz, las mujeres deben tomar estrógenos para prevenir la pérdida post-menopáusica de hueso; se debe de añadir un progestágeno si el útero está intacto. El reemplazamiento estrogénico es un tratamiento efectivo para prevenir la pérdida post-menopáusica de hueso y es también efectivo en la prevención de fracturas osteoporóticas. El tratamiento hormonal sustitutivo requiere un estricto control ginecológico y una cuidadosa selección de pacientes.
Las mujeres post-menopáusicas con baja masa ósea o osteoporosis establecida y que tengan contraindicación para el tratamiento hormonal sustitutivo, los Bifosfonatos (Alendronato o Etidronato) y la Calcitonina, son medicamentos efectivos para prevenir la pérdida de hueso.

El caminar y los ejercicios de extensión de la columna pueden estabilizar o incluso incrementar ligeramente la masa ósea y mejorar el balance y la fuerza musculares, previniendo caídas y fracturas.
Las fracturas vertebrales deben tratarse inicialmente con reposo, analgésicos, lumbostato y rehabilitacion. Otros posibles tratamientos, actualmente en estudio, incluyen vitamina D, fluoruros y hormona paratiroidea.

Quién corre riesgo de contraer osteoporosis?

Tanto los hombres como las mujeres pierden hueso a medida que van envejeciendo. Las mujeres, sin embargo, pierden tejido óseo mucho más rápido que los hombres, especialmente después de la menopausia. El estrógeno, una hormona producida por los ovarios, ayuda a retrasar la pérdida de tejido óseo en las mujeres. Después de la menopausia, los niveles de estrógeno se reducen por lo que la pérdida ósea pueda ocurrir más rápidamente.
 
Otros que corren el riesgo de contraer la osteoporosis son los individuos que son usuarios asiduos de alcohol o cafeína; las mujeres que fuman; las personas cuyas dietas carecen de calcio; y los individuos menos activos físicamente.

El Tabaco Eleva Los Índices De Cáncer En La Mujer

El incremento del hábito de fumar entre las mujeres también incide sobre la prevalencia del cáncer de pulmón entre el colectivo femenino.

Un estudio del Centro de Investigaciones del Colegio de Médicos del Reino Unido, advirtió que las mujeres fumadoras tienen el doble de posibilidades que los hombres de contraer la forma más virulenta del cáncer de pulmón, denominada de las células pequeñas, que se atribuye casi siempre al tabaquismo.

Los autores del estudio alertaron del peligro que sufren las mujeres fumadoras y advirtieron de la necesidad de iniciar campañas informativas destinadas especialmente a las adolescentes.

El jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander (España), Leopoldo Pérez de la Lastra considera necesario "llamar la atención de la población sobre los efectos adversos del tabaco y el alcohol en la gestación de estos cánceres". También apuntó que mientras los hombres se van concientizando progresivamente de la necesidad de dejar de fumar, las mujeres se suman cada vez más a este hábito.

Si al consumo de tabaco se añade el de alcohol, se incrementan los efectos nocivos en los tumores de cabeza y cuello.

 

EMBARAZO
Las práctica deportiva durante la gestación es beneficiosa

LAS DEPORTISTAS DE ALTO NIVEL YA NO TIENEN QUE ESPERAR A LA RETIRADA
PARA SER MADRES. ACTUALMENTE, ES POSIBLE COMPAGINAR LOS ENTRENAMIENTOS CON ELEMBARAZO. SIN EMBARGO, DEBEN TOMARSE CIERTAS PRECAUCIONES PARA EVITAR DAÑOS EN EL FETO

