El estómago es la primera porción del aparato digestivo en el abdomen, excluyendo la pequeña porción de esófago abdominal. Funcionalmente podría describirse como un reservorio temporal del bolo alimenticio deglutido hasta que se procede a su tránsito intestinal, una vez bien mezclado en el estómago.
Su forma y disposición hay que entenderlos teniendo en cuenta su desarrollo embrionario. El estómago en el segundo mes de vida embrionaria comienza como una simple dilatación del intestino anterior. Luego sufre una rotación sobre un eje longitudinal de tal modo que la cara izquierda del estómago se hace anterior, y la parte derecha se hace posterior. Por esta razón el nervio vago del lado izquierdo, que en el tórax desciende por el lado izquierdo del esófago, pasa a una localización anterior, mientras que el derecho se sitúa en el estómago en la parte posterior. El estómago tiene además otra rotación sobre un eje anteroposterior, de tal modo que la parte inferior, por la que se continúa con el duodeno, asciende y se coloca a la derecha, bajo el hígado. Hay que tener presente que el estómago tiene en esta fase de la vida un meso en la parte posterior (mesogastrio dorsal) y otro en la parte anterior (mesogastrio ventral) que alcanza hasta la primera porción del duodeno. Ambos mesos también sufren las rotaciones anteriores de tal modo que determinan una serie de pliegues en el peritoneo visceral que los recubre. El mesogastrio dorsal forma el omento (epiplón) mayor (tras fusionarse con el meso del colon transverso), lo que determina el cierre por la parte inferior de la transcavidad de los epiplones. El mesogastrio ventral da origen al omento (epiplón) menor, que se extiende entre el borde derecho del estómago y la primera porción del duodeno hasta el hígado y el hilio hepático. Todas estas relaciones tienen su correlato en el adulto.
El estómago se localiza en la parte alta del abdomen (epigastrio). El cardias (extremo por donde penetra el esófago) se localiza a nivel de la vértebra T11, mientras que el píloro lo hace a nivel de L1. Sin embargo, hay considerable variación de unos individuos a otros. El esófago determina la incisura cardial, que sirve de válvula para prevenir el reflujo gastroesofágico. Hacia la izquierda y arriba (debajo de la cúpula diafragmática) se extiende el fundus (ocupado por aire y visible en las radiografías simples), que se continúa con el cuerpo, porción alargada que puede colgar más o menos en el abdomen, luego progresivamente sigue un trayecto más o menos horizontal y hacia la derecha, para continuar con la porción pilórica, que consta del antro pilórico y del conducto pilórico cuyo esfínter pilórico lo separa del duodeno. En este punto la pared se engruesa de manera considerable por la presencia de abundantes fibras circulares de la capa muscular que forman el esfínter pilórico.
La forma aplanada del estómago en reposo determina la presencia de una cara anterior, visible en el situs abdominis, y una cara posterior que mira a la transcavidad de los epiplones (cavidad omental), situada detrás. Asimismo, determina la presencia de un borde inferior (curvadura mayor) que mira abajo y a la izquierda, y un borde superior (curvadura menor) que mira arriba y a la derecha. Como consecuencia de los giros del estómago en período embrionario, por la curvadura mayor se continúa el estómago con el omento (epiplón) mayor, y la menor con el omento (epiplón) menor.
La luz del estómago tiene la presencia de unos pliegues de mucosa longitudinales, de los cuales los más importantes son dos paralelos y próximos a la curvadura menor que forman el canal del estómago o calle gástrica. Los pliegues disminuyen en el fundus y en la porción pilórica.
La pared gástrica consta de una serosa que recubre a tres capas musculares (longitudinal, circular y oblicua, citadas desde la superficie hacia la profundidad). La capa submucosa da anclaje a la mucosa propiamente dicha, que consta de células que producen moco, ácido clorhídrico y enzimas digestivos. El estómago tiene unos sistemas de fijación en sus dos extremos, los cuales quedan unidos por la curvadura menor a través del omento (epiplón) menor. A nivel del cardias existe el ligamento gastrofrénico por la parte posterior, que lo une al diafragma. Por la parte pilórica queda unido a la cara inferior del hígado por el ligamento gastrohepático, parte del tumulto menor. Estos sistemas de fijación determinan sus relaciones con otros órganos abdominales. Sin embargo, y debido no sólo a los giros del estómago, sino también al desarrollo embrionario del hígado, las relaciones del estómago se establecen a través de un espacio que queda por detrás, la cavidad omental o transcavidad de los epiplones.
