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   PORTADA OSTEOPOROSIS  | 
 
 
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   OSTEOPOROSIS - Osteoporosis: ¿Estas en riesgo? vamos a ver aqui  | 
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 LA ESTRUCTURA ÓSEA Como todos sabemos, el esqueleto
  tiene funciones estructurales y metabólicas. Hace que se mantenga la estructura
  corporal, protege los tejidos blandos, alberga la médula ósea y transmite las
  fuerzas de contracción muscular. Además, por su contenido mineral, contribuye
  a la regulación homeostática del organismo. Existen dos tipos de estructura
  ósea, el tejido cortical o compacto y el tejido trabecular o esponjoso. El
  hueso cortical representa el 75% del esqueleto y forma la pared externa de
  los huesos, aunque se encuentra en mayor proporción en los huesos largos. El
  hueso trabecular constituye el 25% restante y se encuentra sobre todo en los
  huesos del esqueleto axial y en la diáfisis de los huesos largos. El
  hueso es un tejido conjuntivo que se compone de minerales (en un 65%), de una
  matriz orgánica (en un 33%) y de un componente celular (en un 2%). Componente mineral .-El componente inorgánico
  mayoritario es el calcio en forma de sales de carbonato y fosfato cálcico. En
  menor proporción hay magnesio, sodio, potasio, fluor, sulfatos y citratos. Matriz orgánica.- Se compone fundamentalmente
  de colágeno, que tiene la capacidad de acumular minerales en forma ordenada.
  En su composición intervienen la hidroxilisina e hidroxiprolina, aminoácidos
  específicos de la estructura ósea. Además de colágeno hay pequeñas cantidades
  de mucopolisacáridos, algunas sialoproteinas y lípidos. Componente celular.- El tejido óseo está
  constituido básicamente por tres tipos de células: osteoblastos, osteocitos y
  osteoclastos. La formación ósea está regulada por el osteoblasto y la
  reabsorción ósea por los osteoclastos. Cuando existe un equilibrio entre la
  formación y la reabsorción del hueso, se produce un acoplamiento ideal. Factores que influyen
  en el remodelado óseo
  PTH o parathormona.- Segregada en las glándulas
  paratiroideas. Favorece la reabsorción osteoclástica con aumento del número
  de osteoclastos y de su capacidad de síntesis de RNA. Activa la osteolisis
  osteocítica y activa la modulación de la actividad osteoblástica. Hay una
  movilización del calcio, que es liberado desde el hueso a la sangre. Vitamina D.- Procedente de la
  alimentación, en forma de provitamina D3 y de los depósitos de la piel
  estimulados por efectos lumínicos. Hay una activación hepática y renal. Se
  incrementa la absorción intestinal de calcio y fósforo y se aumenta la
  síntesis anabólica de matriz orgánica. Calcitonina.- Polipéptido producido
  principalmente por las células C del tiroides. Provoca una disminución de la
  reabsorción ósea por inhibición de la actividad osteoclástica. El efecto es
  antagónico con la PTH y la vitamina D. Con ello se consigue la normalización
  de las cifras de calcio sérico. Factores locales y
  sistémicos del crecimiento
  Interleukinas.- Hormonas peptídicas que
  promueven la proliferación, diferenciación y activación celular. Por ejemplo,
  la IL1 estimula la reabsorción ósea e influye en la formación del hueso. Prostaglandinas.- Estimulan también la
  reabsorción ósea, regulando el desarrollo, maduración y actividad de
  osteoclastos y osteoblastos. Vitamina A.- Esencial para el normal
  crecimiento del hueso. Actividad física.- Ejerce una influencia fundamental en la homeostasis ósea. El estímulo mecánico del hueso se traduce en la orientación de las fibras colágenas y en la actividad de los osteoblastos, por lo tanto, condiciona el crecimiento del hueso.  | 
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   Poco después de haberse alcanzado
  el valor máximo de masa ósea del esqueleto, hacia los 35 años, comienza una
  pérdida natural durante el resto de la vida. En muchos casos esta pérdida es
  muy lenta y gradual, no apareciendo los síntomas hasta que la enfermedad está
  avanzada. Es la principal causa de
  fracturas óseas en mujeres después de la menopausia, pero no todas las
  mujeres desarrollarán la osteoporosis. En el caso de los varones, la
  osteoporosis se puede desarrollar en aquellos individuos de mas de 65 años
  que, habiendo tenido un bajo pico de masa ósea en su juventud, hayan abusado
  de ciertas sustancias como el alcohol y el tabaco. Además,
  existen otras causas que pueden producir la enfermedad, como por ejemplo las
  enfermedades endocrinas, las inflamatorias o las producidas por medicamentos,