La actual campeona europea de los 5.000 y 10.000 metros, la irlandesa Sonia
O'Sullivan, ha estado entrenándose hasta hace pocos días a pesar de que dará a
luz en junio. Incluso ha anunciado que participará en una carrera de 21
kilómetros en octubre. El caso de O'Sullivan ha dejado de ser excepcional. Cada
vez son más las deportistas que deciden ser madres en pleno apogeo de su
carrera a cambio de que el embarazo no afecte demasiado a su forma física. Para
ello, se ponen en manos de un equipo multidisciplinar integrado, generalmente,
por un ginecólogo, un experto en nutrición y un preparador físico.
PRECAUCIONES.- La mayoría de los entrenadores aconseja seguir los
entrenamientos con ciertas precauciones, disminuyendo la intensidad de las
sesiones a medida que avanza la gestación. Suele fijarse un límite de 140 o 150
pulsaciones por minuto como tope máximo de intensidad y, además, se controla el
ritmo cardiaco. Si cinco minutos después del final de la sesión el ritmo no ha
descendido a 100 latidos por minuto, entonces la intensidad se considera
excesiva y se rebaja en la siguiente sesión. Al mismo tiempo, hay que tener en
cuenta que existen deportes absolutamente contraindicados en el embarazo.
Además de los de contacto, deben evitarse otros ejercicios como el submarinismo
(debido al riesgo de sufrir una enfermedad por descompresión) o el esquí
acuático (por la posibilidad de que el agua entre bruscamente en el útero y
provoque un aborto). Si consideramos el embarazo de una mujer no deportista, la
práctica de ejercicio físico también está muy recomendada por tres ventajas
fundamentales: la mejoría del estado cardiopulmonar, mayor facilidad para
controlar el peso y la protección frente al estrés psíquico y la depresión. A
estos tres beneficios se suma la prevención de la diabetes gestacional
(alteración que aparece en el 5% de las gestantes). Además, al aumentar la
fuerza, la flexibilidad y la resistencia, el ejercicio facilita el parto.
Muchos expertos aconsejan a las mujeres que no hacen deporte habitualmente que
esperen hasta el segundo trimestre de embarazo antes de realizar ejercicio
físico alguno, fundamentalmente porque las náuseas y la fatiga suelen ser
frecuentes en los primeros meses. Las actividades más recomendables son la
natación, la bicicleta estática o simplemente caminar media hora diaria. El
ejercicio físico genera rápidamente en la embarazada una sensación de vitalidad
y bienestar y un incremento de la autoestima. Cuando haga ejercicio, la futura
madre debe huir siempre del calor. La práctica deportiva habitual en ambientes
excesivamente húmedos y calurosos podría afectar al desarrollo del sistema
nervioso central del feto. Tampoco son recomendables las saunas y los baños
calientes. Asegurar una hidratación adecuada es fundamental durante la
gestación. Se deben ingerir líquidos (preferentemente bebidas isotónicas)
antes, durante y después de la actividad física. La orina sirve como indicador
muy fiable del grado de hidratación: si es transparente o muy clara, la
hidratación es correcta.
EL PESO.- Los expertos en nutrición aconsejan elevar la ingesta de la
embarazada en unas 300 calorías diarias, aumentando especialmente el consumo de
proteínas. Para asegurarse el aporte de ácido fólico bastará con seguir una
dieta rica en alimentos como las espinacas, los cítricos o las lentejas. El
peso debe ser vigilado constantemente para evitar que se dispare en pocas
semanas. Un trabajo publicado en el International Journal of Obesity, por
investigadores del University College de Londres, confirma que las embarazadas
aumentan su ingesta de alimentos considerablemente incluso si habían tomado la
decisión de no comer mucho antes de quedarse embarazadas. Tras el parto se debe
reanudar la actividad física progresivamente. El caso de la corredora Liz
McColgan, excampeona mundial de 10.000 metros, es algo exagerado pero sirve
como ejemplo. La fondista escocesa, que se entrenaba al máximo nivel a los
pocos días de dar a luz, ganó una carrera de ocho kilómetros tan sólo 25 días
después del parto.

Una nueva actitud hacia la Menopausia
 

La menopausia es la transición entre los años de fertilidad de la mujer y sus años no fértiles. Para la mayoría de las mujeres, la menopausia es la última fase de un proceso biológico gradual que realmente empieza más o menos a los 35 años de edad.

Se considera que la menopausia ha llegado a su fin, cuando la mujer deja de menstruar, o de tener su periodo, durante un año. Esto normalmente ocurre entre las edades de 45 y 55 años; la edad varía de mujer a mujer. Cuando este proceso llega a su fin, la producción hormonal disminuye significativamente, pero sin detenerse del todo. Las mujeres que se operan para extirpar sus ovarios (una operación llamada ovariectomía bilateral) experimentan "menopausia quirúrgica", cesación inmediata de la producción de la hormona ovárica y de la menstruación. 

Para contrarrestar algunos de los posibles efectos de la menopausia natural o quirúrgica en la salud de una mujer y su calidad de vida, los médicos pueden recomendar la terapia de reemplazo hormonal, (HRT, por sus siglas en inglés), utilizando ya sea el estrógeno sólo o el estrógeno en combinación con la progestina (una forma de progesterona).

Desde el principio de este siglo, el promedio de esperanza de vida para las mujeres en los Estados Unidos ha aumentado de aproximadamente 48 a 79 años de edad debido a los adelantos en la atención médica y a la disminución de la mortalidad durante el parto. Hoy en día, una mujer de 50 años de edad puede esperar vivir por lo menos un tercio de su vida después de la menopausia. Cerca de 40 millones de mujeres pasarán por la menopausia en los próximos 20 años, aumentando considerablemente el número de mujeres que necesitarán evaluar los beneficios y los riesgos de la terapia de reemplazo hormonal.

