OLIMPO
GYM
El padre de la Zona es un tal Barry Sears, medico y bioquímico, investigador del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets) que durante los ultimos15 años se ha dedicado a demostrar con los atletas de la Universidad de Standford la validez de una forma de entender la nutrición y la dietética, aplicándola para obtener el optimo rendimiento del cuerpo humano. Al estado de salud que se obtiene siguiendo estas determinadas reglas dietéticas le llamó estar en "la Zona". Estar en la Zona implica no solo alcanzar el mejor rendimiento de nuestro metabolismo sino sobre todo alcanzar un equilibrio hormonal en nuestro funcionamiento interno. Las consecuencias de permanecer en la Zona son la mejora de nuestras capacidades físicas y una aptitud mayor para el entrenamiento deportivo así como una mejor capacidad de resistir a las enfermedades comunes al mejorar nuestro sistema inmune. Añade Barry Sears que junto a la mejora física se produce una mejora de ánimo que impregna de bienestar nuestras relaciones personales. La practica dietética que conduce a la Zona se puede abordar de dos maneras. La primera consiste en explicar detalladamente QUE hay que comer para estar en ella. La segunda es más compleja y empieza por explicar el POR QUE de las cosas o sea la explicación fisio-metabólica del por que sucede que al comer de determinada manera se producen unos beneficios que de otra manera no es posible tener. Ambos abordajes del tema son perfectamente validos. El primero quizás vaya destinado a aquellos que no quieren complicarse la vida, los que se fían de quienes hemos perdido muchas horas de sueño desentrañando los misterios de la bioquímica y la fisiología. El segundo abordaje es para aquellos que prefieren la comprobación de la comprensión en cabeza propia. Los que dicen "si no lo entiendo no lo creo". Por mucho que intentemos simplificar hay un nivel básico de conocimientos que es preciso tener. Los médicos, farmacéuticos, veterinarios, biólogos y expertos en nutrición pensamos que todos los demás entienden nuestra jerga cuando hablamos de hidratos de carbono, lípidos, grasas insaturadas, prótidos o micro nutrientes, pero a menudo no es asi. En la escuela básica no nos enseñaron lo esencial de la nutrición y si lo hicieron ya se nos olvidó la mayor parte. Es por ello que empezaré explicando el ABC de la nutrición. LA ENERGÍA Nuestro cuerpo consume energía para vivir. La energía se necesita para mantener el cuerpo en funcionamiento, sus órganos trabajando y sus sistemas hormonales cumpliendo con sus cometidos, pero sobre todo manteniéndonos homeotermos (a temperatura constante a pesar de los cambios exteriores), que es una de las funciones corporales que más energía consume. Si además somos activos o muy activos gastamos energía con el funcionamiento muscular. A más ejercicio muscular mayores necesidades energéticas. Que órganos trabajan constantemente y consumen energía? Cerebro, corazón, pulmones, páncreas, intestinos, hígado, riñones, suprarrenales, ovarios, testículos y glándula tiroides. Todos estos órganos además de consumir energía para funcionar, también sufren un proceso de renovación celular o regeneración constante para el cual necesitan nutrientes específicos en una labor de auto conservación que todo el cuerpo emprende de manera ajena a nuestro conocimiento y sin nuestro permiso. Así pues, vemos que, además de energía para movernos y para que nuestro metabolismo trabaje, también necesitamos energía para mantenernos calientes o refrigerarnos (según la época del año) y energía para nuestra conservación o auto reparación. He dejado para el final el tema del trabajo muscular por que es el que mas interés despierta entre nosotros los deportistas. El aparato muscular, o sea el conjunto de todos los músculos que sostienen y mueven nuestro esqueleto óseo, puede ser considerado, en su conjunto, un órgano mas. Tiene un gasto energético de funcionamiento (variable según nuestra actividad física) y un gasto de reparación- conservación e incluso puede tener un gasto de crecimiento cuando por efecto del entrenamiento se produce un incremento de la masa muscular. El músculo, en general, es la única parte del cuerpo que puede aumentar de tamaño después de acabada la adolescencia. Quien nos proporciona la energía necesaria para vivir día a día ? Pues mientras no se inventen una pilas de litio especiales la energía la deberemos de seguir extrayendo de los alimentos.
