Las varices son venas inflamadas que se pueden ver bajo la superficie de la piel. Esto ocurre cuando la sangre no fluye de la manera adecuada desde las extremidades hacia el corazón. Aunque suelen aparecer en las piernas, también se pueden formar en otras partes del cuerpo.
Esta condición puede ser dolorosa y verse afectadas por coágulos que impidan la circulación. ¿Sabías que algunos remedios naturales ayudan a aliviar las molestias? En el siguiente artículo te contamos cuáles son y por qué deberías incluirlos en tu rutina diaria. ¡Toma nota!
La pomada de zanahoria, vinagre y aloe vera es una buena opción, porque aúna las propiedades de estos tres ingredientes. Además, podría favorecer la hidratación y combatir la retención de líquidos de una forma completamente natural.
Solo hay que batirlo todo junto hasta obtener una consistencia espesa y aplicarlo directamente sobre las varices. Dejar actuar 30 o 40 min y aclarar con agua fría.
La respuesta a esta pregunta es no. Si bien es posible prevenir que las várices empeoren, no hay una manera comprobada de evitar su aparición. No obstante, llevar un estilo de vida saludable sería útil para retrasar los problemas en las venas el mayor tiempo posible. Sigue estos consejos:
Las varices pueden generar complicaciones a largo plazo. En ese caso, existen varios tratamientos, tanto quirúrgicos como farmacológicos para extirparlas o mejorar la circulación. Para evitar llegar a ese punto, es importante seguir las recomendaciones del médico y apoyarse en los remedios naturales mencionados.
El tratamiento para curar las varices debe incluir una serie de hábitos saludables que apoyan la salud circulatoria. Si bien hay muchos procedimientos y productos cosméticos que permiten minimizarlas, es primordial seguir algunas “reglas” que son imprescindibles.
Y es que, más allá de tratarse de un problema estético, estas venas abultadas indican que el paso del flujo sanguíneo tiene alguna alteración. Por eso, además de dar mala apariencia, suelen incidir en la sensación de pesadez y dolor.
¿Por qué se produce esta condición? ¿Cómo reducirlas de forma natural? Dado que muchas las están padeciendo, a continuación queremos resolver estos interrogantes. Eso sí, todos los consejos se deben aplicar en conjunto, pues no existe una simple cura.
Las varices son venas abultadas y retorcidas que se forman cuando las válvulas unidireccionales, que regulan el paso de la sangre, se debilitan. Si bien se pueden desarrollar en cualquier vena, a menudo se originan en las piernas.
Desde siempre se han catalogado como un signo antiestético, ya que tienen un aspecto amoratado o rojizo que se nota sobre la piel. Sin embargo, para muchos es un problema de salud, pues es el detonante de otras molestias.
Según este informe elaborado por el Instituto Nacional del Corazón, entre sus síntomas más característicos encontramos:
Cuando las válvulas de las venas dejan de funcionar de forma adecuada, el flujo sanguíneo tiene dificultades para retornar desde las piernas al corazón. Dado que la sangre sufre un estancamiento, la vena se inflama y forma las varices.
Aunque muchos casos están relacionados con factores genéticos, a menudo empeoran por los sobresfuerzos físicos y el exceso de peso. Además, suelen ser más frecuentes entre las personas de la tercera edad. Los factores que influyen en su aparición son, según este estudio de la Universidad Nacional de Asunción (Paraguay), entre otras:
Mantener un estilo de vida saludable es el mejor complemento tanto para curar las varices, como para retrasar su aparición. Esto implica hacer algunos cambios en la rutina diaria y alejar algunas “malas costumbres” que afectan la circulación.
Mantener una misma postura corporal por tiempo prolongado puede empeorar las venas varices.
Por eso, si por algún motivo hay que permanecer de pie o sentados, lo ideal es tomar al menos unos minutos para mover las piernas y pies o cambiar la postura.
Un ejercicio muy fácil que ayuda a curar las varices es la elevación de piernas.
Esta actividad relaja los músculos y facilita el retorno de la sangre hacia la parte superior del cuerpo. Así pues, se aconseja hacerlo cada día después de cumplir la jornada de trabajo.
La práctica de cualquier actividad deportiva tiene muchos beneficios tanto en la salud circulatoria como en el peso.
Por ende, si el objetivo es curar las varices, resulta muy beneficioso seguir una rutina de entrenamiento regular.
Uno de los métodos terapéuticos para estimular el flujo sanguíneo en las extremidades inferiores son los masajes relajantes.
Debido a su capacidad para mejorar la circulación, son una buena opción para minimizar el aspecto de estas venas abultadas.
