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El
envejecimiento es un proceso progresivo natural del ser humano, que cada
persona experimenta con diferente intensidad. En la actualidad, es difícil
establecer el comienzo de esta etapa de la vida en función exclusiva de la
edad, debido a la creciente longevidad que se observa en las sociedades
occidentales. No obstante, se considera que una
persona es anciana a partir de los 65 años, reservando el término de muy
anciano para las que superan los 80. En Europa el 12% de la población está
constituida por personas mayores de 65 años y se prevé llegar en el año Las personas que llegan a una cierta
edad se enfrentan a problemas físicos, psíquicos y sociales que derivan de
cambios biológicos propios de la edad, y que condicionan, a veces de manera
muy estricta, la capacidad para llevar a cabo un acto tan natural como es
"EL COMER DIARIAMENTE". En muchas ocasiones, estos problemas no se
pueden resolver por completo, pero sí paliar permitiendo así una mejora en la
calidad de vida. En cualquier caso, para poder actuar
mejor desde un punto de vista nutricional es importante conocer:
A lo largo de las diferentes páginas de
esta sección hemos ido dando respuesta a estas preguntas utilizando siempre
el enfoque más actual.
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El envejecimiento afecta de forma muy importante y
a veces severa a los procesos de la digestión, absorción, utilización y
excreción de nutrientes. Esto va a condicionar las estrategias dietéticas,
nutricionales y culinarias de las personas o colectivos de avanzada edad. Ciertos factores tienen que ver directamente
con el sistema fisiológico. Es la degradación propia de los biosistemas
basados en carbono expuestos a las inclemencias de la oxidación y la
acumulación de material tóxico. En la página de "cambios
biológicos" hemos hecho un deprimente resumen de todo este proceso. Sin embargo, lo que más estragos está
causando en la población anciana de nuestros días son la marginación y la
soledad a los que los condenamos en esta moderna y "práctica" de la
que estamos tan orgullosos. De esto hablamos en la página de "factores
psicosociales". |
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A la hora de plantearse de que forma los cambios
fisiológicos que conlleva la edad repercuten sobre nuestras necesidades y
como debemos adaptar nuestra alimentación a este proceso, es
importante hacer hincapié en que no se trata de cambiar la alimentación de
esta u otra forma porque "uno cumple 65 años".
En este sentido hay que ser flexible y sobre todo razonable. Cuando las
personas llegamos a una determinada edad, en magníficas condiciones físicas,
psíquicas y sociales, sin que los cambios fisiológicos se manifiesten de
forma que alteren la vida normal ni la salud, "no es necesario
modificar la dieta sobre la aconsejada para un adulto sano de actividad
normal", con las precauciones y cuidados que se desprenden del
sentido común, del apetito y de las costumbres. No obstante, cuando la situación se
aparta de la normalidad y aparecen trastornos metabólicos puede ser gran
ayuda conocer los requerimientos nutricionales que, después de años de
estudios, se consideran recomendables para esta población. En estas páginas
hemos recogido las principales recomendaciones de las RDA norteamericanas y
las Reference Nutrients Intake for the European Community. Bruselas 1993).
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LOS PUNTOS CLAVE DIETA IDEAL
Una vez
conocidos las diversas circunstancias y cambios que afectan al proceso de
envejecimiento, así como las necesidades y recomendaciones en cuanto a
nutrientes, en este apartado hemos encontrarás cuales son los puntos clave en
la alimentación del anciano, y cual podría ser su dieta ideal.
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En esta
página se presenta una selección a otros sitios de interés en Internet con
información sobre salud y alimentación en la tercera edad. En castellano:
En inglés:
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