Los alimentos
contienen una gran variedad de substancias que los componen. Podemos
agruparlos en dos grandes grupos los micro y los macronutrientes. Estos
últimos son de tres clases : Los HIDRATOS DE CARBONO (mal llamados
azúcares), las GRASAS o LÍPIDOS y las PROTEÍNAS. Los hidratos de carbono son
químicamente azúcares pero esta denominación confunde pues hace pensar al
publico que solo el Azúcar es un Hidrato de Carbono y no es así. Las Grasas es la forma común de referirnos a los Lípidos, estos comprenden dos tipos de compuestos químicos: los ácidos grasos y los triglicéridos. Solemos llamar aceites a los lípidos de aspecto más liquido, y grasas a los más consistentes. La consistencia depende de la cantidad de saturación de sus enlaces químicos. En general a mayor consistencia de una grasa más saturación y a la inversa. En química orgánica cuando un doble enlace está disponible decimos que esta insaturado. Lógicamente cuando alcanza la estabilidad o sea: se ocupa, decimos que se satura, o sea: como los seres humanos; cuando estos son preadultos, o sea adolescentes, son, por así decirlo, un mundo de posibilidades, o sea: unos insaturados, pero al pasar a la fase de adulto comprometido con la hipoteca o el alquiler, el pago de la escuela y las letras del ordenador de la mini cadena o del DVD, etc., pasa a ser un homus saturado (a menudo pre-graso, por no llamarlo "rellenito"). Con esta sinonimia pretendo ayudar a recordar que los lípidos deseable son los insaturados y los que deberíamos desechar son los saturados. Las Proteínas son los elementos plásticos o de construcción de nuestro organismo. Son elementos químicos que participan en el crecimiento, funcionamiento y reparación de nuestro cuerpo. Las alimentos que aportan proteínas (carnes, pescado, huevos, leche, queso, legumbres, frutos secos, etc) son transformados en la digestión para obtener aminoácidos que son la forma útil en la que nuestro cuerpo usa las proteínas. El organismo necesita unos 20 aminoácidos diferentes. De estos hay 8 que son llamados esenciales por que deben de ser aportados forzosamente por la dieta, el resto si no llegan con la alimentación se pueden sintetizar a partir de los esenciales. Las proteínas de origen animal tienen una variación mas amplia de aminoácidos que las proteínas vegetales, de ahí que siguiendo una dieta vegetariana sea más difícil o complicado obtener un equilibrio adecuado de aminoácidos. Entre los micronutrientes encontramos a las Vitaminas y a los Minerales. Nos interesa destacar la importancia de los antioxidantes (vitamina E, C y Beta caroteno) y de los cofactores (Vitaminas B3 y B6, cinc y magnesio) ya que participan muy activamente en el mantenimiento y creación de un buen nivel de Eicosanoides, las superhormonas que controlan las reacciones moleculares mas importantes de nuestro sistemas hormonales y las funciones fisiológicas básicas: el sistema cardiovascular, el sistema inmunitario, el sistema nervioso central y el sistema reproductor. Las vitaminas y minerales se encuentran en los alimentos naturales pero no en los alimentos procesados industrialmente. De ahí la importancia de consumir productos frescos: hortalizas, leguminosas, verduras, cereales y frutas principalmente. Cuando alguno de estos alimentos precisa de cocción, esta debe de ser ligera para no alterar el contenido vitamínico-mineral. LOS EFECTOS HORMONALES DE LA COMIDA: LOS EICOSANOIDES La comida nos proporciona nutrientes y estos desencadenan diferentes reacciones hormonales al ser asimilados por el organismo. Las hormonas son mediadores o intermediarios (son proteínas complejas) que liberadas por una glándula tienen la misión de transportar ordenes bioquímicas para que se produzcan a distancia del punto de secreción ciertos efectos. La regulación hormonal esta montada en general sobre pares de hormonas de efectos contrapuestos que actúan por equilibrio. Mientras una hormona tiene el efecto de estimular ciertas acciones su antagonista tiene la misión de frenar la misma acción o estimular la acción contraria. A cada sistema de paridad hormonal se le llama eje. Así es como el organismo modula y compensa los desequilibrios que el medio exterior impone al medio interno. El ser vivo es fundamentalmente