Cura las varices con este remedio de aloe vera
Las duchas con agua caliente son relajantes y alivian el cansancio. No obstante, las que se toman con agua fría son más beneficiosas contra este problema. Este estudio de la Universidad de Carolina del Sur hace hincapié en los beneficios del frío (crioterapia) asociados a los problemas de este calibre.
De hecho, la aplicación directa de agua fría sobre las pantorrillas puede calmar la pesadez y la inflamación.
Las prendas de vestir que son ceñidas al cuerpo son desaconsejables cuando existen venas varices.
Incluso, no se aconseja su uso en general, dado que presionan la zona y dificultan el retorno venoso desde las piernas hasta el corazón.
Una alimentación rica en ácidos grasos Omega 3, antioxidantes y fibra dietética puede contribuir en gran medida a curar las varices.
Los alimentos que contienen estos nutrientes optimizan la circulación y protegen la salud cardiovascular.
El consumo excesivo de alcohol y tabaco tiene muchas repercusiones negativas en el organismo. Una de ellas es la aparición de problemas circulatorios y varices.
Sus toxinas deterioran las arterias y dificultan el paso de la sangre.
Los hábitos saludables son clave cuando el objetivo es curar las varices. A pesar que hay muchas terapias profesionales que las eliminan, todas estas recomendaciones evitan que reaparezcan.
Por eso, no se trata solo de aplicarlas por un tiempo, sino de incluirlas en el estilo de vida.
Te podría interesar: ¿Cuáles son los beneficios que aportan las zanahorias?
Las zanahorias son vegetales saludables y deliciosos, tanto crudas como cocinadas. Se pueden obtener numerosos beneficios de incluir las zanahorias en la dieta, debido a sus nutrientes. Seguro que os habéis preguntado: ¿Qué beneficios proporcionan las zanahorias?
Te vamos a contar por qué has de incluir estos alimentos en la dieta diaria. No obstante, no te olvides que una de las claves de una buena alimentación es la variedad.
Las zanahorias están cargadas de betacaroteno, que les aporta el característico color naranja. Además aportan vitaminas A, C, B1, B2, B3, B6, B9, C, E, colina y K, y minerales como el potasio, el manganeso, hierro, calcio y fósforo.
Estos vegetales están constituidos en su mayoría por carbohidratos. Asimismo se trata de una buena fuente de fibra dietética, que no contiene grasas saturadas ni colesterol. Las zanahorias tienen pocas calorías, tan sólo 40 calorías por cada 100 gramos, por lo que son una buena opción de alimento saludable en una dieta equilibrada.
Las zanahorias poseen altos niveles de antioxidantes, como es la vitamina A, que ayuda a promover la buena salud general y reduce el riesgo de padecer enfermedades del corazón y cáncer, como el de colon, de la cavidad oral y de pulmón. Además contienen un fitonutriente llamado falcarinol, un potente antioxidante.
También, de acuerdo con investigaciones publicadas en Journal of the National Cancer Institute, las mujeres con altos niveles circulantes de carotenoides pueden tener una disminución del riesgo de cáncer de seno
Por otra parte, ejercen un efecto positivo sobre la visión, además, son especialmente beneficiosos para aumentar la capacidad de la visión nocturna. El contenido en betacarotenos y vitamina A ayuda al correcto funcionamiento de las células de la retina, siendo los responsables de sus efectos beneficiosos.
Así lo señala un estudio publicado en JAMA Ophthalmology, el cual destaca que los carotenoides pueden reducir el riesgo de degeneración macular asociada con la edad.
Aunque las zanahorias tienen muchos beneficios positivos, comer excesivas zanahorias puede conducir a una condición llamada ‘carotenodermia’, apareciendo en las palmas de las manos, plantas de los pies u otras áreas de la piel, de color naranja o amarillento, debido a los altos niveles de caroteno que existen en la sangre. Es conveniente reducir la ingesta de estas vitaminas para que desaparezca este problema.
Cuando se consumen cantidades excesivas de vitamina A durante un periodo prolongado de tiempo se pueden producir síntomas como naúseas, mareos, vómitos y dolor de cabeza entre otros, y puede llegar a producirse hipervitaminosis A. Una condición grave que se produce debido a la acumulación de niveles tóxicos en el hígado y requiere tratamiento médico.Tratamiento y dioeta.SABER MAS.... A CONTINUACIÓN
La esteatosis hepática o enfermedad del hígado graso es una condición que produce un exceso de la grasa en este órgano.
Puede deberse a varias causas, como la obesidad, el consumo excesivo de alcohol, o una predisposición genética.
Es importante saber que el hígado tiene la capacidad de regenerarse a sí mismo, incluso después de un daño grave.
