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Ya en 1984, el Instituto Nacional del
Cáncer de Estados Unidos estableció que un 35% de los tumores tenían su
origen o estaban relacionados con factores alimentarios. Esta cifra es
comparable a la de los casos de cáncer producidos por el tabaco,
contabilizados en un 30%. Así, hace ya 15 años que los expertos sitúan los
factores alimentarios a la cabeza de los factores de riesgo tumoral, debidos
a una influencia ambiental externa.
Más recientemente, el primer
informe global sobre dieta y cáncer, publicado en septiembre de 1997 por el
Fondo Internacional para la Investigación del Cáncer, junto con el Instituto
Americano para la Investigación del Cáncer, no deja lugar a dudas sobre la
íntima relación existente entre cáncer y dieta. Alimentos, Nutrición y Prevención del
Cáncer: Una Perspectiva Global es
un informe de 650 páginas elaborado por un equipo internacional de 15 científicos
de 9 países, apoyados por más de 100 críticos, que evaluaron más de 4.000
estudios sobre la dieta y el cáncer.
El informe estima que un cambio en la
dieta puede reducir la incidencia global de cáncer entre un 30 y un 40 por
ciento, lo que equivale a entre tres y cuatro millones de casos anuales en
todo el mundo. Junto con el abandono del tabaco implica que entre el 60 y el
70 por ciento de los cánceres son evitables.
La mayor parte del informe
consiste en una evaluación de los vínculos entre una amplia gama de alimentos
y bebidas, nutrientes, métodos de transformación y conservación alimentaria,
tamaño corporal y nivel de actividad física, y cada uno de los dieciocho
cánceres comunes. Para los factores estudiados que aumentan o disminuyen el
riesgo de un cáncer dado, la intensidad de la asociación se clasificó como
"convincente", "probable" o "posible". En
general, los alimentos vegetales reducen el riesgo de cáncer. Por ejemplo,
las verduras reducen el riesgo de cáncer de boca y faringe, esófago, pulmón,
estómago, colon y recto (convincente), laringe, páncreas, mama y vejiga
(probable), hígado, ovario, endometrio, cuello del útero, próstata, tiroides
y riñón (posible). De manera similar, las frutas reducen el riesgo de cáncer
de boca y faringe, esófago, pulmón y estómago (convincente), laringe,
páncreas, mama y vejiga (probable), ovario, endometrio, cuello del útero y
tiroides (posible). Por contraste, el alcohol, la carne, las dietas grasas y
la obesidad incrementan el riesgo de diversos cánceres. La carne, por
ejemplo, probablemente incrementa el riesgo de cáncer colorectal, y
posiblemente incrementa el riesgo de los de páncreas, mama, próstata y riñón.
Los estudios realizados sobre vegetarianos
muestran que tienen una menor incidencia de cáncer en general y de varios
tipos específicos, tras tomar en consideración los efectos de otros factores
del estilo de vida tales como el fumar y la cantidad de ejercicio. Estos
beneficios se deben no sólo a la exclusión de la carne, sino también a la
inclusión de una mayor cantidad y variedad de alimentos vegetales que
contienen una amplia gama de sustancias que previenen el cáncer.
El equipo hace un total de
catorce recomendaciones dietéticas dirigidas tanto a las autoridades como a
los consumidores. Por ejemplo, a los consumidores se recomienda:

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Elegir dietas
basadas predominantemente en vegetales, ricas en diversidad de verduras y frutas,
legumbres y alimentos almidonados mínimamente refinados (Rec. 1)
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Mantener un peso
corporal razonable (el índice de masa corporal, una medida de peso relativo
calculada dividiendo tu peso en kilos por el cuadrado de tu altura en
metros, debería estar entre 18.5 y 25 kg/m 2) (Rec. 2)
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Dedicar una
hora al día a caminar rápido o a un ejercicio similar, y también
ejercitarse vigorosamente durante al menos una hora a la semana si la
actividad laboral es baja o moderada (Rec. 3)
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Comer
diariamente 400-800 gramos (15-30 onzas) o cinco o más raciones de verduras
y frutas variadas, durante todo el año (Rec. 4)
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Comer
diariamente 600-800 gramos (20-30 onzas) o más de siete raciones de cereales
(granos), legumbres, raíces y tubérculos. Elegir alimento mínimamente
procesados. Limitar el consumo de azúcar refinado (Rec. 5)
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Limitar las
bebidas alcohólicas, si no del todo, a menos de dos bebidas al día para los
varones y una para las mujeres (Rec. 6)
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Limitar el
consumo de carne roja, si no del todo, a menos de 80 gramos (3 onzas) por
día (Rec.
7)
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Limitar el
consumo de alimentos grasos, especialmente aquellos de origen animal (Rec. 8)
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Limitar el
consumo de alimentos salados y el uso de la sal en la cocina y en la mesa (Rec. 9)
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Otras
recomendaciones se refieren al almacenamiento y conservación de la comida (Rec. 10 & 11), la supervisión y aplicación de límites
fiables para los aditivos alimentarios, residuos de pesticidas y otros
contaminantes químicos en los alimentos (Rec. 12), el evitar los alimentos carbonizados (Rec. 13), y el uso de suplementos dietéticos que
se opina que son "probablemente innecesarios, y posiblemente inútiles,
para reducir el riesgo de cáncer" (Rec. 14). También se recomienda a los
consumidores no fumar ni mascar tabaco.
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Se puede pedir una copia de 'Alimentos, Nutrición y Prevención
del Cáncer: Una Perspectiva Global' al precio especial de 35 dólares (gastos
de envío incluidos) a: American Institute for Cancer Research, 1759 RStreet
NW, Po Box 97167, Washington DC 20090-7167, USA (Estados Unidos).
En definitiva, las dietas
hipercalóricas, las ricas en grasa y proteínas son las más peligrosas, junto
con algunas formas de cocinar como la barbacoa, ahumados, salazón, etc. Por
el contrario, la fibra (insoluble sobre todo), vitaminas y algunos minerales
forman el grupo de protectores frente a los tumores. A algunos, incluso, se
les atribuye el papel de "curativos".
Actualmente, la investigación
continua y los medios de comunicación no paran de bombardearnos con los
resultados de nuevos estudios epidemiológicos o con algún nuevo compuesto
derivado de alguna extraña planta amazónica. Sin embargo, el fantasma del
cáncer sigue acechando a millones de personas cada día, sin que nadie
encuentre la formula magistral que lo erradique para siempre de nuestras
vidas. Quizá la respuesta no sea sencilla, ...o a lo mejor es tan simple que
la hemos olvidado.
A través de estas páginas vamos a
refrescarnos un poco la memoria.

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