  todas ellas menos frecuentes. Se pueden determinar una serie
  de factores de riesgo, que servirán para identificar a los individuos con
  mayor probabilidad de llegar a padecer la enfermedad. Factores de Riesgo:
  · Sexo femenino. Es cerca de 4 veces más frecuente en mujeres que en hombres. · Raza blanca. Tiene menos masa ósea. · Constitución física frágil. Por delgadez, poca masa muscular, escoliosis, etc. · Antecedentes de fases de amenorrea (no fisiológica) de más de un año de duración. · Menopausia precoz, ya sea natural o por extirpación quirúrgica de los ovarios. En esta etapa, disminuye la secreción de estrógenos, lo que hace que haya un aumento en el recambio óseo, ocasionando una aceleración de la pérdida de masa ósea. · Antecedentes familiares de la enfermedad. · Dieta pobre en calcio durante períodos prolongados, especialmente durante la adolescencia, que es cuando se necesita más calcio para incrementar la masa ósea y tener buenas reservas en el futuro. · Déficit de vitamina D, con lo que aumenta el riesgo de fractura. · Dieta rica en proteínas. · Intolerancia a la lactosa. · Padecer enfermedades de tiroides (hipertiroidismo), de las glándulas suprarrenales (síndrome de Cushing), de las glándulas paratiroides (hiperparatiroidismo), diabetes, hapatopatías crónicas, artritis reumatoide, espondilitis anquilosante o procesos que bloquean la absorción intestinal del calcio de la dieta. · Uso prolongado de algunos medicamentos, como los corticoides, los anticoagulantes y los anticonvulsivantes. · Abuso del alcohol y del café. · Tabaquismo. ·   
  Vida
  sedentaria
  con poco ejercicio físico, que implica poco desarrollo de la masa muscular.
  Esto hace que disminuyan la fuerza y resistencia musculares haciendo más
  frecuentes las caídas. Conocer estos factores de riesgo, es vital para orientar a las personas, que están en esta situación, sobre las medidas preventivas que deben tomar para evitar un sufrimiento innecesario.  | 
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   A veces, la enfermedad pasa
  prácticamente desapercibida, pero, en general, se manifiesta por dolores
  óseos y, cuando el proceso está más avanzado, se producen con cierta
  frecuencia roturas óseas espontáneas. Los síntomas principales son: Dolor.-
  Producido por la fractura de los huesos o por aplastamientos vertebrales. A
  veces, el dolor se debe a la contractura mantenida en los músculos de la zona
  afectada. Deformidad.- La acumulación de fracturas vertebrales provoca cambios en la
  disposición normal de la columna vertebral, dando como resultado una pérdida
  de estatura y la deformidad de la espalda (cifosis). Pérdida de Movilidad.- El dolor y los aplastamientos vertebrales provocan
  una importante limitación de los movimientos, dificultando la función
  respiratoria, la postura y la marcha. Las localizaciones más importantes de las fracturas relacionadas con la osteoporosis son la muñeca, las vértebras y la cadera. No obstante, no son raras las fracturas de costillas, húmero y pelvis. La fractura vertebral a veces aparece después de un mínimo esfuerzo, o tras un golpe de tos o de un estornudo, produciendo un dolor intenso. A veces, la fractura de un hueso se produce de manera espontánea, provocando la caída posterior y otras, es a la inversa, el más mínimo traumatismo provoca la fractura.  | 
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   El diagnóstico de la osteoporosis
  no suele realizarse hasta que se produce una fractura, ya que no aparecen
  síntomas específicos iniciales. No obstante, debemos identificar, lo más
  pronto posible, a las personas que tienen factores de riesgo para evitar,
  mediante la prevención, el progreso de la enfermedad y el desarrollo de
  fracturas. El diagnóstico se establece mediante: Diagnóstico clínico.- Es esencial una buena exploración clínica por parte
  del reumatólogo. La historia clínica debe recoger datos exhaustivos sobre el
  dolor del paciente, sobre los hábitos de consumo, dieta, actividad física,
  edad, fecha de la última regla, presencia de síntomas generales y
  antecedentes familiares. Se incluirán además maniobras físicas capaces de
  revelar datos sobre el dolor, deformidad y movilidad en el momento de la
  exploración. Analítica.- Los parámetros bioquímicos del metabolismo óseo pueden ayudar a
  enfocar el trastorno y a controlar el tratamiento. Las pruebas analíticas más
  usuales son las que determinan los niveles de calcio y fósforo en sangre y
  orina, la fosfatasa alcalina, la osteocalcina, la fosfatasa ácida tartrato
  resistente y las pruebas de función renal como el aclaramiento de creatinina.