homeostasis físico-química. Que quiere decir esta palabreja. Estamos vivos por que somos capaces de mantener un medio interno (nuestro sistema humoral formado por los líquidos que circulan por el cuerpo y por el liquido intracelular tomado en su conjunto) siempre en las mismas condiciones de acidez, composición de sales minerales, nivel de glucosa, niveles hormonales, niveles de enzimas digestivos, niveles de micro nutrientes : calcio, sodio, potasio, fósforo, vitaminas, etc. Todo este complejo entramado se mantiene siempre en equilibrio o sea en homeostasis. Los márgenes para la variación son de muy escaso rango. Por poner un ejemplo la cantidad de potasio en nuestra sangre no puede variar más allá de 3-4 miligramos por 100 ml. Si aumentara o disminuyera por encima de esta cantidad moriríamos inmediatamente victimas de un paro cardiaco. Sin embargo podemos tomarnos un atracón de tomates (muy ricos en potasio) y a pesar de que llegan a nuestro tubo digestivo no ya miligramos, sino centenares de gramos, no pasa nada. Somos capaces de poner en marcha mecanismos que compensan el desequilibrio que el medio externo nos acaba de enviar en forma de atracón tomatero y neutralizar la situación. Lo mismo es válido para otros agentes externos como son el frío o el calor. Nuestra capacidad para mantener siempre una temperatura corporal constante a pesar de los cambios exteriores se conoce como homeotermia. Tanto homeostasis como homeotermia son capacidades adaptativas y como tales tienen sus límites. El cuerpo saludable es aquel que tiene una reserva de adaptación al 100% de efectividad. Mantenernos libres de enfermedades infecciosas es también cuestión de adaptación. Así como el frío o el calor son agentes externos que causarían desequilibrio interno si no tuviéramos la capacidad de ser homeotermos, de la misma forma los virus y bacterias nos enfermarían constantemente sino tuviéramos un sistema inmune que nos protege constantemente de la infección. Tenemos por tanto tres medios externos fundamentales que compensar: lo que comemos, el clima y la agresión biológica de los organismos vivos que compiten con nosotros para permanecer en el medio. Como veremos más adelante, tanto en el mantenimiento de una temperatura constante como en el buen funcionamiento del sistema inmune intervienen de manera decisiva los ejes hormonales. La aportación novedosa de la Zona, o sea de Barry Sears, se centra en la forma como desde lo que comemos podemos influir en los ejes hormonales. Desde el punto de vista de la dieta el más importante es el eje formado por la insulina y el glucagón. Estas dos hormonas tienen efectos contrapuestos, mientras la insulina es una hormona cerrojo, o sea encierra bajo llave la energía que ingerimos, el glucagón tiene el efecto contrario y es que libera de sus depósitos la energía para ser usada por nuestro cuerpo. Un exceso de liberación de insulina o de glucagón provoca desarreglos que deberán posteriormente compensarse. El ideal es que la alimentación sea de tal cualidad que promueva el equilibrio entre ambas y que no se tengan que producir movimientos de contrabalance. Entre los efectos secundarios de un exceso de secreción de insulina, por ejemplo, esta la fabricación excesiva de eicosanoides malos. Los eicosanoides, las hormonas que controlan los mecanismos celulares más importantes de nuestro cuerpo, se pueden dividir en dos grandes grupos los que promueven efectos beneficiosos y los que promueven efectos indeseables. De ahí que los llamemos eicosanoides buenos y malos. La dieta es el principal modulador de la fabricación de uno u otro tipo de eicosanoides y la salud es el estado de equilibrio en el que los eicosanoides buenos permiten un efecto beneficioso de estas superhormonas sobre nuestra fisiología. Acciones de los eicosanoides sobre el cuerpo humano Eicosanoides buenos Eicosanoides malos Inhiben la
agregación plaquetaria Promueven la formación de
coágulos
Para entender
el vinculo decisivo entre dieta y eicosanoides es necesario profundizar un
poco en la forma como el cuerpo fabrica estas superhormonas. La producción
final de todos los eicosanoides se vale, a modo de materia prima básica, de
un grupo de sustancias grasas conocidas como ácidos grasos esenciales (AGE).