Aun cuando muchas personas definen la menopausia como, simplemente el final de los ciclos menstruales de una mujer y de su capacidad para tener hijos, también es el principio de una fase nueva y diferente de su vida, con sus problemas particulares.

Síntomas de la menopausia
 
Cada mujer experimenta la menopausia de diferente manera. Algunas mujeres sufren incomodidades mínimas, mientras otras sufren problemas moderados o incluso severos. Las sensaciones repentinas de calor, el síntoma más común, se presenta en más del 60 por ciento de las mujeres menopáusicas. Las sensaciones repentinas de calor empiezan a menudo varios años antes de que aparezcan otros síntomas de la menopausia.

Otros cambios se presentan en la vagina y el conducto urinario. La disminución de los niveles de estrógeno puede ocasionar que el tejido vaginal se vuelva más seco, más delgado y menos elástico, lo que puede hacer el acto sexual doloroso. El tejido del conducto urinario también se vuelve menos elástico; a veces conlleva a la pérdida involuntaria de la orina al toser, reír, estornudar, hacer ejercicio, o uros posibles efectos de la menopausia podrían ser trastornos del sueño, cambios en el humor, depresión y ansiedad.

Efectos de la menopausia en la salud
 

Además de la posibilidad de producir algunos síntomas incómodos, la menopausia puede tener, a largo plazo, consecuencias más serias en la salud general de la mujer durante los años que le queden de vida. Por ejemplo, se piensa que la disminución de estrógeno durante la menopausia causa cambios adversos en los niveles de colesterol y de otros lípidos (grasas) en la sangre y en los niveles de fibrinógeno (una substancia que afecta la coagulación de la sangre). Estos cambios pueden aumentar el riesgo de enfermedades del corazón, la causa principal de muerte entre las mujeres norteamericanas, y de derrames cerebrales. 

La osteoporosis (pérdida en la densidad de los huesos) es otra de las preocupaciones serias que deben afrontar hacia el final de la vida, cuyos efectos son agravados por la menopausia. La menopausia acelera el proceso de decalcificación de los huesos que ocurre durante los procesos normales de envejecimiento. Cerca de un 20 por ciento de las mujeres mayores de 50 años de edad ya tienen o están en riesgo de desarrollar fragilidad de los huesos y fracturas a medida que sus niveles de estrógeno disminuyen. Una disminución en la densidad del hueso puede ocasionar una curvatura en la columna vertebral, fracturas en las vértebras, reducción de su estatura natural y dolor. Las fracturas de la cadera son una lesión común en mujeres con osteoporosis y normalmente requieren un largo período de recuperación.

¿Estoy empezando la menopausia?

Desde el punto de vista cultural, la mujer menopáusica se infravalora o se considera de forma peyorativa. A veces cuando se quiere ofender a una mujer se dice que es o está  menopáusica. Esta situación posiblemente se explica por las tradiciones culturales del mundo occidental y derivadas de las religiones monoteistas predominantes. En la tradición judía, cristiana y musulmana la mujer ocupa un papel eminentemente "reproductivo".

Los cambios biológicos que percibe la mujer durante la menopausia se deben a la falta de hormonas ováricas y a los cambios orgánicos y funcionales que se producen a continuación. Además, a partir de los 50 años se acumula el riesgo de padecer diferentes enfermedades que hasta esa edad eran poco frecuentes. Podemos considerar que la salud de la mujer menopáusica es más vulnerable a partir de la menopausia.

Los síntomas y signos de la mujer climatérica están directamente asociados a la disminución de hormonas ováricas e incluyen: Trastornos menstruales, sofocaciones, sudor abundante y sensación de frialdad, parestesias y hormigueos en las extremidades, palpitaciones, escozor y picor en los genitales externos, sequedad vaginal, molestias con las relaciones sexuales, síntomas urinarios y sensibilidad mamaria aumentada. En algunas mujeres se presentan también cambios de humor brusco, irritabilidad, trastornos del sueño, melancolía, fatiga y tendencia a la depresión.

Una de las preguntas que se hace la mujer cuando pasa de los 35 años es: ¨¿Estoy empezando la menopausia?" Si aparece alguno de los síntomas antes mencionados, lo más aconsejable es que acuda a un ginecólogo competente para tratar el tema, realizar una revisión y aclarar las dudas, y si fuera necesario tomar las medidas preventivas oportunas. Hay que resaltar que aunque todas las mujeres pasan por el cambio menopáusico, la forma de presentarse, la duración y la intensidad de las molestias varía de una mujer a otra, siendo las comparaciones entre amigas o familiares de escasa utilidad.