  No obstante, estas pruebas de laboratorio solo juegan un papel secundario en
  el diagnóstico de la osteoporosis. Radiología.- Es útil para el estudio de las fracturas, una vez que se han
  producido. No tiene gran valor para hacer un diagnóstico precoz, ya que la
  pérdida de tejido óseo ha de superar el 30% para que sea evidente en una
  radiografía. Medición de la densidad ósea.- Es la base del diagnóstico de la osteoporosis
  y del control del paciente durante su tratamiento. Incluso es útil en el
  diagnóstico precoz de la enfermedad. Existen diversas técnicas para calcular
  la masa ósea para un sexo y edad determinados: Tomografía computarizada,
  absorciometría fotónica simple, absorciometría fotónica dual y absorciometría
  radiológica de doble energía. Métodos invasivos.- Como la biopsia ósea transilíaca, realizada con anestesia local. Es una técnica sencilla.  | 
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   La osteoporosis constituye un
  importante problema de salud pública, debido a su gran morbilidad.
  Aproximadamente uno de cada ocho individuos europeos mayores de 50 años,
  sufre una fractura de columna. Además, una de cada tres mujeres y uno de cada
  nueve hombres mayores de 80 años sufrirá una fractura de cadera a
  consecuencia de la osteoporosis. Una vez que una persona ha padecido una
  fractura osteoporótica seria, es poco probable que recupere plenamente la
  salud, lo que implica menor calidad de vida. Las
  fracturas osteoporóticas y las discapacidades resultantes de ellas tienen un
  fuerte impacto en la salud de las personas de edad avanzada y requieren
  asistencia hospitalaria, rehabilitación y asistencia en el hogar. Esto trae
  consigo fuertes cargas financieras para los servicios sanitarios en toda la
  Comunidad Europea. Por ello, la detección precoz de las personas de riesgo es
  fundamental para prevenir la enfermedad y evitar el sufrimiento y el
  incremento de los costes sanitarios. MEDIDAS PREVENTIVAS.  Hay que poner todos los medios necesarios
  para alcanzar un buen pico de masa ósea al llegar a la época de madurez
  esquelética (30-35 años): La dieta.- Se recomienda, durante la adolescencia y la juventud, tomar una
  cantidad adecuada de calcio (con los alimentos) La ingesta en esta fase
  debería ser de 1 gramo/día. Muchas personas de edad no alcanzan siquiera los
  400 mg./día, debido a regímenes dietéticos inadecuados o a otras causas. En
  mujeres postmenopaúsicas se recomiendan hasta 1,5 gramos/día. Esta es,
  asimismo, la cantidad recomendable para cualquier persona con riesgo de
  osteoporosis. La fuente principal de calcio es la leche y sus derivados.