Estos se llaman así por que debe de proporcionarlos la dieta ya que nuestro
cuerpo es incapaz de generarlos o sintetizarlos (recuerda que algo así
sucede con los llamados aminoácidos esenciales). Hay un total de 8 AGE, que
se dividen en dos clases: los ácidos grasos omega-6 y los ácidos grasos
omega-3. Aunque ambos pueden convertirse en eicosanoides, los omega-6 son
los más importantes para llegar a la Zona. Los eicosanoides que provienen de
los omega-3 son relativamente neutrales, no hacen gran cosa ni en un sentido
ni en otro. Sin embargo, los omega-6 son las piezas fundamentales para la
construcción tanto de eicosanoides buenos como malos. Que se fabriquen más
de uno u otro tipo puede ser influido por la proporción de
carbohidratos/proteínas de la dieta. Pero veamos por que y como. Pero todavía hemos de conocer algo más a fondo el mecanismo de fabricación de los eicosanoides buenos y malos para entender la importancia de la dieta. Para desempeñar
correctamente su función el AGL debe de convertirse todavía en otro acido
graso el ácido dihommogammalinoleico (ADGL) soll con el ADGL en cantidades
adecuadas se inicia en serio la producción de eicosanoides buenos y malos. Y
es en este momento en que el flujo de fabricación se separa en dos ramas,
una fabrica eicosanoides buenos directamente la otra fabrica acido
araquidónico, nuestra peor pesadilla. La válvula que actúa aumentando la vía
del ácido araquidónico es una enzima hermana de la conocida D6D, se trata de
la delta-5-desaturasa (D5D). El ácido araquidónico es el precursor necesario
para la fabricación de todos los eicosanoides malos: tromboxano,
prostaglandina E2, leucotrienos, etc. De hecho el araquidónico es tan
potente y peligroso que dice Barry Sears que inyectando una pequeña cantidad
en la sangre de un conejo le produce la muerte en menos de tres minutos. Y
es solo una ácido graso !!! En resumen: el mantenimiento de los niveles adecuados de AGL es de importancia critica para una salud optima. Por otro lado debemos de mantener unos niveles adecuados de AEP para frenar la producción de ácido araquidónico a través de la inhibición de la D5D. La mejor manera de asegurarse unos niveles adecuados de ambos ácidos grasos es vigilar el tipo de grasas que se come, y seguir una dieta favorable a la Zona.
EL EJERCICIO FISICO Y LA ZONA No cabe duda de
que el ejercicio debería ser una parte vital de cualquier programa de salud
dirigido a obtener un bienestar total de la persona, no solo por los bien
conocidos "beneficios del sudor" (mejor control de peso, mejor
funcionamiento cardiovascular y fortalecimiento del organismo) sino también
por la sensación de salud que genera el ejercicio. Pero ¿cuál es la
verdadera fuente biológica de tales beneficios? Pues simplemente los cambios
hormonales inducidos por los diversos tipos de ejercitación física. Muchas personas creen que el objetivo de hacer ejercicio es quemar calorías. La verdad es que casi todas las calorías que se queman haciendo ejercicio aeróbico quedarán reemplazadas inmediatamente con solo comerse un par de bollos. Pero al mismo tiempo cualquier beneficio hormonal obtenido del ejercicio se evaporará tan pronto como el par de bollos que te has comido tiendan a sacarte inmediatamente de la Zona. Hemos de
entender que la fuente principal de energía para los músculos ha de ser la
grasa, no los HC. La grasa es una materia prima mucho más eficiente para
generar energía, recordemos que por cada gramo obtenemos 9 calorías mientras
que cada gramo de HC rinde solo 4 calorías. ¿Cual es el factor de control en la liberación de la grasa almacenada? El equilibrio de los eicosanoides. Cuando estas en la Zona, lo cual significa -recuerda lo dicho- que estas fabricando más eicosanoides buenos que malos, la grasa que necesitas para satisfacer tus necesidades energéticas se puede liberar con mayor rapidez. A medida que te vas saliendo de la Zona, la liberación de grasa se va reduciendo a un goteo. Entonces el metabolismo de los músculos se pasará, de mala gana, a un combustible de calidad y octanaje inferiores: los HC. Recuerda: la insulina es una hormona cerrojo y el glucagón es una hormona de liberación. Si sobrecargas de HC tu ingesta se libera más insulina y esta hace que los HC se pasen a reserva grasa. La presencia de proteínas en una proporción adecuada junto a los HC mantiene en equilibrio el eje insulina-glucagón haciendo posible que se libere la grasa almacenada. La experiencia del fallo de energía entre los deportistas es frecuente. ¿Que sucede? Pues sucede que normalmente, si no se esta en la Zona, se usan las reservas de glucógeno muscular y hepático para proveer de energía al esfuerzo. Estas reservas alcanzan para unas 2000-2500 calorías como ya he dicho, lo cual puede significar unas 2-4 horas para un maratoniano o unas 4-6 horas para una actividad de montaña menos intensa como puede ser el esquí de travesía o una salida en BTT. Por encima de este tiempo o de este consumo calórico, el deportista empieza a notar los efectos de la falta de energía (según la rapidez del fallo puede experimentar cierto grado variable de pájara). Ante el desfallecimiento echa mano de sus barritas 98% de HC o a su bebida energética de moda. Rápidamente se repone del desfallecimiento pues vuelve a disponer de glucosa procedente de la ingesta. Su efecto es volátil, poco después, sino mantiene el flujo constante de barritas o de bebida energética volverá la pájara, en un ciclo de montaña rusa que va empeorando. Probablemente no todos los deportistas tengan reacciones iguales. Es muy posible que algunos organismos tengan mejor adaptación al consumo de sus reservas grasas, aun no sabiendo nada de la Zona. Siempre recordaré a un guía de montaña, con el que compartí algunas salidas, que para comer o picar siempre llevaba cosas consistentes como un buen pedazo de queso, un lomo o un huevo duro, además de alguna fruta o un tomate y unos ajos. A las barritas y demás les llamaba "mariconadas que hacían perder fuerza". De esto hace años y os puedo asegurar que no sabia nada de metabolismo de la Zona. Era simple experiencia de montaña.
