El entrenamiento es
eficaz cuando se permite la reposición de las energías perdidas durante el
esfuerzo. La recuperación es el periodo de tiempo que hay entre dos
estímulos. Esta recuperación puede ser activa (realizando ejercicios más
suaves) o total (cesando la actividad física por completo).
El tiempo de
recuperación depende del tipo de ejercicio. A ejercicios suaves, tiempos
más cortos; y a fuertes intensidades, mayor recuperación. Precisamente el
entrenamiento busca acelerar los procesos de recuperación del organismo.
La recuperación se basa en la gran capacidad del organismo vivo para recuperar
no sólo las energías perdidas sino para acumular potenciales de trabajo
superiores al nivel en que se encontrara antes.
El periodo que permite la recuperación se denomina asimilación compensatoria.
El primer paso o síntoma de adaptación al esfuerzo es la reposición de la
energía perdida. Esta reposición supera los niveles de partida,
aumentando la capacidad de esfuerzo, Este proceso se denomina restauración ampliada o exaltación.
El periodo de exaltación o de asimilación está muy relacionado con el
tipo de ejercicio que se realiza, teniendo en cuenta que sus efectos van
desapareciendo progresivamente, la supercompensación mantenida es, a lo
sumo, de tres días.
Según Ozolin, el tiempo de restauración es de 12-24 horas para ejercicios
de agilidad, de 24-48 horas para los ejercicios de fuerza de grupos
musculares grandes y de 24-86 horas para los que desarrollan la
resistencia especial. Si en los días siguientes no se realiza ningún
entrenamiento, la capacidad del organismo va disminuyendo progresivamente
hasta desaparecer.
Los descansos demasiado breves ocasionan un sobre-entrenamiento al no
haber permitido la recuperación del organismo.
Los especialistas proponen realizar 3-4 entrenamientos seguidos con una
carga de trabajo fuerte, sin días de descanso, llegando al final de ese
miniperiodo al agotamiento. Después pasa a entrenamientos más suaves o
descansos activos, con lo que el organismo responde con una gran
supercompesación. También se propone la realización de semanas fuertes
con semanas más suaves, en las que se produce una hipercompensación.
El fenómeno de la supercompensación va marcando las posibilidades de
aplicación de nuevas cargas.
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