  También se encuentra en gran cantidad en los frutos secos. Cuando el aporte
  dietético sea insuficiente, se tomará el calcio en forma de suplementos de
  carbonato, fosfatos, citrato, lactato y gluconato cálcico. CONTENIDO DE CALCIO EN LOS ALIMENTOS Cantidad = miligramos de calcio / 100 gramos de alimento 
 
 
 La vitamina D.- Para la mayoría de los adultos, la exposición al sol
  y una alimentación adecuada son suficientes para atender las necesidades de
  vitamina D. No obstante, hay pacientes de edad avanzada que se ven obligados
  a estar recluidos en casa o que tienen una alimentación incorrecta, que
  necesitaran un suplemento adicional. Para calcular la cantidad recomendada,
  se deben valorar los niveles séricos de vitamina D3. El ejercicio.- Durante la etapa de crecimiento y desarrollo, el ejercicio es
  fundamental para conseguir una adecuada masa ósea ya que estimula la
  actividad osteoblástica. Conforme la persona vaya haciéndose mayor, hay que
  ir adaptando la actividad física a cada edad, con ejercicios apropiados a la
  capacidad de cada uno. El
  tiempo de reposo en cama debe ser lo más corto posible y sobre una cama
  firme. La puesta en carga debe ser precoz y segura y el ejercicio
  individualizado. Es importante realizar las tareas físicas usuales y caminar.
  Se puede hacer jogging o bailar pero los ejercicios que impliquen saltos o
  movimientos bruscos no son recomendables. Es
  desaconsejable el exceso de ejercicios en carga, así como la marcha más allá
  del umbral del dolor. Es contraproducente la hiperflexión de la columna que
  conlleva un empeoramiento de la cifosis y riesgo de aplastamientos
  vertebrales. Se
  debe recomendar a toda mujer un programa de actividad física que incluya
  caminar de 30 a 60 minutos, de 3 a 4 veces por semana, para mantener la masa
  ósea y un buen tono muscular. Hábitos nocivos.- Reducir el consumo de alcohol, tabaco y café, que son
  factores de riesgo de osteoporosis. Medidas farmacológicas.- Se utilizarán como medida preventiva de la pérdida de masa ósea cuando existan factores de riesgo asociados. ·   
  Tratamiento de
  reemplazo hormonal. Estrógenos.- La menopausia provoca un elevado desequilibrio entre
  la formación y la destrucción ósea, incrementando la actividad osteoclástica.
  Los estrógenos actúan frenando la actividad y mejorando la absorción
  intestinal del calcio. Si se frena la pérdida de masa ósea durante los 5 años
  siguientes a la menopausia, pueden reducirse las fracturas de cadera hasta en
  un 50%. No obstante, el reumatólogo valorará si esta indicado este
  tratamiento hormonal, ya que existen una serie de contraindicaciones que no
  hacen posible el tratamiento con estrógenos. El especialista informará a los
  pacientes de las ventajas e inconvenientes del tratamiento en relación con
  las circunstancias de cada caso. Además, antes del tratamiento, la mujer
  deberá ser estudiada por un ginecólogo para descartar la existencia de
  enfermedades que podrían desaconsejar este tratamiento. ·   
  Calcitonina.- Sustancia producida por el
  tiroides y dotada de una gran actividad inhibidora de la función
  osteoclástica, actúa directamente sobre los receptores de la membrana celular
  del osteoclasto. Es una alternativa a los estrógenos, cuando éstos no pueden
  emplearse. Se puede emplear en inyección o mediante administración nasal
  durante ciclos de tratamiento alternando con períodos de descanso. Además la
  calcitonina tiene un potente poder analgésico con un alto grado de
  especificidad para el dolor óseo. Entre un 10% y un 15% de los enfermos
  presentan efectos secundarios de escasa trascendencia que suelen disminuir
  pasados los primeros días de tratamiento. OSTEOPOROSIS YA ESTABLECIDA Una
  vez diagnosticada la enfermedad, se deben seguir las mismas medidas