La irrigación corre a cargo de ramas de la aorta abdominal. El tronco celíaco da lugar a la arteria gástrica izquierda, que recorre la curvatura menor hasta anastomosarse con la arteria gástrica derecha, rama de la arteria hepática común (que a su vez sale también del tronco celíaco); estas dos arterias llegan a formar lo que es la coronaria gástricamente superior. De esta arteria hepática común surge también la arteria gastrodudodenal, que da lugar a la arteria gastroepiploica derecha que recorre la curvatura mayor hasta anastomosarse con la arteria gastroepiploica izquierda, rama de la arteria esplénica(que proviene del tronco celíaco); estas forman lo que es la coronaria gástricamente inferior. Esta irrigación viene complementada por las arterias gástricas cortas que, procedentes de la arteria esplénica, alcanzan el fundus del estómago.
El retorno venoso es bastante paralelo al arterial, con venas gástricas derecha e izquierda, además de la vena prepilórica, que drenan en la vena porta; venas gástricas cortas y gastroepiploica izquierda que drenan en la vena esplénica; vena gastroepiploica derecha que termina en la mesentérica superior. A través de las venas gástricas cortas se establece una anastomosis entre el sistema de la vena porta y de la vena cava superior por medio de las venas de la submucosa del esófago. En casos de hipertensión portal (la sangre que penetra en el hígado por medio de la vena porta no puede alcanzar la cava inferior, por lo que se acumula ratrógradamente en las venas que drenan y forman la vena porta), la sangre dilata estas anastomosis normalmente muy pequeñas, dando lugar a las varices esofágicas. Si estas varices se rompen pueden dar una hemorragia mortal.
El drenaje linfático viene dada por cadenas ganglionares que recorren la curvadura mayor (nódulos gastroepiploicos derechos e izquierdos y nódulos gástricos derecho e izquierdo). Se complementan con los ganglios linfáticos celíacos y pilóricos. Estos ganglios tienen gran importancia en el cáncer gástrico, y hay que extirparlos en caso de entensión del cáncer. La extirpación se hace de acuerdo a las barreras ganglionares, existen 15 grupos ganglionares que son:
Grupo 3: curvatura menor
La extirpación oncológica siempre debe obtener la última barrera ganglionar libre.
La inervación del estómago procede del nervio vago, parasimpático y del nervios simpáticos que acompañan a los vasos arteriales.
Los ramos del nervio vago izquierdo se dirigen a la cara anterior y se dividen en una rama anterior una rama hepática y el nervio anterior de Latarjet.
Los ramos del nervio vago derecho se dirigen a la cara posterior y se dividen en rama gástrica posterior, rama celiaca y nervio posterior de Latarjet.
La pared del estómago está formada por las capas características de todo el tubo digestivo: la mucosa, la submucosa, la muscular y la serosa.
La mucosa del estómago presenta múltiples pliegues, crestas y fosillas, formadas por:
Lás células que componen el epitelio gástrico son:
Formada por tejido conjuntivo (tejido de sostén que conecta o une las diversas partes del cuerpo), en el cual se encuentran numerosos vasos sanguíneos, linfáticos y terminaciones nerviosas.
La capa muscular está formada de dentro hacia afuera por fibras musculares oblícuas, circulares y longitudinales. La capa muscular gástrica puede considerarse como el músculo gástrico porque gracias a sus contracciones, el bolo alimenticio se mezcla con los jugos gástricos y se desplaza hacia el píloro con los movimientos peristálticos. tyj6jkm,o654 <34<w4tmkyui p9´ñ
La capa serosa o peritoneal envuelve al estómago en toda su extensión, expandiéndose en sus curvaturas para formar el epiplon menor o gastrohepático, el epiplon mayor o gastrocólico y el epiplon gastroesplénico que termina en el ligamiento frenogástrico.
El estómago está controlado por el sistema nervioso autónomo, siendo el nervio vago el principal componente del sistema nervioso parasimpático. La acidez del estómago está controlada por tres moléculas que son la acetilcolina, la histamina y la gastrina.
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