Tradicionalmente se dice que el ejercicio aeróbico intenso, realizado a un 70 por ciento de la frecuencia cardiaca máxima, es el que moviliza mejor la reserva grasa. Lo que la mayor parte de entrenadores y deportistas no saben es porque. La verdadera razón esta en los efectos hormonales que el ejercicio intenso (tanto el aerobismo al 70% o más, como el ejercicio anaerobio) desencadena. Siendo el más importante el de la liberación de la Hormona del Crecimiento Humana o GH como la llaman los endocrinólogos (Growth Hormone). La escala de intensidad del ejercicio que induce una mejora en el equilibrio de los eicosanoides oscila entre el 60 y el 80 por ciento de la frecuencia cardiaca máxima (220 menos la edad). Hay muchas formas de ejercicio que pueden generar este nivel de intensidad: el jogging, el speeding, la natación, saltar a la comba o hacer gran desnivel con una bici. La condición necesaria es que sea una actividad continuada sin detenerse para descansar. En estas condiciones la tasa de transferencia de oxigeno al músculo se mantiene controlada y la energía que necesita para contraerse se obtiene de las reservas de grasa acumulada. Sin embargo cuando se sobrepasa el limite del aerobismo y el músculo no puede "respirar", o sea no tiene tiempo de oxigenarse, pasa a metabolismo anaerobio pues se produce una demanda tan fuerte de energía que el cuerpo ha de echar mano de las reservas de HC, que puede movilizar más rápidamente, aunque la duración de estas reservas sea mucho más efímera. El entrenamiento hecho en condiciones de anaerobismo es el que más incremento de la masa muscular produce a través de la liberación de GH, por lo que a pesar de no usar el combustible más eficiente, la grasa, sigue siendo una forma de ejercicio que consume grasa por otra vía metabólica. Veamos por que. La respuesta esta en la GH. Esta potente hormona no solo ayuda a la hipertrofia (crecimiento de la masa muscular) sino que colabora en la reparación de las microlesiones musculares. En estas funciones se invierte mucha energía en forma de necesario ATP por lo que el organismo acabará recurriendo a sus reservas grasas para obtener la energía. Así es como, a pesar de que decimos que el anaerobismo precisa de un consumo mayor de HC también, de forma indirecta, quema grasas gracias a los efectos hormonales que se desencadenan con la liberación de GH. Pero ¿quien controla en ultima instancia la liberación de GH en la glándula pituitaria? Pues los eicosanoides buenos, los cuales como sabemos son liberados o manufacturados en mayor medida cuando estamos en la Zona. Por tanto si estamos en la Zona, es decir, tenemos un buen nivel de eicosanoides buenos, la cantidad de GH liberada será mayor y su beneficio será más alto. El rendimiento deportivo, o sea la capacidad para responder al entrenamiento, es facilitado en ultima instancia por ese buen nivel de eicosanoides que hemos conseguido con la dieta. Así vemos como se ligan los beneficios hormonales del ejercicio y los beneficios hormonales de la dieta que nos mantiene en la Zona. En resumen: La liberación de GH promovida por el ejercicio intenso es más eficiente si nos mantenemos dietéticamente hablando en la Zona.