  higiénico-dietéticas expuestas en la prevención de la osteoporosis. · Se calmará el dolor del paciente, ya que así mejorarán las contracturas musculares y la movilidad. · Se deberá poner especial atención a la prevención de las fracturas tras caídas o golpes. En caso de que el paciente presente una fractura vertebral, el tratamiento incluirá reposo absoluto en cama, el uso de analgésicos para aliviar el dolor y la aplicación local de calor para relajar los músculos de la espalda. A veces es necesario el uso de un corsé para inmovilizar mejor la zona fracturada, pero solo durante el período agudo. Las fracturas de cadera serán intervenidas quirúrgicamente, lo más pronto posible, para su correcta resolución. · No disponemos todavía de ningún medicamento definitivamente eficaz y seguro capaz de recuperar la pérdida de masa ósea producida como consecuencia de la osteoporosis, pero lo que sí podemos conseguir es evitar que esta pérdida progrese. Para ello los reumatólogos emplean determinados medicamentos como la calcitonina, los difosfonatos y los estrógenos. · El tratamiento médico tiene que ir acompañado de un programa adaptado de ejercicios que ayuden a recuperar la movilidad y la resistencia muscular y a reducir el dolor. · El contacto con sociedades de enfermos de osteoporosis puede ayudar a los pacientes a evitar otras fracturas y a tratar eficazmente su enfermedad, ya que el ·   
  Apoyo de un grupo
  hace que se realice un mejor seguimiento de las normas. PREVENCIÓN  DE  LAS  FRACTURAS En relación con los factores de riesgo.- La complicación más grave de
  la osteoporosis son las fracturas. Los factores de riesgo implicados en las
  caídas son: Factores de riesgo personales: 1- Disminución de la capacidad física. 2- Deterioro psíquico por desorientación o hiperactividad (como ocurre en ciertas demencias seniles) 3-    
  Déficit sensorial, por ejemplo por disminución de la visión y de la audición. Factores de riesgo ambientales: 1- Entorno próximo. Es importante que no existan elementos que dificulten la deambulación, como las alfombras sueltas y las puertas de vaivén o de cristal transparente. Se facilitarán sistemas de apertura y cierre que eviten esfuerzos o movimientos forzados de muñeca. Y se dedicará especial atención a la seguridad en el baño y en la cocina, evitando el suelo resbaladizo e instalando barras auxiliares de sujeción. 2-    
  Medio urbano. Se eliminarán las barreras arquitectónicas, factor esencial
  para la seguridad. Se señalizarán los bordillos, los pasos de peatones y los
  sistemas acústicos y visuales. Los obstáculos accidentales así como la
  colocación de toldos, señales de tráfico o indicativos excesivamente bajos,
  pueden también provocar traumatismos. En relación con la actividad física Actitudes posturales: Orientadas a evitar los riesgos de aplastamientos y fracturas vertebrales y a la corrección de la hiperlordosis que favorece la aparición de lumbalgias. Hay que mantener posturas correctas en pie, sentado y tumbado, para evitar los dolores y mantener un buen tono muscular: 1- En pie, se evitará la hiperlordosis lumbar apoyando un pie en un banco bajo y se alternará con el otro pie. 2- Sentado, es preferible usar una silla recta, dura y no excesivamente baja. Las caderas se mantendrán en ligera flexión con los pies apoyados en el suelo y la espalda y cuello formando una línea recta. Es desaconsejable el uso de sillones o sofás bajos o muy mullidos. Tendrán apoyabrazos situados a una altura que permita el apoyo sin forzar la postura. 3- Tumbado, se recomienda la utilización de un colchón duro y de una almohada baja. La postura ideal es el decúbito supino (mirando hacia arriba) o el decúbito lateral.   Higiene postural.- Hay una serie de normas para evitar fracturas de columna vertebral por aplastamiento: 1- Al levantar un objeto del suelo, debe adoptarse una posición de flexión de caderas y rodillas, manteniendo la columna recta y el objeto próximo al cuerpo. 2- No se deben coger objetos situados a una altura superior a la cabeza del sujeto, es preferible colocarse sobre una escalera o taburete que permita tener el objeto a la altura del pecho. 3- Es preferible arrastrar o empujar un objeto que cargarlo. Ante un objeto voluminoso nos apoyaremos en él de espaldas y empujaremos con las piernas, para que la columna intervenga lo menos posible. 4- En general, se deben evitar los ejercicios o deportes que puedan exigir un sobreesfuerzo o los que produzcan hipercifosis, hiperlordosis y rotaciones forzadas o bruscas de la columna. Están absolutamente contraindicados los deportes que conllevan mayor riesgo de caídas o traumatismos, como los deportes de motor, el esquí o el rugby. Otros deportes que también presentan riesgos como la equitación, el ciclismo o el jogging, pueden seguir realizándose a menor intensidad y siempre y cuando ya se hayan practicado asiduamente con anterioridad.  | 
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