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Uno de los
síntomas más característicos del ejercicio físico o actividad deportiva, es
el sudor. Y, éste no es más que una forma de perder agua corporal para equilibrar
la temperatura corporal. La cantidad de agua que se llega a perder puede
ser lo suficientemente importante como para llegar a la deshidratación, si
no se actúa correctamente. Por tanto, la reposición de líquidos debe ser
una de las principales preocupaciones de los preparadores físicos y de los
deportistas.
Existe la
creencia, cada día más en entredicho, que aconseja beber líquidos con
elevado contenido salino, para aumentar el rendimiento, lo que no parece ser
esa una idea muy correcta. Sí se sabe que la sudoración supone pérdida de
agua y de diferentes electrolitos: cloro, sodio, potasio, calcio, magnesio
etc. Por lo tanto, la reposición hídrica no puede sólo consistir en reponer
agua y sal, además debe introducir el resto de electrolitos, cuya misión
dentro de la actividad deportiva está bastante definida:
Potasio
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Función muscular
Almacenamiento de glucógeno
Equilibrio hídrico
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Sodio
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Equilibrio hídrico
Activación enzimática
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Calcio
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Activación de nervios y
músculos
Contracción muscular
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Magnesio
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Activación enzimática
Metabolismo de proteínas
Función muscular
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Fósforo
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Formación de ATP
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La importancia
de los minerales obliga a ser muy cuidadoso con objeto de asegurar las necesidades
mínimas, motivo por el que es muy importante respetar las RDA
(Recomendaciones Dietéticas Aconsejadas). También se recomienda que se
tomen en cantidad suficiente a través de una dieta sana, equilibrada y
mixta, adecuada al deportista, y que no se utilicen compuestos tipo
"Suplementos vitamínicos".
Aunque con las
cantidades recomendadas por la RDA, se cubren las necesidades generales, en
la dieta del deportista hay que tener en cuenta otras particularidades
directamente dependientes del acto deportivo:
- La
intensidad con la que se practica
- Las
condiciones climáticas externas (temperatura y humedad)
Estas
condiciones marcan el momento y la cantidad en la que se deben aportar las
raciones adecuadas. El objetivo es cubrir las pérdidas "extras"
que se produzcan. Como dato indicativo, se admite que con un trabajo
corporal intenso en un clima moderado, la pérdida de agua es de
aproximadamente 1-1,5 l/hora.
Las normas, a
tener en cuenta, para conseguir un aporte adecuado de líquidos en un acto
deportivo son:
- Asegurar
que se compensan las pérdidas, sobre todo en deportes de resistencia.
- Rechazar
el suministro de tabletas de sal aisladas.
- Beber
líquido sin una cantidad de sal adecuada (agua del grifo, té, refrescos
etc.) es poco acertado, ya que puede ocasionar una mayor pérdida de
electrolitos y producir "rampas musculares".
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