LAS PROPORCIONES Y CANTIDADES Clásicamente el calculo de las necesidades diarias de alimentos se hacía en base a las calorías que se supone gastará el sujeto. Una vez conocidas las calorías se repartirán entre HC, grasas y proteínas según unas proporciones que son discutibles y que oscilan según las modas dietéticas o los nuevos conocimientos sobre alimentación. Hasta hace poco la idea imperante entre los nutricionistas era la de seguir este esquema con un reparto de un 60-70 % de calorías para los hidratos de carbono, un 20 % de calorías procedentes de las grasas y un 10-20% de calorías procedentes de las proteínas. Sabiendo que cada gramo de HC o de proteínas proporciona 4 calorías y que cada gramo de grasa proporciona 9 calorías, se podía calcular fácilmente las cantidades de macronutrientes en gramos que se necesitaba diariamente. Ejemplo: Aceptando el
supuesto de que un sujeto de 30 años gastará 2000 calorías diarias
Ejemplo 70 kg de Peso
Total (PT) X 20% grasa corporal (hallado según la tabla) = 14 kg de grasa
corporal
84 gr de
proteína ----------- 7 Donde x = 108
grs de HC Si calculamos las calorías resultantes que ingiere diariamente este sujeto de 70kg vemos que apenas sobrepasan las 1000 calorías diarias. Sin embargo esta dieta cubrirá adecuadamente sus necesidades metabólicas y nutritivas, aunque, eso si, a medio plazo el sujeto tenderá a rebajar su porcentaje de grasa corporal hasta el 10-15% que es el ideal del ser humano masculino. Para la mujer recordemos que la cifra ideal oscila del 15 al 22%. A continuación Barry Sears introduce otra novedad en el calculo de las raciones y es el concepto de los bloques. Si queremos entrar en la comprensión de la Zona nos hemos de acostumbrar a tratar con la medición de la comida por bloques. Un bloque es una ración de comida que contenga 7 gr de proteína, 9 gr de HC y 1,5 gr. de grasa. Si dividimos la ración total de proteína diaria entre 7 obtendremos el numero de bloques que hemos de consumir en un dia. En nuestro ejemplo si dividimos 84 gr de proteínas entre 7 nos da 12 bloques. Cada bloque tendrá la proporción de HC y grasa adecuados. Si dividimos 108 entre 9 nos da 12 bloques y si dividimos 18 entre 1,5 nos sigue dando 12 bloques. Los bloques se han de repartir entre las comidas del día. Si podemos hacer 5 comidas diarias es mejor que las tres o cuatro que muchos hacen. De las cinco comidas es aconsejable que tres sean mas importantes y dos sean simples tentempiés o snacks. Un desayuno con 3 bloques, un snack de media mañana de 1 bloque, una comida de 4 bloques, un snack de media tarde de 1 bloque y una cena de 3 bloques nos dará un total de 12 bloques.
El primer paso en la organización de una dieta favorable a la zona es el cálculo de las necesidades diarias de proteínas. Sea cual sea la fuente de la proteína que decidamos usar ya hemos visto que dependerá tan solo de tres factores: tu peso, tu porcentaje de grasa corporal y tu nivel de actividad física. Las proteínas estimulan en primer termino el glucagón pero un exceso de ellas en la misma comida (así como un exceso de calorías en la misma comida) también incrementa la secreción de insulina y tiende a sacarte de la Zona. Así que trataremos de dosificar con precisión la cantidad de proteína que consumimos pues tan malo es pasarse de poco como de mucho. Hemos de tener en cuenta que hay dos fuentes de proteínas que son hasta cierto punto incompatibles con la Zona o mejor dicho dificultan la permanencia en la Zona. Tanto las carnes rojas y grasas como la yema de huevo son dos fuentes importantes de ácido araquidónico: el elemento constituyente de los eicosanoides malos; por lo que cuando decidamos el tipo de proteína a consumir trataremos de que nuestra dieta no abunde en este tipo de carnes ni en yema de huevo (no así la clara). Con los HC (hidratos de carbono) tenemos que tener también algunas precauciones, pues la elección del tipo es importante. Los que son favorables son los que tienen un índice glucémico bajo. Es decir aquellos que ingresan lentamente al torrente sanguíneo, elevan poco a poco la glucemia (la cifra de glucosa en sangre) y producen una respuesta insulínica moderada. Esto significa que mantienen un equilibrio favorable de eicosanoides y te mantienen en la Zona. Por el contrario los HC desfavorables son aquellos que tienen un índice glucémico alto; entran veloces al torrente sanguíneo, elevan de golpe la glucemia y provocan una respuesta insulina exagerada, la cual modificara en sentido negativo el equilibrio de los