ENSÉÑALES A COMER BIEN Y TENDRÁN BUENA SALUD
Desde pequeños, es
fundamental que inculques a tus hijos unos buenos hábitos alimenticios, lo no
sólo significa comer bien y equilibradamente, sino saber comportarse en la
mesa. De lo que aprenda ahora dependerán su salud y sus modales culinarios
en el futuro.
En cantidades razonables, un niño debe comer todo. ¿Pueden entonces tomar
dulces o refrescos? Todo dependerá de si lo hacen de vez en cuando y como
algo extra. Ni deben atiborrarse de azúcares y grasas innecesarias ni
tampoco privarse de un pequeño capricho de vez en cuando.
Comer a su hora y
de manera equilibrada
Tu hijo debe
acostumbrarse a sentarse a la mesa para hacer las tres comidas principales
(desayuno, almuerzo y cena). Diariamente deben tomar nutrientes de todos
los grupos: proteínas, lípidos, glúcidos, vitaminas y cereales (carne,
pasta, pescado, legumbres, verduras, leche, queso y fruta fresca). Si, por
ejemplo a medio día comen carne, por la noche puedes darle huevo (dos a la
semana es suficiente) o pescado, siempre algo más ligero.
A media mañana es muy recomendable que tomen un tentempié (fruta, yogures),
ten en cuenta que gastan muchas energía jugando y estudiando. Además, así
evitarás que lleguen a la mesa como "lobeznos hambrientos" o
acaben comiendo golosinas a tus espaldas. La merienda es un comida muy
importante a esta edad. Intenta sustituir los bollos por bocadillos, queso,
frutas, leche o pan con chocolate.
Que coma tranquilo
Para comer de manera
equilibrada hay que comer tranquilo y sin prisas. No dejes que trague a
toda velocidad, se levante cuando quiera de la mesa o esté más pendiente de
la televisión que del plato. Enséñale a usar los cubiertos, a masticar bien
los alimentos y a comer con la boca cerrada. Pero, sobre todo, aprovecha
este momento para charlar con él.
Si a tu hijo le cuesta
mucho sentarse a comer o tiene poco apetito, utiliza un mantel, platos y
vasos bonitos, y presenta las comidas lo más atractivas que puedas: para
ellos la presentación también es importante. Ah¡ Y no te olives de que la
mejor manera de enseñarle es con el ejemplo: come despacio, olvídate de la
tele, no fumes en la mesa...
¡Esto no me gusta!
A veces es complicado
de lo que parece hacer que un niño coma de todo. A esta edad sus
preferencias son muy fuertes. Muchas veces se niegan a comer cosas que ni
siquiera han probado. Ten en cuenta que están empezando a conocer las cosas
y siempre elegirán lo que "más les entre por los ojos".
Obligarles a comer algo que no quieren puede ser un error. Más bien intenta
utilizar la táctica contraria: no le des importancia, pídele que lo pruebe
para asegurarse, cómetelo tú... Pero no caigas en la tentación de
prepararle otra cosa. Si el niño está sano, no pasa nada porque coma menos
a medio día, por la noche tendrá el hambre suficiente para comerse lo que
dejó y otras cosas que no le gustaban.
Las legumbres suelen ser el talón de Aquiles de muchos niños. Efectivamente,
su digestión es más pesada que la de otros alimentos. Empieza dándoles
lentejas, que son más digestivas, o házselas en puré o en ensalada. Juega
con él poniéndoles nombres a las legumbres: marcianos verdes (habas),
canicas masticables (garbanzos), botones (lentejas)... Si se niega en
redondo, haz que coma mucha fruta para asegurarte que toma fibra.
Si el pescado le cuesta, intenta preparárselo de otra manera, no se lo
presentes entero ni con espinas. Prueba a hacer croquetas, sácale los lomos
del lenguado, hazle buñuelos de bacalao, dale barritas de merluza...
Si lo que no le gusta es la carne, no te apures, no es tan grave. El
pescado y el huevo pueden aportarle muchas proteínas. También puedes probar
a hacérsela más atractiva y fácil de comer, puede que no quiera filetes
porque se le haga "bola": espaguetis bolognesa, pinchos morunos,
filetes rusos...
Que no se te olvide
la fibra
La fibra es
indispensable para que la alimentación de tu hijo sea óptima. Las fibras
pueden sustituir a las grasas, son fundamentales para el buen tránsito
intestinal, reducen los niveles de colesterol y la hipertensión, previenen
la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer de seno y de
colon en la edad adulta. Dale pan, sobre todo integral, cereales, frutas
frescas (manzana, fresa, plátano...), legumbres...
Si no sabes si estás dándole suficiente fibra, hay una fórmula de la
American Health Foundation que puede ayudarte: suma 5 a la edad que tenga
el niño y obtendrás los gramos de fibra que necesita.
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