El tratamiento para el hígado graso incluye una dieta principalmente pobre en grasas para ayudar a la regeneración de las células y mejorar la salud hepática.
Lo primero que debemos hacer es seguir las recomendaciones del médico. Él es quien mejor podrá ayudarnos a tratar esta patología.
Hay que resaltar que, junto al tratamiento farmacológico, el ejercicio regular y el cumplimiento de las recomendaciones dietéticas ayudarán a apoyar la salud hepática. Según aportan numerosas investigaciones, ambas alternativas conjuntas son fundamentales para la mejora del órgano.
Es recomendable una dieta baja en grasas y rica en carbohidratos complejos.
Pueden ser frutas y verduras frescas, ya que son ricas en nutrientes. También cereales integrales, como panes, pastas, cereales y arroz integral.
Se deben incluir carnes magras como el pollo o el pavo y las grasas saturadas deben de ser estrictamente evitadas.
Pueden sustituirse usando alimentos como la mantequilla, margarina o manteca, o buscando un aporte de grasas saludables, como el aceite de oliva virgen extra.
Evita también las carnes rojas y los alimentos procesados con alto contenido de grasa, como las patatas fritas, alimentos fritos o carnes procesadas, ya que deben de ser eliminados de tu dieta.
Varios estudios han demostrado que la dieta mediterránea podría ralentizar el desarrollo del hígado graso. Aunque aún faltan evidencias científicas para afirmar sus beneficios con rotundidad, no está de más conocer un poco más sobre los tipos de alimentos más recomendados.
La mayoría de las frutas y verduras son alimentos bajos en calorías, que ayudar a controlar el peso.
Es cierto que ayudan a adelgazar y a disminuir los niveles de colesterol, ya que son ricas en fibra. Sin embargo, debemos tener cuidado, ya que según múltiples investigaciones, el consumo elevado de alimentos con fructosa (zumos de frutas industriales o derivados) podría causar mucho daño al hígado.
Consulta primero con tu médico antes de tomar cualquier tipo de alimento. Entre los que suelen ser más recomendados, destacan:
Ayudarían a prevenir la progresión de la enfermedad del hígado graso, ya que son ricas en proteínas y bajas en calorías.
Son bajos en sodio y altos en potasio, por lo que disminuye la presión arterial.
Elige proteínas magras, como el pollo y pescado, y evita las carnes grasas, como la carne roja, que es alta en grasas saturadas y colesterol.
El pescado es especialmente saludable porque contiene ácidos grasos Omega-3.
Tener el colesterol alto aumenta el riesgo de padecer enfermedad de hígado graso, por lo que es importante evitar los alimentos ricos en grasas saturadas.
Evita el consumo de grasas saturadas, como la mantequilla, margarina, carnes rojas, aceites de palma y de coco, y lácteos grasos; así como los fritos, grasas trans y grasas parcialmente hidrogenadas.
Una vez más, las zanahorias son beneficiosas para regular la circulación del cuerpo, asegurando que el corazón y los pulmones tengan nutrientes disponibles para trabajar eficazmente.
También reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y ayudan a disminuir la presión arterial, gracias al nutriente ‘potasa succinato’, que tiene propiedades anti-hipertensivas y ayuda a dilatar los vasos sanguíneos.
No debemos olvidar tampoco que las zanahorias son alimentos que destacan por su alto contenido en fibra. Existen evidencias conforme dicha sustancia es esencial de cara a prevenir el desarrollo del cáncer de colon. Cuenta también con la capacidad de incrementar la sensación de saciedad y de mejorar el tránsito, disminuyendo el estreñimiento.
Se aconseja que al menos se consuman 25 gramos de fibra al día, aunque muchas personas no llegan a alcanzar las recomendaciones. Por ello resulta crucial que aparezcan más vegetales en la dieta, como las zanahorias.
Las zanahorias destacan por su contenido en nutrientes y por sus efectos beneficiosos sobre el organismo. Cuentan con la capacidad de mejorar el funcionamiento de varios sistemas, así como de prevenir la aparición de patologías crónicas. Por este motivo han de aparecer de forma frecuente en la dieta.
La buena noticia es que son muy versátiles. Pueden consumirse crudas, cocinadas, al vapor, en cremas…Simplemente hay que encontrar la forma de preparación que más agrade a cada uno. De este modo se asegurará que la visión funciona de manera correcta y que no pierde capacidades con el paso de los años.
No obstante, no te olvides nunca que también es preciso incluir otros vegetales de hoja verde en la alimentación. Estos cuentan con antioxidantes esenciales y con micronutrientes capaces de asegurar el funcionamiento de los sistemas. Asegúrate de que las ingieres a diario para garantizar una buena composición corporal.