eicosanoides y te encontraras rápidamente fuera de la Zona. Por lo tanto los HC desfavorables se deberían de usar con moderación y en cantidades muy inferiores a los favorables. Además de las razones aducidas para primar el consumo de favorables esta el hecho de que los desfavorables son mucho más densos en HC por lo que con mucha menos cantidad se alcanzan los bloques y a menudo no nos sacian el apetito si nos hemos de ceñir a la administración por bloques. Digamos de paso que si consumimos HC desfavorables, especialmente pan o cereales, hemos de procurar que sean integrales o sea preparados con grano entero. Ello tiende a reducir su índice glucémico. Entre los HC favorables estarían: las verduras y hortalizas ricas en fibra así como la mayor parte de la fruta. Entre los desfavorables tenemos: el pan, la pasta, cereales, patatas, y las frutas o verduras altamente glucemiantes como el plátano, maíz, zanahoria y papaya, lo mismo que los zumos de fruta. Las grasas en
la comida tienen un papel muy importante. Además de proporcionar los
elementos constituyentes de los eicosanoides, las grasas funcionan, como la
fibra, moderando la rapidez con que los HC se incorporan al torrente
sanguíneo. También son importantes por que son los que hacen que la comida
sepa mejor. Y finalmente son necesarios para sentirse saciados pues
estimulan la liberación en el estomago de una hormona llamada
colecistoquinina (CCK) que es la que avisa al cerebro de que ya estas harto
y es hora de dejar de comer. En resumen has de restringir drásticamente las grasas malas (ácido araquidónico y grasas saturadas) y obtener la mayor parte del consumo diario de grasas de la grasa buena, es decir de la insaturada (monoinsaturada) La proporción de los bloques puede verse alterada en el caso de atletas sometidos a un entrenamiento de más de 6 horas diarias de ejercicio intenso. En este caso se debe de doblar la proporción de grasa para obtener más calorias. En lugar de 1:1:1 se debe de dar 1:1: 2 . O sea que por cada bloque de proteína y de HC se han de consumir dos bloques de grasa. Recordemos: 1
bloque de proteína son 7 gramos, 1 bloque de HC son 9 gramos y 1 bloque de
grasa son 1,5 gramos.
Al hacer la compra es necesario fijarse a partir de ahora en el etiquetado. Es difícil hallar alimentos preparados que estén equilibrados. Habitualmente todos pecan de un exceso de HC. Barry Sears dice que siempre que entres en un super vayas directamente por el perímetro exterior hasta la fruta, la verdura y los alimentos frescos. Recomienda no dejarse tentar por los precocinados ni por tanta comida preparada que en su etiquetado oculta desproporcionadas cantidades de grasa o de HC. La desproporción en HC siempre la podemos compensar comprando más proteína baja en grasa, pero la desproporción de grasa no es posible combatirla. Si hacéis números lo entenderéis. Cuando compres alimentos frescos, puedes remitirte a la siguiente orientación general: - 120 gr de
carne magra (o sea con poca grasa) contienen aprox. 4 bloques de proteína
El llamado "método a ojo" es para aquellos a quienes la idea de pesar y medir lo que se come, o incluso leer las etiquetas, les pone de mala uva. También a ojo se puede organizar una comida sin alejarse mucho de las proporciones de la Zona. Empieza con la proteína, tomando como guía la palma de la mano. La cantidad de proteína que nos cabe en la palma de la mano suele ser la necesaria para una comida, entre 3 y 5 bloques según nuestro tamaño. Como también necesitaremos más o menos bloques según nuestro tamaño corporal, la palma de la mano es una buena forma de buscar la proporción de proteína para una comida principal. Recordemos que 4 bloques equivale mas o menos a una pechuga de pollo o unos 120 gr de pavo en rodajas o unos 120 gr de Jamon York en lonchas o unos 120gr de filete de ternera sin grasa. Así la cantidad de proteína que tengas en el plato te ayudará a determinar el tamaño de las porciones de HC. Si estas comiendo HC favorables, entonces el tamaño de la ración debe de ser más o menos el doble, en volumen aparente, de la porción de proteína o sea que quepa en ambas manos haciendo un cuenco imaginario. Si los HC son refinados o sea desfavorables (pasta, arroz, patatas) cuida de que la ración sea, en volumen aparente, más o menos como el de la proteína o sea que quepa en la palma de la mano, para ello imagina que los espagueti o arroz que tienes que comer los pudieras retener en la capacidad de tu mano levemente ahuecada. Finalmente, si la fuente de proteína elegida para tu comida ha sido baja en grasa, necesitas añadir algo de grasa a la comida. Simplemente añade algo de aceite de oliva o unas pocas aceitunas y puedes completar el equilibrio. Si la proteína era rica en grasa (pescados como el salmón) o carne de cerdo (aunque tengas un corte libre de grasa, solomillo o lomo, siempre tiene más grasa saturada que el vacuno o el ave) entonces no tienes que añadir otras grasas. Recuerda que si tomas queso, y este no es bajo en grasa (normalmente oscilará entre un 35 y un 45 por ciento de materia grasa) la ración ha de ser moderada y compensada con otra proteína sin grasa. La dieta de la Zona no está en contra de que consumas vino. Si lo haces ten en cuenta que una copa de vino equivale a medio bloque de HC. Entre los productos restringidos totalmente hemos de recordar que están la yema de huevo, las carnes rojas y grasas y el café. Nos falta hablar de este último. El café es un poderoso estimulante de la insulina. Es el que hace que los HC recién ingeridos pasen a acumularse rápidamente en grasa. Por otro lado la cafeína es un estimulante del sistema cardiovascular y del sistema nervioso. Su consumo esporádico no comporta problemas pero su uso habitual, a la larga, puede acarrear problemas de hipertensión arterial. Tengamos en cuenta que su efecto estimulante (ese plus o energía que nos da de golpe) no es gratis, acabaremos pagando un "peaje" por ese beneficio aparente que nos proporciona. La cafeína actúa provocando una vasoconstricción de la arteriolas, eso se conoce como aumento de las resistencias vasculares periféricas, la consecuencia inmediata es una pequeña elevación de la presión arterial que nos hace sentir más activos. A la larga la presión diastólica, la mínima, irá quedando permanentemente elevada y con muchos años de uso acabaremos desarrollando una enfermedad hipertensiva. El café crea una fuerte y soterrada adicción que a menudo solo descubrimos cuando nos proponemos dejar de consumirlo. Es habitual padecer fuertes dolores de cabeza cuando se abandona el habito de consumir café. Eso forma parte del síndrome de abstinencia que la cafeína desarrolla para condicionar a nuestro organismo. Pruébate a ti mismo y averigua si estas enganchado o no: deja de tomar café durante una semana. Si lo consigues sin problemas quizás puedes permitirte tomar café ocasionalmente. Lo dicho para la cafeína del café es aplicable a la cafeína de otras bebidas como la cocacola y similares. Un pariente del café es el té. La teína que lleva el té tiene un efecto estimulante parecido a la cafeína pero 20 veces menos potente. El té, a diferencia del café, tiene efectos astrigentes, o sea que si tienes facilidad para el estreñimiento, o tienes problemas de hemorroides, no te conviene. Ese efecto astringente es precisamente la base de su consumo en los paises de origen: India y Ceilan sobre todo, donde las enfermedades diarreicas son habituales.
Por si puede ser de ayuda explicaré mi evolución en relación con la Zona. Hace tres años empecé a interesarme por la Zona. En los inicios hice un esfuerzo para cumplir de forma escrupulosa con los presupuestos de la Barry Sears. Compramos una bascula para pesar las raciones y durante los primeros 3 meses nos dedicamos a indagar (con papel y lápiz en mano) sobre las proporciones de los alimentos básicos que comprábamos en el super. Así fuimos reuniendo información nutricional sobre todo lo que consumíamos habitualmente, ese esfuerzo inicial nos fue útil para cambiar algunos hábitos equivocados. En mayor o menor medida creo que si se tiene interés en el tema se ha de hacer esta experiencia personalmente. El que dure más o menos tiempo esta fase de recolección de datos, dependerá de lo concienzudos que seamos o del tiempo de que dispongamos para ir al super. Pasado un tiempo ya conoces los productos básicos y mas o menos que cantidades de proteínas, HC y grasa te puedes ir encontrando. A partir de ahí la compra ya se hace más mecánica y suelta. En la elaboración diaria de los menús familiares se han de tener en cuenta las diferentes necesidades de proteínas que tenemos las personas en función de nuestro peso y actividad. Es importante que los desayunos sean lo más Zonales posibles. Es la primera comida del día y es mejor empezar con una buena entrada en la Zona.
- 1 ó 2 piezas
de fruta Cualquier duda
o aclaración la podéis enviar a mi email. Si deseáis saber vuestro índice de
masa grasa corporal enviadme los siguientes datos (no puedo incluir aquí las
tablas de cálculo por lo que ocupan). |